miércoles, 23 de abril de 2014

“Los ignorantes: Relato de una Iniciación Cruzada”, de Étienne Davodeau.





Étienne Davodeau es uno de los autores más inquietos que hay en el panorama del Cómic francés actualmente y aunque esa inquietud no la traslada al aspecto formal de sus obras, que no destacan precisamente por el virtuosismo gráfico sacrificado quizás por la sencillez expositiva, sí ha demostrado una preocupación especial en el trasfondo de las historias que cuenta que le hace interesante practicando un costumbrismo intimista que le ha llevado a tratar temas tan alejados como la evolución de los movimientos sindicales en obras comoLa Mala Gente” o “Rural” a otras de carácter más personal como este “Los Ignorantes: Relato de una Iniciación Cruzada”, reeditado por La Cúpula en España en rústica recientemente, en los que concilia dos mundos tan aparentemente alejados como el del Vino y el Cómic.

“Los ignorantes” es la historia de una doble iniciación desarrollada a lo largo de un año que llevará al autor a participar en todos los procesos de la elaboración del vino desde la siembra a su comercialización junto a su amigo Richard Leroy, un vehemente y apasionado viticultor, al que a cambio instruirá en el mundo del Cómic, dejándole obras selectas, presentándole autores como Gibrat o Guibert y permitiendo que le acompañe en sus visitas a sus editores de Futuropólis. De las conversaciones y experiencias compartidas, nace este cómic y un mayor conocimiento de los dos de sus respectivos oficios que ambos han convertido en pasión y forma de vida.

En “Los ignorantes”, Davodeau construye una historia especialmente interesante para aquellos que les guste el Cómic y para aquellos que les guste el Vino – especialmente, para los que sean degustadores de las dos materias- pero que, probablemente,  indiferente a aquellos que no estén especialmente interesados ni en lo uno ni en lo otro dada su sencillez formal. A través de las experiencias y el diálogo compartido a lo largo de un año entre los dos protagonistas, Davodeau expone la constatación de sus principios autorales – en paralelo a los del coprotagonista, el viticultor Leroy- que intenta plasmar en el desarrollo de su carrera, construyendo una cuidada, sútil e inteligente analogía en torno al paralelismo que encuentra entre la creación de sus cómics con la producción de vinos exclusivos.


 Y es que en el fondo, Davodeau como Leroy son presentados como dos personas/personajes bastante similares en su manera de entender el mundo y sus respectivas profesiones, compartiendo personalidades muy complementarias y trasladando esas competencias y preocupaciones idénticas a un trabajo sobre el que vertebran el resto de su vida. Davodeau logra de este modo crear un interesante testimonio a medio camino entre la crónica costumbrista y el relato autobiográfico, inspirado en influencias tan dispares como la recomendable  “Entre Copas”, de Alexander Payne  o el reporterismo historietístico de Joe Sacco.

“Los ignorantes: Relato de una Iniciación Cruzada” es un pequeño gran cómic que como los buenos vinos se degusta a poquitos manteniendo durante tiempo el recuerdo de las experiencias compartidas.