viernes, 26 de julio de 2013

“Antes de Watchmen: Dr. Manhattan”, de John Michael Straczynski y Adam Hughes.




Me da la impresión que el personaje más difícil de retomar de todos los que conforman “Watchmen” es precisamente Dr Manhattan, un ser todopoderoso y carente de humanidad al que Gibbons y Moore retrataron magistralmente tanto en la explicación de su origen como en su personalidad en la obra original dejando poco margen de maniobra a hipotéticas revisiones. Por ese motivo, tenía bastante curiosidad por ver cómo John Michael Straczynski y Adam Hughes se las arreglaban para desarrollar una historia interesante  protagonizada por un personaje tan complejo. El resultado es contradictorio pues si bien creo que el tebeo está por encima de la media y creo que consigue sus objetivos también es verdad que JMS eleva tanto el nivel para intentar convencernos de su talento que acaba apubllando y difícilmente gustará a muchos de sus lectores que acabarán desconectando o tendrán que leer la historia un par de veces para enterarse.

A lo largo de los cuatro números que componen la miniserie editada por ECC, JMS vuelve a hacer hincapié en la omnipotencia del personaje el cuál viaja en el tiempo hasta más allá de su origen para convertirse en el observador cuántico, un explorador temporal de las diversas alternativas paralelas ocasionadas por su nacimiento.

Abandonando la fórmula de precuela seguida por el resto de historias la línea, JMS opta por un planteamiento ingenioso y ambicioso en el que elucubra en torno a los orígenes del personaje a partir de un momento posterior a los hechos explicados en “Watchmen” por Moore y Gibbons  estableciendo al protagonista como la medida absoluta  de una historia que gira completamente en torno a él convertido en observador y observado, narrador, a través del monólogo interior continuo, y narrado merced a la brillantez gráfica de Adam Hughes, jugando con ideas tan abstractas de la Física Cuántica Moderna, como son el Principio de Incertidumbre de Heisemberg y la paradoja de Schrödinger. 

El resultado, como no podía ser de otra forma, es un tebeo tan frío como su protagonista, un personaje con el que el lector difícilmente empatizará. JMS intenta deconstruir el origen del personaje tal y como nos lo contara Moore dando una vuelta de tuerca al planteamiento del magistral número 4 de “Watchmen” aunque, como era previsible, el resultado final resulta excesivamente pretencioso y grandilocuente.

Especialmente destacable es la labor en esta historia de un Adam Hughes que abandona su habitual labor como portadista para embarcarse en el desafío de plasmar en esta historia toda la complejidad del guión ideado por JMS. Hughes confirma ser un artistazo y nos deja con ganas de verle más a menudo dibujando sus propios cómics ya que no solo refleja gráficamente a la perfección la esencia del Dr. Manhattan sino que sale con bien a la hora de trasladar al lenguaje gráfico una historia tan difícil como la propuesta por JMS sin caer en la confusión más absoluta.

En fin, “Antes de Watchmen: Dr. Manhattan” es en cuanto a su planteamiento la historia más ambiciosa de toda la línea, un intento por parte de JMS de ponerse a la altura de la obra original y en cierto modo trascenderla lo que seguramente provocará el rechazo de la mayor parte de los lectores y seguidores de “Watchmen” hacia un tebeo que no dejará a ningún lector indiferente. O se le ama o se le odìa.