miércoles, 9 de julio de 2014

“Pulgarcito” de Jan.



Podía pensarse que una de las grandes corrientes de debate para revitalizar el Cómic patrio estriba en dar con la historieta filosofal que permita ofrecer a un público lector infantil y juvenil el tebeo que les enganche y fidelice al medio hasta que peinen canas. Un problema aparentemente irresoluble a la vista a la vista de las nuevas publicaciones que van apareciendo cuyos autores no parecen dar con la tecla. Sin embargo, no hace falta más que Ediciones B decida rescatar de la bolsa de Shaman que es el inagotable catálogo de Bruguera que tiene a su disposición  “Pulgarcito” de Jan reeditado en una nueva y restaurada edición gracias al empeño de Jordi Coll y el mismo Jan para que se produzca la cuadratura del círculo y aquellos autores interesados en explorar esta vía cuenten con un magnífico modelo a seguir y los lectores debamos felicitarnos por recuperar todo un clásico que debería estar siempre disponible en nuestras librerías y, sobre todo, los kioscos.

La historia es muy simple Pulgarcito es el más pequeño de una humilde familia de seis hermanos que junto a estos y su gato Medianoche vivirá las más divertidas aventuras junto al profesor Ogro y  la hija de este Trini. En la primera entrega, Jan presenta a los principales personajes y el mundo en que se mueven.

Más allá de la dosis de nostalgia que pueda tener para los lectores de mi generación reencontrarse con las aventuras de este entrañable personaje, “Pulgarcito” es una de las grandes obras de Jan a  la altura de los mejores álbumes de su obra más conocida “Superlopez”. Gracias a la labor de Coll, podemos asistir en el material complementario la primera entrega  de esta nueva edición a los apuntes del propio Jan sobre cómo gestó la creación del personaje y su desarrollo llevando a los tiempos modernos y desde un tratamiento a medio camino entre la realidad urbana y la fantasía las premisas del cuento de los Hermanos Grimm para construir la base a sus propias aventuras que le permitieran reinterpretar diversos cuentos populares.

Lo mejor que se puede decir de “Pulgarcito” es que ha resistido a la perfección el paso del tiempo y continúa siendo un tebeo perfectamente engarzado para gustar a un amplio público lector siendo una obra ideal para compartir en el ámbito familiar y leer juntos padres e hijos.

Respecto a la nueva edición, Coll ha realizado un gran trabajo de restauración recoloreando el casi inencontrable material original y aportando material complementario que agradará sobre todo a los lectores talluditos. Pero, no nos olvidemos, “Pulgarcito” es un tebeo a disfrutar sobre todo para el público infantil y juvenil al que va dirigido y han de ser ellos los que den su veredicto. Ojalá no sea demasiado tarde y podamos asistir a la recuperación completa de toda la serie, aunque a mi impaciencia  la periodicidad de tres entregas anuales se me hace corta.