jueves, 22 de mayo de 2014

“S.O.U.L.”, de Fernando de Felipe y Jaime Vane.



Parece que hoy en día es necesario vender toda producción cultural, en general, y el Cómic, en particular, con una patina de novedad y modernez para aprovechar el consabido relevo generacional en la mayor parte del público lector, pero no hace falta más que leer cómics de anteayer para que resulte evidente que la originalidad es bastante relativa y lo que hoy se hace no está tan alejado ni resulta tan rupturista a lo que se hizo pocas décadas antes, en obras semiolvidadas que sin duda se adelantaron a su tiempo. Esa sensación he tenido releyendo “S.O.U.L.”, dibujado por Fernando de Felipe y guionizado por Jaime Vane, que se publicara serializado inicialmente en la revista “Zona 84 a principios de los noventa y posteriormente recopilado en álbum por la Editorial Toutáin.

En un futuro no muy lejano, la vida ha llevado por diversos caminos a  Betty y Vyvian , dos amigos de la infancia que soñaron juntos alcanzar la fama. Mientras la blanca Betty  ha alcanzado sus objetivos y se ha convertido en una cantante de éxito, Vyvian vio su truncada su carrera literaria y no pasó de proyecto de escritor. El melancólico Vyvian acaba encontrando trabajo junto a otros marginados en la misteriosa organización S.O.U.L. (Search Organization of Unknown Limits) que en New Reading, un pueblecito perdido de los EEUU, se dedica a experimentar con fracasados de color. Sin embargo, cuando estos se liberan el caos se desata.

Vane y De Felipe construyen una distopia futurista en la que se busca la armonización de la forma y el contenido en una historia difícil que exige de la necesaria implicación del lector para intentar ordenar los diversos retazos de información que los autores van presentando en una historia que carece de orden temporal definido y puede dar lugar a más de una interpretación. La historia denuncia el racismo en unos Estados Unidos en la que una misteriosa organización experimenta con los ciudadanos negros inadaptados y desfavorecidos para lo que coquetea con diversos géneros desde la Ciencia Ficción al Thriller pero sin ubicarse de manera clara en ninguno de estos. Más allá de la claridad expositiva el guión de la historia busca epatar al lector trasladándole la sensación de desarraigo y soledad de sus protagonistas, carne de cañón alienada en lo más profundo de la Norteamerica WASP.

El l interés principal de la historia es disfrutar de su apartado grafico en el que De Felipe vuelve a dejar patente su facilidad para el dibujo y la narración gráfica con un dibujo en el que se perciben diversas influencias, desde Miller a Liberatore, y que si por algo destaca es por usar  diversas técnicas incorporando, por ejemplo, a la narración imágenes sacadas de programas de televisión o un expresivo y violento tratamiento del color que es usado no solo para potenciar la crudeza de sus viñetas sino además para distinguir entre unas secuencias y otras.

Antes que en Literatura, la gente flipara con “Nocilla Dream” de Fernández Mallo desde el Cómic, en el experimental e injustamente desapercibido “S.O.U.L”, De Felipe y Vane realizaban propuestas parecidas adelantándose a su tiempo y siendo quizás por ello injustamente olvidados. Que sirva esta reseña para reivindicar esta obra y a sus autores.