viernes, 18 de enero de 2013

“Atmósfera Cero”, de Jim Steranko.




Pocos autores ha habido en el mainstream norteamericano que con un bagaje tan corto hayan tenido un impacto tan duradero y profundo cómo  Jim Steranko. Por ese motivo, resulta especialmente sangrante el empecinamiento con que algunas editoriales reeditan una y otra vez las mismas obras dejando otras, en mi opinión más importantes, permanentemente en el olvido. Es el caso, por ejemplo, de “Atmósfera Cero” .la adaptación al cómic que realizase Steranko en 1982 de la película homónima de Peter Hyams que vino a actualizar el clásico “Solo ante el peligro” en clave de ciencia ficción y  fuese publicada por primera vez seriada en la revista “Heavy Metal” y en España en un álbum unitario en la ya añeja edición de Eurocómics.  

El argumento supongo que es conocido por todos. Un policía es enviado a una aislada colonia minera de la luna de Júpiter Io donde se están produciendo extrañas muertes como consecuencia de la introducción de una droga que aumenta la producción de los mineros pero les causa delirios y la muerte. El policía (Sean Connery en la peli en una de sus mejores interpretaciones) está decidido a llegar al fondo de la investigación lo que provoca el rechazo de todos los que le rodean y acabará enfrentándose en solitario con unos asesinos enviados a acabar con él.

A diferencia de otras adaptaciones contemporáneas, Steranko no se limitó a hacer una adaptación literal de la película tirando de oficio sino que se implicó en la obra para dejar su impronta de calidad característica y adaptar realmente el argumento de la película a las posibilidades narrativas del lenguaje del cómic y no caer en el error habitual  en estos casos por aquella época de tratar de reproducir los ritmos del lenguaje eminentemente visual del cine a un medio necesariamente más pausado como es el cómic. 

Steranko, gran conocedor de ambos medios, realiza una adaptación magistral en la que tan importante es la importancia de la imagen a partir de la splash page doble que sirve de decorado como la secuencialización de la acción con viñetas más pequeñas o cuadros de texto  complementando el espectacular panel central y que permiten que la historia avance a partir del impacto visual inicial, incorporando antes que nadie, salvo un tal Bernard Krigstein, nociones de diseño al desarrollo de la historia que le permitieron introducir abundantes cartelas y diálogos sin que afectase al desarrollo gráfico de la narración.

Por otro lado, Steranko obvió cualquier tipo de acomodamiento gráfico optando siempre por las soluciones gráficas más innovadoras y espectaculares con profusión de escorzos y perspectivas arriesgadas llamadas a mantener la atención del lector al tiempo que da una especial importancia a la profundidad de campo para dotar de mayor profundidad a las viñetas y el cuidadoso tratamiento del color se convertía en un elemento primordial para guiar al lector y resaltar aquellos elementos visuales que el autor consideraba oportunos en cada composición

Atmósfera Cero” es uno de los grandes trabajos de Steranko y constituyó en su momento una revolución en la que se adelantó a su tiempo al dar una importancia trascendental al diseño de página a la hora de construir la narración cómo no se había visto desde los tiempos de Krigstein e innovó en la narración con una serie de recursos gráficos que pronto encontraron continuadores de la talla de Frank Miller o Howard Chaykiin en su momento al  últimamente tan ensalzado David Aja. Clama al cielo que una obra de este calibre no haya sido reeditada y lleve tantas décadas olvidada por los editores que no por los aficionados.