viernes, 31 de enero de 2014

“Las Aventuras de Zorgo”, de Luis Bustos.

 
Dibbuks reunió hace unos meses en una bonita edición integral los dos álbumes que srecopilaron en su momento “Las aventuras de Zorgo”, serie publicada inicialmente en la extinta y recomendable revista “Míster K”  y que nos descubrió a muchos el talento para la historieta cómica del madrileño Luis Bustos, que luego vería confirmada su versatilidad y capacidades con la dramática y ambiciosa “Endurance”.


Las aventuras de Zorgo nos cuenta las desventuras de un histriónico genio malvado que desde su refugio en la Isla Calavera y secundado de su fiel Manolito que con sus legiones de Tochobots pretende dominar el Mundo y sembrar el Caos y la Destrucción en las democracias occidentales, especialmente en el país de su archienemigo Jonatán, el presidente de los Estados Unidos, mientras desmonta los diversos planes de los clónicos agentes de la ONU por pararle los pies e intenta ganarse el respeto y la admiración de sus colegas supervillanos en sus reuniones y festejos.

Tras la lectura completa del integral, comprobamos como Bustos a lo largo de la serie fue puliendo su talento en estupendas historias de humor blanco, accesibles al amplio abanico de lectores a los que iba dirigida la revista “Mister K”, en las que plasmaba las eclécticas aventuras de Zorgo –personaje inspirado en parte en la propia caricaturización del autor-, un histriónico mad doctor que ironiza sobre estos personajes exagerando los atributos característicos que la cultura popular les han ido adjudicando. Bustos exhibe sus amplios conocimientos de cultura de derribo aunando sin que rechinen los clichés propios del género superheroico, las pelis de 007 y de monstruos japoneses con la castiza y riquísma tradición  de la Escuela Bruguera y, especialmente,  de su último gran exponente, el Superlópez de Jan y dejando caer con sutileza una sutil y sardónica carga de profundidad en el buscado enfrentamiento entre realidad y ficción al convertir en archienemigo de su Zorgo nada menso que al presidente de los Estados Unidos.   

A partir de esa inspiradora materia prima, Bustos logra construir un personaje propio con una personalidad definida y que acaba por resultar, en su antipatía histriónica,  entrañable a los lectores en su búsqueda de autoafimación, como pueden serlo otros pintorescos villanos como Gru o Gargamel. Y es que, a través de sus malvados planes que siempre por una u otra razón acaban fracasando, el autor fue desarrollando a partir de las asumidas limitaciones de las historias autoconclusivas de una sola página una continuidad y coherencia interna que le permitieron ir  dotando de mayor complejidad al  personaje principal al tiempo que le dotaba de  una amplia y rica galería de secundarios y motivos recurrentes que germinaron en un rico y delirante universo propio.

“Las Aventuras de Zorgo se vuelve todavía más interesante  a partir del segundo álbum en el que Bustos abandona la rígida composición en viñetas y la estructuración en torno al gag final propio de la Escuela Bruguera más clásica  por una composición de página más fluida y sorprendente para el lector que permite al autor mostrar su amplio conocimiento del medio y explotar una mayor variedad de recursos.
Las Aventuras de Zorgo” leídas de corrido y no sometidas a la periodicidad con la que fueron concebidas para su publicación en revista permiten comprobar de  la evolución y madurez de un estupendo historietista pero, sobre todo, dejan con ganas de seguir disfrutando de historietas de Zorgo más ambiciosas y de mayor extensión. No sería mala noticia que Luis Bustos se decidiera a retomar el personaje y llevarle a realizar nuevas maldades e ignominías en historia de más extensión. Seguro que nos divertiríamos.

jueves, 30 de enero de 2014

Philippe Delaby (1961-2014)





Ayer nos sobrecogíamos todos un poco con la inesperada noticia ofrecida por Dargaud  del fallecimiento de Philippe Delaby, el excelente dibujante belga de exitosas series que han sido y son superventas en Francia como Murena y el segundo ciclo de  “La Balada de las Landas Perdidas”, ambas formando equipo junto al prolífico guionista Jean Dufaux

La noticia me dejó mal cuerpo, no sólo por lo repentino e inesperado, sino además por la reflexión egoísta de aficionado y admirador de su obra al pensar todos los tebeos que han quedado definitivamente en el tintero al morir cuando se encontraba en plenitud.
 
Más allá de maldecir lo injusta que es la muerte de alguien todavía tan joven y seguramente con tantos proyectos por delante, nos queda disfrutar de sus series, alguna lamentablemente en curso, y seguir disfrutando de su primoroso y detallista trazo y de sus exquisitas y sensuales mujeres de papel.



D.E.P.

miércoles, 29 de enero de 2014

“Simon Dark 2: ¡La plaga del demonio!”, de Steve Niles y Scott Hampton.




Ya escribí por aquí con entusiasmo de la primera entrega de esta serie, que ha publicado ECC completa en tres volúmenes, y me preguntaba las razones que habían llevado a una serie con tan buenos elementos a ser cancelada en su número 18 en Estados Unidos. Tras leer esta segunda entrega, que va de los números 7 a 12, aunque la historia continua resultando entretenida uno empiece a sospechar las razones que provocaron el cierre de la serie. Os cuento.

En Gotham se ha desatado una misteriosa epidemia sobrenatural que transforma a pacíficos ciudadanos en monstruos dispuestos a acabar con sus conciudadanos sembrando el terror y el caos por toda la ciudad. El misterioso Simon Dark y sus aliados han conectado los disturbios sobrenaturales con los misteriosos planes de la poderosa secta satánica a la que se enfrentan y que prepara el advenimiento del Infierno en la Tierra, pero para poder detenerlos, el confundido Dark tendrá que introducirse en la peligrosa sancta santorum y de los demonios y enfrentarse a su misterioso y poderoso líder en las sombras.

Niles durante los primeros números de esta entrega mantiene el pulso de la serie y nos sumerge en una vorágine de terror urbano en la que se mueve como pez en el agua a la que ha de enfrentarse  un Simon Dark que ha mutado del confuso y desvalido antihéroe que conocimos en un seguro y poderoso héroe de acción de ideas muy clara gracias a los nuevos poderes que ha adquirido. Quizás esa brusca y poco elaborada evolución del personaje junto a la errática y confusa conclusión de la saga provoca que algunas de las potenciales posibilidades que se adivinaban al nuevo personaje hayan sido cercenadas por Niles sin demasiada explicación en la que es una nueva demostración más de sus limitaciones como guionista. Con todo, Niles lleva la historia al género –el terror- en que mejor se maneja y le da un socorrido acabado lovecraftiano a los enemigos de Dark que permiten que la historia siga manteniendo el interés aunque vaya de más a menos.


Fundamental es la labor gráfica de un Scott Hampton que sigue demostrando ser el dibujante idóneo para esta serie con su tenebroso y expresivo estilo capaz de crear opresivas atmósferas primigenias que perfectamente se ajustan a la historia ideada por Niles y unos espantajos directamente inspirados en los famosos Mitos de Cthulthu y el Terror clásico más convencional.  Hampton, conforme más errática se acaba volviendo la conclusión de la historia, con su tratamiento de las situaciones es el que consigue salvar en buena medida el tebeo  vistas las cada vez más evidentes limitaciones de Niles.
 

En fin,  “Simon Dark: ¡ La Plaga del Demonio!” es una historia que va de más a menos pero que aún resulta lo suficientemente interesante para mantener el interés por la conclusión de la historia en la que el irregular Niles nos desvelará por fin los últimos misterios en torno al origen de su protagonista. Ojalá que la serie recupere el bache y su conclusión esté a la altura de lo que prometía en sus inicios.

martes, 28 de enero de 2014

“Daredevil: El hombre con miedo”, de Mark Waid, Chris Samnee y Javier Rodríguez.




Panini acaba de publicar el cuarto recopilatorio del entretenido Daredevil de Mark Waid, que reúne los números 22 a 30 de la serie regular, en el que por fin se desvelan algunos de los misterios que venían atormentado al Hombre Sin Miedo desde principios de esta etapa.

La identidad de Daredevil ya no es un secreto y esto supone no solo una debilidad para Matt Murdock sino para todo su entorno que se convierte en blanco de sus enemigos, especialmente del misterioso oponente que desde hace tiempo le atormenta. Tras un accidentado encuentro con Superior Spiderman y El Zancudo, Daredevil empezará a saborear el miedo cuando descubra el mal que sufre su fiel amigo Foggy al tiempo que las pasa canutas con Ikari – un nuevo villano que cuenta con sus mismos poderes pero que no ha perdido la vista – y el misterioso adversario que desde hace tiempo le viene fastidiando. Casi sin tiempo para reaccionar, además Murdock deberá salvar al hombre en que se ha convertido el chico que le acosaba de pequeño y le puso el apodo de Daredevil de los racistas Hijos de la Serpiente y sobrevivir a un encuentro con Estela Plateada y un escurridizo alienígena.

Waid sigue mostrando que no hay que devanarse demasiado la cabeza para ofrecer un producto de género entretenido y bien hecho y, sacando partido de su oficio y conocimiento del género y del personaje, ofrecer unas entretenidas aventuras en las que no hace más que explotar las convenciones y fórmulas propias del género, introduciendo inteligentes novedades de esas que siempre animan a los lectores: aquí aparece un superhéroe invitado de esos que suben las ventas como Superior Spiderman -¡ Primera aparición incluso previa a su propia colección!-, Iron Man o Estela Plateada, aquí tiro de repertorio y desempolvo a un villano “clásico” como El Zancudo, aquí que presento a uno nuevo como Ikari, etc….Waid siempre se guarda un as en la manga para mantener  atrapado al lector sin necesidad de grandes efectivos ni maniobras incoherentes .

Waid maneja perfectamente los resortes de una colección regular y va encadenando entretenidas historias sin descuidar la continuidad del personaje protagonista al que va lentamente haciendo evolucionar en sus dos atractivas identidades a través de los cuidados conflictos a los que le somete y la preocupación por dejar espacio para que los secundarios tengan también su propio espacio dentro de la serie.

En el apartado gráfico Chris Samnee se consolida definitivamente como el dibujante regular de la serie y en estos números nos recompensa con un estupendo trabajo. Evidentemente, Samnee no tiene ni la imaginación ni la vistosidad gráfica de Rivera o Martín pero sabe sacar provecho de sus muchas virtudes y lo suple con una excelente narrativa y un estilo tributario de Michael Lark o Mazzuchelli al tiempo que conforme van pasando los números se va soltando y nos sorprende con composiciones cada vez más modernas, vistosas y atrevidas. 

En el único número no dibujado por Samnee de los recogidos en este tomo lo suple a la perfección el colorista habitual de la serie, un Javier Rodríguez que no solo no desmerece sino que se adapta perfectamente al estilo de Samnee para mantener la identidad gráfica de la serie .

“Daredevil: El hombre con miedo” es un excelente entretenimiento y un tebeo de superhéroes evocador de bunas épocas pasadas sin descuidar un acabado gráfico vistoso y moderno. Waid y Samnee han dado con la fórmula del éxito y la están explotando a la perfección, así que disfrutémos de su trabajo en esta serie mientras nos dejen.

lunes, 27 de enero de 2014

“Marshal Law: Miedo y Asco”, de Pat Mills y Kevin O’Neill.




ECC Ediciones ha tomado la sabia decisión de reeditar tras muchos años de su primera publicación por Forum "Marshal Law: Miedo y  Asco", uno de esos tebeos que en opinión de lo que esto suscribe de obligada lectura y que debería estar disponible en las estanterías regularmente por ser una auténtica obra maestra de su género llamada a socavar y remover los cimientos de los moderados estetas del buen gusto hasta puntos insospechados y ofrecer una visión de lo superheroico tan influyente que, a pesar del tiempo transcurrido de su publicación original en el sello Epic en 1987, sigue siendo una obra rabiosamente "moderna" y su huella puede encontrarse en buena parte de lo que se ha publicado en el género posteriormente y se ha considerado rupturista.

San Francisco ha sufrido un terrible cataclismo que ha convertido la mayor parte de la ciudad en una ruina en la que malviven los supervivientes acosados por la que las bandas de antiguos superhéroes licenciados de la guerra en La Zona que campan a sus anchas cometiendo desmanes y respetando solo  la ley del más fuerte.  Frente a la anarquía y el caos, la única figura de autoridad y orden en ese entorno es Marshal Law, un policía solitario antiguo héroe  veterano también de La Zona, quién embutido en su traje de cuero sadomaso intenta imponer su ley  con sus peculiares métodos. Cuando empieza a operar Bacteria, un asesino en serie obsesionado con acabar con strippers disfrazadas de Celeste, la superheroina con la que se va a casar Espíritu Publico, el mayor superhéroe de la Nación Marshal Law habrá encontrado un caso a la talla de sus capacidades.

Dicen los que saben de esto del género de superhéroes que “Watchmen” es la gran obra maestra del género, referencia obligada para entender la evolución del mismo posteriormente. Y no les falta razón, pero generalmente se tiende olvidar de manera apresurada la conmoción que “Miedo y Asco”,  la primera miniserie de seis números de Marshal Law de los británicos Mills y O’Neill, fue para todos aquellos que consideraban el género superheroico un mero entretenimiento infantil. Los autores construyeron a su manera, que bebía directamente de la irreverencia punk, de las distopias tremendistas de Dyck (vía Scott, por supuesto)  de la osadía del cómic underground y de las sucias tramas hard boiled de Ellroy, un meditado y reflexivo desafío a las asentadas esencias superheroicas poniendo en tela de juicio todas sus ponderadas cualidades en una intensísima historia cargada de sexo, mala baba y vísceras que iba mucho más allá de la sofisticada obra de Moore y Gibbons.

Mills y O’Neill forjados en la dinámica escena británica en torno a la revista “2000 A.D”,  supieron como ninguno importar al incipiente sello Epic promovido por Marvel las fórmulas propias de “Juez Dredd” dando una vuelta de tuerca a la creación de John Wagner y Carlos Ezquerra e ir incluso un paso más allá a través de un justiciero sadomaso dispuesto a cazar superhéroes aunque todavía no se hubiera encontrado ninguno. Mills construyó una trama brillante en la que mezcla la distopia catastrofista heredera de “Mad Max” y “Blade Runner”  con las fórmulas del género negro haciendo que la historia crezca a partir de sus brillantes y cortantes diálogos y textos al tiempo que intertextualiza mediante los sesudos cuadros de texto en los que recoge las anotaciones de la novia de Mills una fiera crítica a la carga ejemplarizante del género al que pertenece.

Sin duda, “Marshal Law” no sería tan brillante sin el brutal y expresivo acabado de un magistral Kevin O’Neill que logra dar con el punto exacto en la caracterización deprimente y sucia de sus demasiado (sobre)humanos personajes, pero al tiempo construye una historia clara y perfectamente hilvanada en la que a modo de pintadas y lemas se introducen como puñetazos las máximas ideadas por Mills y presenta a partir de su personalísimo estilo fantásticas splash carentes de cualquier autocensura y que se grabarán en las retinas de los lectores.

En fin, “Marshal Law: Miedo y Asco” es un tebeo brillante, subversivo, valiente e inteligente  en forma y fondo que a pesar de los años transcurridos desde su publicación mantiene intacto su mensaje y adentrándose en los territorios más sórdidos del género superheroico como nadie ha sabido continuar con posterioridad.  Una auténtica obra maestra que no es ni para pusilánimes ni prejuiciosos y que seguro que, tras su lectura ,no dejará a nadie indiferente.

viernes, 24 de enero de 2014

“Superman: El hombre de Acero 4”, de John Byrne y otros.


Llegamos al repaso de la cuarta entrega de la colección en la que, bajo el título de “Superman: El hombre de Acero”, ECC Ediciones está recopilando de manera unitaria la influyente etapa de John Byrne en las distintas cabeceras de Superman, recogiéndose en este volumen los “Superman” 9 y 11, “Legión de Superhéroes” 38 y “Action Comics”591 a 593.

Tras el enfrentamiento junto a la Legión de Superhéroes con el Amo del Tiempo y el sacrificio de Superboy, Superman ha de hacer frente a nuevas amenazas a Metropolis  tan sui generis como el Joker, Sleez, el desterrado esbirro de Darkseid,  o el todopoderoso duende de la Quinta Dimensión Mxyzptlk y tan cerebralmente siniestras como Lex Luthor.

A estas alturas, Byrne ya había sentado cátedra en “Superman” y contaba con la suficiente libertad para atreverse con todo aplicando una fórmula creativa que recibía las alabanzas de la crítica y los aficionados. Tras el cruce con el Amo del Tiempo y la Legión con el que “arreglaba” la paradoja surgida tras los hechos de “Crisis en Tierras Infinitas” que permitiera explicar la existencia de la Legión y sus aventuras con un Superboy que en teoría nunca existió, Byrne potencia “Action Comics” – el “Team-Up” de Superman, para que nos entendamos – de la manera más inteligente posible, asociando a Superman con los Nuevos Dioses en una divertida historia en la que tira de ironía para convertir a Superman y a Big Barda en actores porno. Lástima que todavía la mentalidad de los años ochenta no hubiera permitido llevar la historia mucho más allá porque realmente el planteamiento prometía…

Por otro lado, Byrne muestra su preocupación por expandir el universo de Superman tomando prestado al gran enemigo de Batman, el Joker, en una sencilla historia en la que apela a la inteligencia del héroe antes que a sus poderes para desarticular la amenaza de un Joker al que presenta más cercano a sus versiones precrisis y que brilla especialmente por su exagerada caracterización gráfica potenciada por el entintado de Karl Kessell. En esta misma entrega se incluye el célebre “Metrópolis: 900 millas” – convertido a kms en la edición de ECC-  en la que Byrne mostró su brillantez a la hora de perfilar la caracterización psicológica de Luthor en una historia que se adelantaría varios años a la célebre “Una proposición indecente”, de Adrien Lyne.

Las dos historias siguientes se puede considerar con un desarrollo más “clásico” y presentan a Superman enfrentado a dos villanos propios como Luthor y Mxyzptlk en las que queda en evidencia su imposibilidad de lograr una victoria definitiva frente a ellos posponiendo la situación a un nuevo enfrentamiento futuro. Y es que Byrne, si algo se preocupó en remarcar en su visión del personaje, es su vulnerabilidad alejándose de las visiones invencibles y semidivinas propias de etapas anteriores con lo que las posibilidades argumentales se multiplicaban otorgando mayor interés a la serie.

A estas alturas, Byrne se encontraba a gusto en la serie y nos ofrecía número a número grandes dosis de entretenimiento y habiendo logrado el objetivo para el que había sido contratado modernizar al personaje manteniendo intacta su esencia.

jueves, 23 de enero de 2014

“Actor Aspirante: Volumen Integral”, de Max Vento.




Dolmen recupera con buen criterio en una completísima y cuidada edición integral  “Actor Aspirante” del valenciano Max Vento en la que el auto,r aparte de restaurar buena parte de las páginas de las tres historias ya publicadas independientemente a lo largo de los últimos años para la misma editorial - “Monólogos de mi vida desastrosa”, “Noches de Citas” y “Comedia en un acto”- ha incorporado tres nuevas historias inéditas “La comedia se deshace”, “¿Ventanilla o pasillo?” y “La Ciudad de los Sueños”.

Pablo Díaz-Strasser aspira a convertirse en actor de éxito y lograr los beneficios que tal condición le depararían pero mientras la Fortuna le sonríe sobrevive trabajando en un restaurante de comida rápida y acudiendo a mil y un casting al tiempo que con otros compañeros monta monólogos y obras con las que darse a conocer. Y es que Pablo, al que el amor tampoco parece sonreírle, tiene un sueño y está dispuesto a emigrar hasta Los Ángeles para materializarlo.
No creo que me equivoque mucho si afirmo que Max Vento es uno de los autores patrios que con más inteligencia ha sabido practicar el costumbrismo en el cómic en los últimos años para construir a lo largo de su serie “Actor Aspirante” una coherente novela-río en torno al lado oscuro de la glamourosa profesión de actor a través del relato de las desventuras de su protagonista, Pablo Díaz-Strasser, quién conforme va alcanzando la madurez vive una vida más atormentada y complicada propia  de aquellos que notan que el tiempo se les agota y cada vez es más complicado ver colmadas sus aspraciones de realización,

En “Actor Aspirante” aunque Vento busca el equilibrio, sobre todo en sus primeras entregas, entre la comedía con gags de enredo propios de las sitcom tipo “Friends” y unos secundarios excesivamente estereotipados (que conforme avanza la obra son sabiamente sustituidos por un elenco en el que sobresale el personaje de Bea, la anitética amada del protagonista), y el drama progresivamente se va decantando acertadamente por este segundo registro en el que aparentemente tanto el autor como su protagonista parecen sentirse más cómodos (aunque curiosamente Pablo Díaz-Strasser insista en que él hace comedías) para construir un sólido aunque algo deprimente discurso en torno a la frustración, el desamor y el fracaso rompiendo solo su marcado pesimismo merced a la férrea voluntad de su protagonista de no rendirse al desaliento y continuar perseverando en la consecución de sus metas en la que seguramente es la moraleja del cómic.
Max Vento a partir de un cuidado bitono que se ha visto reforzado  y embellecido en la nueva edición saca partido de su dibujo expresivo y fluido, que recuerda al del primer Seth de “Ventiladores Clyde o las formas propias de la Escuela Valenciana, y de un profundo y sorprendente conocimiento del lenguaje gráfico propio del cómic que le permite ir enlazando sin transición los diversos aspectos de la vida de Díaz-Strasser fuera y dentro de las bambalinas del escenario en torno a un discurso único que se retroalimenta constantemente. Vento maneja con primor las transiciones y las elipsis (de hecho toda la historia que se abre con el personaje en la sala de espera de un cásting y se cierra igual no deja de ser una gran elipsis) y sabe mantener la atención del lector en torno a las introspectivas meditaciones e inseguridades del protagonista que serían la envidia del mismísimo Woody Allen. 

Conforme la obra avanza en las últimas y nuevas entregas de la obra se aprecía también una progresión en el estilo del autor, con un dibujo mucho más libre y atrevido que refuerza la expresividad de los personajes y, sobre todo, la inclusión del color en la última historia ambientada en Los Ángeles que ayuda a reforzar la idea del cambio de ciclo en la vida del protagonista y potencia la descripción de las localizaciones de esa vasta y extraña ciudad.
“Actor Aspirante: Volumen Integral” no es un cómic amable ni divertido pero sí es una estupenda demostración de las posibilidades del medio para retratar la evolución de un personaje y proporcionar a través de sus vivencias conclusiones que aplicar en nuestras propias vidas, y confirma a Vento como un autor a seguir y un observador sensible e inteligente de los tiempos que le ha tocado vivir. Habrá que esperar impacientes sus próximas obras y que la fortuna de Pablo Díaz-Strasser cambie.