lunes, 14 de abril de 2014

“Los Defensores: Colmillos de Fuego y Sangre”, de Steve Gerber y Sal Buscema y otros.




Atención los que estén siguiendo, y los que no también, la reedición en tomos “Marvel Gold” de la serie clásica de “Los Defensores” porque a partir de este cuarto tomo se inicia una de las mejores etapas de la serie con el relevo de Len Wein por Steve Gerber, quién logró una especial sintonía con un Sal Buscema. En este primer tomo de Panini de la era Gerber en “Los Defensores” se recopilan los números 20 a 25 de la serie regular, más los Giant-Size 3 y 4 del grupo y los números 5 y 6 de “Marvel Two-in-One”, un material clásico de primera en el que se recogen dos hitos dentro de la historia del grupo como la del origen de La Valkiria y la de los Hijos de la Serpiente.

Los Defensores por fin van a descubrir muchos de los misterios ocultos tras el origen de su miembro femenino, la escultural Valkiria, que les llevará a enfrentarse de nuevo a la Encantadora y el Verdugo. Y es que en el pasado de su receptáculo corporal Barbara Denton se oculta toda una vida ligada al Ocultismo y al Satanismo de la que Val no es para nada consciente Tras participar en una mortal partida cósmica con El Jugador, los Defensores volverán a la Tierra para detener a Cabeza de Huevo y sufrir una primera derrota en la presentación del surrealista grupo de los Hombres-Cabeza y se sumergirán de lleno en los disturbios provocados por los Hijos de la Serpiente que bajo su discurso xenófobo esconden oscuras conexiones con uno de sus miembros.

Steve Gerber pisa el acelerador en la serie y nos ofrece sin apenas tiempo para recuperar el resuello dos arcos fundamentales en la historia de Los Defensores en los que deja constancia de la originalidad de sus argumentos en los que introduce la acción desenfrenada, los sorprendentes giros argumentales, la crítica social y un marcado sentido del humor en clara contraposición a la épica que predicaban los Thomas y Lee clásicos. Gerber convierte en estos números en “Los Defensores” en una de las mejores series que se estaban publicando en Marvel y aprovecha como pocos el concepto de Nogrupo de Los Defensores incorporando nuevos miembros “accidentales” en estas páginas de la talla de La Cosa, Daredevil o Chaqueta Amarilla.


En el aspecto gráfico, el absurdamente ninguneado Sal Buscema realiza un trabajo espectacular cumpliendo con oficio y efectividad y manteniendo un ritmo narrativo frenético para incorporar al lector a la vorágine de las historias y el constante diálogo que mantiene Gerber con el lector. Sal Buscema realiza un gran trabajo que no siempre ha sido valorado como se merece.

En fin, felicitar a Panini por recuperar por primera vez en España este material clásico de una manera unitaria digna en una estupenda edición en la que no desmerece ni el coloreado. Ojalá que las ventas permitan continuar disfrutando de estas estupendas aventuras y del talento de Gerber y Buscema en próximas entregas.