lunes, 2 de diciembre de 2013

“Beowulf”, de David Rubín y Santiago García.




Leído por fin el cómic del momento: la adaptación que del poema épico “Beowulf” han realizado el dibujante David Rubín y el guionista Santiago García y que en un cuidada edición, a gran tamaño, publicada por Astiberri Ediciones. Un cómic que esperaba con interés avalado no solo por el talento de sus autores sino porque tenía mucha curiosidad por ver cómo eran capaces de adaptar la gestas de Beowulf –a las que tengo especial cariño desde que la descubriera de niño en “El Mundo de lo Desconocido. Todo sobre monstruos” – tras la magistral película de animación que Robert Zenneckis (dirección) y Neil Gaiman (guión), de hace pocos años.

La historia es conocida. Durante doce años el monstruo Grendel asola las tierras del Rey de los Skyldingos hasta que a las mismas llega el héroe Beowulf y sus compañeros ávidos de gloria dispuestos a acabar con el sanguinario ser. Sin embargo, Beowulf no tendrá solo que enfrentarse a Grendel sino que además se las verá con la madre de este –un monstruo todavía mayor- y, años más tarde, con un dragón que asola su reino con el que acabará de cimentar su leyenda de Matador de Monstruos.

Aunque hayan renunciado a los elementos mágicos de la historia especialmente a los relacionados con la madre de Beowulf,  lo mejor que se puede decir del “Beowulf” de Rubín y García es que los autores han sido fieles a sí mismos y, sobre todo, al medio en el que trabajan para ofrecer una más que correcta adaptación de las gestas de Beowulf sacando en todo momento el máximo partido a los recursos del medio.

Santiago García firma un buen guión en el que prioriza ante todo dotar de libertad creativa al dibujante y potenciar al máximo su lucimiento, asumiendo un segundo plano prescindiendo de cualquier tipo de cartela o cuadro de texto para que sea la fuerza de las composiciones de Rubín las que lleven aparentemente el peso de la narración y guardándose dos o tres momentos climáticos muy bien planteados para profundizar en la personalidad del protagonista. García deja muestras de su conocimiento del medio para sintetizar la historia y plasmarla de un modo atractivo y elegante, destacando especialmente, la estructura que respeta la división clásica en tres capítulos en función de los  enfrentamientos de Beowulf con cada uno de los monstruos e insertando en las primeras páginas de cada uno de estos  una vistosa narración en paralelo para presentar diversos flashbacks y aprovechar asñu al máximo la composición para dejar más adelante espacio a la representación de Rubín de los enfrentamientos con los monstruos.

Pero, sin duda, el peso de la historia recae en un David Rubín del que había que ver cómo se manejaba tras su excelente “El Héroe” y, sobre todo, se adaptaba a trabajar en equipo con un guionista. Se puede decir que el resultado es más que positivo en las dos cuestiones, ya que aunque “Beowulf” no sea un cómic tan sorprendente como aquel es el espectacular trabajo de Rubín el que nos engancha a la historia y nos guía a lo largo de sus páginas al servicio de las sútiles indicaciones de García hasta el punto de unificarse perfectamente ambos aspectos para no poder distinguirse con claridad donde empieza la labor de uno y acaba la del otro..

Rubín se  centra en lo esencial de la historia logrando sinteizar en esta obra la grandeza épica de cómics ochenteros como el “Ronín” o el “Daredevil” de Frank Miller o el “Thor” de Walter Simonson con el minimalismo narrativo de autores modernos tan alejados entre sí como Frank Quitely y Frederik Peeters. Especialmente destacable es el exquisito tratamiento del color, aprovechando especialmente la fuerza del Rojo para dotar de hilazón narrativa a la obra.  Además “Beowulf” está repleto de recursos gráficos que aúnan la espectacularidad estética con una significación narrativa a la hora de ayudar a desarrollar la historia. Desde las viñetas que muestran el punto de vista de los monstruos hasta las pequeñas viñetas que amplían detalles de las splash situadas al fondo.

En fin, “Beowulf” es una dignísima adaptación de la gesta original y un notable cómic de acción que bajo la aparente simplicidad de su argumento esconde una sofisticación formal y narrativa que lo hace especialmente destacable para todos los que les gusten los buenos cómics y lo sitúan por encima de la media. Muy interesante.