sábado, 29 de septiembre de 2012

Cartel de la III Salita del Cómic de Cáceres.



Me ha hecho gracia el cartel – en realidad, es una serie de carteles- de la nueva edición de la Salita del Cómic de Cáceres. A veces, lo más simple es lo más efectivo. Creo que la autora se llama  María Ramos.

Toda la información, aquí.

viernes, 28 de septiembre de 2012

“Vengadores Secretos: Los Descendientes”, de Rick Remender y Gabriel Hardman.




Chsssst…Es un secreto, pero al final me he desdicho de mi idea inicial de no seguir con la serie de “Los Vengadores Secretos” tras el nuevo relevo de guionista y el buen sabor de boca que me dejó Ellis y he picado con el primer arco argumental de su sustituto, Rick Remender. Todo hay que decirlo y buena parte de culpa de mi poca resistencia se ha debido a que el tebeo me ha entrado por los ojos gracias a las espectaculares portadas de un Arthur Adams que ya me gustaría se prodigase más.

 
Remender se lanza a la piscina de “Los Vengadores Secretos” -tras haber probado la temperatura del agua en el número anterior en un episodio autoconclusivo en el que el Capi convence a Ojo de Halcón para que ocupe el liderazgo del grupo- en los números 19 y 20 de la edición de Panini con un arco llamado “Los Descendientes”. Al grupo que ya conocíamos, se unen nuevos miembros al tiempo que han de hacer frente a una nueva amenaza potencial de esas para las que se creó el grupo cuando descubren toda una ciudad secreta de robots y similares gobernados por un misterioso Padre que esperan el momento de, como no, dominar el mundo. Los robóticos no son originales sino que reciclan a buena parte de la chatarra que el Universo Marvel ha ido generando desde que existe y por ahí pululan divididos en castas muertebots, visiones, hombres máquinas, simulacros de vida, centinelas, cosechadores y adaptoides.


No había leído anteriormente nada de Rick Remender pero he de reconocer que en este arco demuestra al menos que conoce el Universo Marvel y “Los Vengadores”, tiene ganas y un proyecto de historia propio que desarrollar inspirado en una de las mejores sagas de la etapa de Roger Stern y John Buscema, Heavy Metal”, sin dejarse lastrar por la herencia recibida del omnipresente Brubaker que, para bien y para mal, había monopolizado la serie hasta ahora y de la que Ellis con muy buen criterio pasó totalmente.

Remender parece tener al menos un conocimiento del medio suficiente como para hacer interesante una serie regular y sabe generar más incógnitas que las que va resolviendo en sus tramas con las que mantener atrapado al lector. Por otro lado, también es de agradecerle que por primera vez en lo que llevamos de serie encontremos a un guionista que parece apostar por otorgar su cota de participación a todos los personajes y no marginar a algunos para centrarse exclusivamente con los que le apetece, como hizo Brubaker, y sea capaz de caracterizarlos adecuadamente en función a la personalidad que les conocemos e interrelacionarlos (es de agradecer que por fin veamos una Bestia cercana a la que todos conocemos y el Capitán Britania sea el tontorrón estirado que debe ser para que haga gracia).


En el aspecto gráfico, Gabriel Hardman, un artista veterano en la confección de storyboards pero con corta experiencia en cómics, cumple sin entusiasmar. Se trata de un dibujante de corte realista y sombrío del estilo de Epting o Lark (aunque no es ni Epting ni Lark) que a mi juicio no cuenta con la suficiente espectacularidad para dibujar una serie de “Los Vengadores” por muy secretos que sean ya que en las partes que requieren acción resulta bastante forzado. A ver si logran convencer a Arthur Adams
En los próximos números, parece que la serie se embarca en el megaevento “Patrulla-X vs. Los Vengadores” que, en principio, me da bastante pereza. Pero, bueno, ¿quién sabe? Ya os contaré si eso.

jueves, 27 de septiembre de 2012

“Angela Della Morte”, de Salvador Sanz.


Intentando mantenerme atento a lo que se mueve en el siempre fértil cómic argentino he descubierto a Salvador Sanz, un autor que ya publicase en España hace un par de años su anterior obra larga “Migrador Nocturno” (que se me pasó), y por el que ahora parecen apostar en EDT, merced a su más firme avalador Hernán Migoya, al publicar en España esta“Angela Della Morte”, serializada originalmente en la revista “Fierro”.

 
En una sociedad futurista no demasiado lejana, los avances científicos han logrado clasificar la muerte como la enfermedad final, un parásito invisible que se come las almas cuando estas abandonan el cuerpo material si no son capaces de en un tiempo máximo de 35 minutos entrar en otro cuerpo. Angela della Morte, es una agente de una de las corporaciones que luchan por mantener estos secretos a salvo tanto del común de los mortales como de otro grupo rival con los que luchan por hacerse con la supremacía del sector.
Lo que mejor puede definir a “Angela Della Morte” es que es una obra bastarda de este siglo globalizado pues son tantas las posibles referencias y escuelas que se pueden rastrear en el elegante claro y oscuro del ecléctico blanco y negro de Salvador Sanz que al final ninguna se impone y la obra tiene una entidad propia a través de un renovador ejercicio de género que mezcla el terror macabro con la Ciencia Ficción. En “Angela Della Morte” es más importante la atmósfera oscura, impersonal y opresiva que la coherencia lógica de unas historias que beben tanto de películas como los “Alyen” de Ridley Scott o “Atmósfera Cero”, mangas de terror que van del terror sofisticado y escatológico de Jungi Ito o Hideo Yamamoto adornado con los virtuosismos tecnológicos de Tsutomo Nihei y a blockbusters superventas con la sencillez expositiva de “Bleach” y un estilo que recuerda a elegantes clásicos tan díspares de los que pirran a servidor como Enkil Bilal, Paul Gulacy y J.M. Béroy.



El gran mérito de Sanz es encontrar el equilibrio entre todos ellos para hacer su obra única alimentada de todas esas influencias sí pero actualizándolas y presentádolas de un modo renovado a un lector potencial que no tiene necesariamente por qué conocerlas. “Angela Della Morte” es un cómic macabro e hipnótico que cumple la función principal de divertir y entretener a un público potencial muy amplio y eso hoy por hoy que los cómics de género están cada vez más encasillados de diversas maneras no deja de tener su mérito. Sanz es un autor a seguir porque sospecho que lo mejor de su arte está por venir


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Las disculpas de Ponent Mon.


(Me desdigo de la entrada anterior porque creo que cuanto antes acabemos de aclarar este tema y pasemos página, mejor para todos).

Me puse ayer a última hora en contacto con Amiram Reuveni, el editor de Ponent Mon, para informarle del uso sin acreditar de las entradas correspondientes a “Ramiro” y Émile Bravo en la web de la editorial. Como lo cortés no quita lo valiente, he de afirmar que un amable Amiram se ha mostrado receptivo en todo momento y, aparte de disculparse, ha acreditado ya la autoría en la web aquí, aquí  y aquí.

 
Todos podemos equivocarnos y de los errores se aprende para no repetirlos en el futuro. Por mi parte, queda el asunto zanjado

Disculpas aceptadas y larga vida a Ponent Mon.


Represión

Tras presenciar ayer la actuación desmesurada de los cuerpos policiales sobre los manifestantes del Movimiento 25S hoy no creo que sea un día adecuado para hablar ni comentar tebeos.

Mañana si acaso, volvemos con la programación habitual, pero hoy no tengo ganas.

martes, 25 de septiembre de 2012

“Doc Savage: El Hombre de Bronce”, de Steve Englehart, Gardner Fox,Ross Andru, Rich Buckler, Tom Palmer y otros.


Curiosamente, como una inesperada manifestación tebeil del efecto mariposa ese tan socorrido, el penúltimo intento de dar vidilla a “Doc Savage” en los cómics llevado a cabo por DC en la paralizada línea First Wave ha provocado que ECC en España se haya liado la manta a la cabeza y nos sorprenda no solo publicando el  material moderno mencionado  sino también las adaptaciones clásicas que “Doc Savage” protagonizó en los setenta en las dos grandes, Marvel y DC, y que pocos apostaban por volver a ver reeditadas por estos lares.


Dejando el “Doc Savage” clásico de DC para una futura entrada, los ocho números de la serie a color que Marvel editó a principios de los setenta recopilados en este tomo tienen su punto de curiosidad histórica y se leen con una sonrisa en los labios por su ingenuidad resultando un material entretenido aun asumiendo el rol secundario que tuvo dentro de la Casa de las Ideas. Probablemente, el astuto Stan  Lee solo se hiciera con los derechos de Savage  para aprovechar el tirón de la película que se anunciaba se estaba preparando en la época y nunca confío realmente en el potencial del Hombre de Bronce, por lo que a lo largo de los ochos números de la serie esta no contó con un equipo creativo fijo aunque sí en todo momento con autores de valía como Andru, Buckler, Englehart o Fox y portadistas de lujo como el siempre eficaz  John Buscema y, sobre todo,  los virtuosos Gil Kane y Jim Steranko.

A lo largo de estos ocho números, los autores Marvel adaptaron cuatro relatos pulp escritos por Lester Dent y sus seguidores de los muchos que Savage protagonizara en su época dorada en la década de los treinta, a razón de dos grapas por relato. A pesar de todo su talento el encargado de adaptar los dos primeros relatos, un Steve Englehart que por aquel entonces también se hacia cargo de series como “Los Vengadores” o “Capitán América”, no encuentra el punto al personaje y se limita a cumplir con el encargo aunque resulte especialmente curiosa comparar la adaptación setentera que realiza del relato pulp “El Hombre del Bronce” de Lester Dent (el creador del personaje)  que, décadas más tarde, también retomaría Azzarello para la miniserie "First Wave" . La aportación de Englehart no mejora precisamente con el siguiente relato que adapta “La Muerte plateada”, un confuso misterio policiaco que enfrenta a Savage y a sus amigos con un misterioso grupo de terroristas plateados.

A nivel argumental, la cosa mejora sustancialmente en los cuatro números siguientes cuando pasa hacerse cargo de los guiones y la adaptación de las historias el veterano Garnerd Fox. La adaptación de los dos delirantes relatos “Los Monstruos” y “La marca del Hombre Lobo” gana en solidez y se nota que Fox conoce el personaje y sus peculiaridades mejor que Englehart realizando un gran trabajo en unas historias en las que Savage debe viajar junto a sus compinches en la primera historia a los bosques de Michigan para resolver el misterio que se oculta en el asesinato de un trampero por unos gigantes y en la segunda historia a Canadá para salvar a su prima y atrapar al presunto hombre lobo que mató a su tío. Estas aventuras son alocada magia pulp setentera y harán las delicias de los aficionados.
En el aspecto gráfico, Ross Andru dibuja la mayor parte de los números en uno de sus primeros trabajos para Marvel tras su larga y brillante etapa en DC cumpliendo con su solvencia característica, aunque no se vea especialmente beneficiado por los continuos cambios de entintador – Jim Mooney, Ernie Chan, Tom Palmer, Frank Giacoia…- brillando especialmente en los números entintados por Palmer. El último número de la serie lo dibujó Rich Buckler ayudado por Palmer.
En fin, “Doc Savage: El hombre de bronce” es un cómic especialmente recomendable para completistas marvelitas y seguidores a ultranza  de “Doc Savage”. Una entretenida apuesta por el pulp añejo de sus creadores que deja patente todo el encanto de los cómics marvel de aquella época plateada en la que incluso los títulos menos conocidos estaban resueltos con gusto y oficio

lunes, 24 de septiembre de 2012

Comparaciones incómodas.


Encuentro en  mi actual librería de referencia  expuestos dos hermosos integrales de cuidada edición de esos que te entran por los ojos y estas pasando por caja casi sin darte cuenta. Material clásico y exquisito editado por Ponent Mon y EDT:

-“Espadas y Brujas” del maestro Maroto que reúne tres historias clásicas de las de espada y brujería “Wolf”, “Dax” y “Korsar” que merecen la pena sobre todo por disfrutar del trabajo artístico de un fuera de serie como Esteban Maroto. Características (según la página oficial): 256 pags, B/N/Color, Cartoné (23,3 x31,4 cms). Precio 24 Euros.

 


Buck Danny Vol. 2”, de Hubinon y Charlier, con tres álbumes de esta serie clásica pionera de la BD comercial y de aventuras. Características (según la página oficial): 240 pags, Color, Cartoné (El tamaño no viene en la página de Ponent Mon pero es un poco más pequeño que el de “Espadas y Brujas”). Precio 46 Euros.

Perdonen que insista, pero ¿me podría alguien explicar como puede haber entre una edición y otra, de similares caracteristicas, una diferencia en el precio final de nada menos 22 euros? Vale, en el ejemplar de “Buck Danny” hay que pagar traductores pero ¿solo eso supone tanta diferencia en ediciones por otro lado con unas características bastante similares? ¿Teniendo en cuenta que incluso a ese precio desproporcionado el primer volumen de “Buck Danny” se ha agotado no podría Ponent Mon ajustar más el precio? Ahora se me podrán dar los argumentos de siempre, las raquíticas tiradas, lo poco comercial que es la BD, el tebeo no vede, la crisis, el Gobierno, etc... Pero, al final, la cosa se reduce a dos hechos: “Espadas y Brujas”, 24 Euros y “Buck Danny 2”, 46 Euros. Desde la ignorancia y sin acritud, ¿Por qué hay tanta diferencia en el precio de uno y otro? Misterios editoriales.

(Otra cosita: aunque sé que soy persona non grata para los editores de Ponent Mon desde que en otra ocasión hice reflexiones parecidas a  estas que planteo hoy, un amigo del blog me ha informado que alguien de la editorial ha hecho un copia y pega de un extracto de  la reseña que le dediqué hace años al “Ramiro”, de Vance, para ilustrar su próximo lanzamiento por esa editorial. No me importa, ya que ya se sabe que lo que se sube en Internet es de dominio público y a mí lo que me gusta es compartir las reseñas de los tebeos con los que disfruto con todos aquellos habituales que tenéis a bien dejar algún comentario y alegrarnos juntos cuando alguno de esos tebeos olvidados que amamos da la casualidad que alguna editorial decide casualmente publicarlo. Eso sí, creo que lo elegante es que al menos si se reproduce íntegramente un texto ajeno del que se conoce al autor es que se cite la fuente por humilde que esta sea y mal que nos caiga. ¿Por qué no lo han hecho? Otro misterio editorial).

domingo, 23 de septiembre de 2012

Guy Peellaert, David Bowie y Diamond Dogs.


Seguramente el trabajo por el que es más recordado el insigne  Guy Peellaert  no son sus influyentes creaciones para la revista "Hara-kiri" proatagonizadas por curvilíneas y coloristas heroínas pop como Jodelle o Pravda sino por esta espectacular portada que el belga realizó en 1974 para el álbum “Diamond Dogs” del andrógino y por aquel entonces provocador  David Bowie, en la que le representó como una especie de animal mitológico híbrido entre humano y perro.



Un todavía bastante rockero Bowie  por aquel entonces, se inspiró para el álbum en la obra maestra de George Orwell1984 y la portada sufrió la censura de la discográfica escandalizada ante los genitales perrunos con que Peellaert representó a Bowie.

Aquí os dejo el video de una de las estupendas canciones incluidas en el album, “Rebel Legend”.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Ya hay cartel para el Salón de Zaragoza.



Obra de Dionisio Platel, una pequeña maravilla evocadora de otros tiempos en las que los tebeos se compraban en los kioscos y se leían y compartían con los amigos.

Toda la información sobre el Salón, aquí.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Joan Navarro, EDT y los daños colaterales.

Me temo que muy a su pesar, Joan Navarro, el mandamás de la antigua Glénat y la nueva EDT, y su editorial están siendo en los últimos tiempos protagonistas de las malas noticias dentro del panorama editorial comiquerl. Y es que si a toda la convulsa historia del paso de Glénat a EDT se le sumaron golpes como perder autores referentes como Rubén Pellejero o Carlos Giménez y la obligación de tener que saldar antes de mediados del 2013 TODO su fondo editorial en el que figure el antiguo logotipo de Glénat la puntilla ha sido la reciente perdida de derechos de los mangas de la editorial Shueisha que suponen buena parte de los ingresos con los que contaba la editorial.

 
Parafraseando a Martin, en el juego de tronos de las empresas y los derechos editoriales estas cosas pasan continuamente y lo que hasta ahora vendía EDT ahora lo venderán otras (Planeta e Ivrea parece ser que ya se han hecho con los derechos de algunas de las series más golosas) y las palmaditas en la espalda y las caras compungidas se han multiplicado en los comentarios del blog de Navarro.

 
Sin embargo, en todas estas historias que Navarro y EDT han protagonizado hay víctimas colaterales de las que nadie parece acordarse y que creo merecen al menos ser señaladas:

 
- Los trabajadores de EDT que, salvo que Navarro se saque algún conejo de la chistera como ya pasó precisamente tiempo ha cuando impulsó la publicación de manga frente a las series de cómic europeo que hasta entonces venía publicando Glénat, seguramente estarán viendo sus trabajos peligrar.

 
-  Las segundas, los libreros que iban a acudir al Salón del Manga de Barcelona que se celebrará del 1 a 4 de Noviembre y que ya habían reservado –y pagado- las novedades de estos mangas. Salvo que Joan Navarro se haya visto obligado a adelantar el anuncio de la pérdida de derechos en su blog porque se iba a filtrar –de hecho a estas alturas todavía no hay ni un anuncio oficial colgado en la página de EDT – no parece precisamente el momento adecuado para anunciar la noticia cuando el Salón está a la vuelta de la esquina. Y es que si EDT decide saldar las novedades de Sueisha programadas para el Salón del Manga puede provocar un importante quebranto económico a los libreros que pensaban desplazarse y ya habían pagado por adelantado esas novedades.

- Y, por último, los terceros los sufridos aficionados  que mes a mes contribuimos con nuestras compras al mantenimiento de la editorial y que la desordenada política de saldos de EDT está provocando más que un dolor de cabeza. Se puede entender que se inicien los saldos con los álbumes de Giménez ya que llevaban años en el mercado pero que se salden series  de anteayer a precios ridículos como “Los naufragos del tiempo” o “Sangre Real” no hace tanta gracia. ¿No deberían haber dejado esos títulos para más adelante y haber empezado a saldar el material más antiguo o haber directamente descatalogado todo el material para venderlo álbum a álbum y no por separado para que los coleccionistas completasen las colecciones iniciadas? Los motivos se me escapan para hacer las cosas así cuando podrían haberse hecho de una manera más racional  que hubiera podido beneficiar a todos los aficionados.

En fin, mi apoyo virtual a Joan Navarro, uno de los editores más veteranos y con mayores conocimientos de la industria del cómic en España. Estoy seguro que saldrá de esta, quizás por una apuesta aún más en firme por los autores patrios que siempre han estado presentes en su catálogo. Ojalá pueda decir lo mismo del resto de víctimas colaterales que se pueden quedar por el camino.

jueves, 20 de septiembre de 2012

“Lady S 2: 59º Latitud Norte /Juego de Pillos”, de Jean Van Hamme y Philippe Aymond.


 Uno de los principales problemas que una serie se jibarice y la publique una editorial pequeña y que apenas se promociona –¡¡ hoy entrado en su web y no la actualizan desde casi el nacimiento de la editorial hace un par de años !!- como 001 Ediciones supone que no dure en los expositores de las librerías apenas una semana, ahogada entre la marabunta de novedades de un mercado en que temo hay mucha más oferta que demanda. Eso me ha pasado con “Lady S”, tras las buenas impresiones que me dejó la primera entrega como os comenté por aquí ya había perdido la esperanza de ver la continuación de la serie hasta que alguien en los comentarios me dejó el soplo que llevaba meses publicada. Ni corto ni perezoso, la busqué y, por suerte, esta vez sí la he encontrado. Y el resultado ha valido la pena.
Esta segunda entrega española de “Lady S”, reúne el tercer y cuarto álbumes de la serie original titulados “59º Latitud Norte” y “Juego de Pillos”. En la primera, Suzan se verá envuelta en un complot en Suecia para secuestrar a los premios Nóbel mientras que en la segunda debe lidiar por toda la Costa Azul con los ardides de la CIA para descubrir más datos de la misteriosa organización antiterrorista europea a la que pertenece.
Por Van Hamme pasarán los años pero no se nota en sus hábiles guiones de intriga y espionaje por lo que no creo que ande muy desencaminado si afirmo que “Lady S”, su serie más reciente en este género de la que acaba de publicarse en Francia la octava entrega, está a la altura de creaciones más (re)conocidas como “XIII” y “Largo Winch”.

 A lo largo de lo que llevamos de serie, Van Hamme ha ido primorosamente desvelando datos en torno al pasado de su heroína y la organización en la que se encuentra enrolada a su pesar al tiempo que en cada uno de los álbumes ha construido más que correctas tramas de intriga soberbiamente resueltas.

El trabajo de documentación de Van Hamme es primoroso y se le puede considerar un auténtico maestro del género que poco tiene que envidiar a los literarios superventas Robert Ludlum o Frederick Forsyth que toma como modelos. La gran diferencia respecto a sus otras series es que esta está protagonizada por un personaje femenino Suzan Fitzroy hija adoptiva de un embajador plenipotenciario de Estados Unidos y antigua ladrona de guante blanco en su oscura juventud tras escapar de la Unión Soviética.

 
Los dos álbumes que se reúnen en esta entrega son muy distintos entre sí en cuanto al tratamiento que Van Hamme da al desarrollo de la historia, pero igualmente efectivos. Mientras en el primero hay una sobreabundancia de texto imprescindible para desarrollar una compleja trama que no se aclara hasta el final, el segundo álbum gana en agilidad con una esplendida historia de contraespionaje en la que la acción y el ritmo aumentan para lograr un álbum que es el mejor de los publicados hasta ahora.
En el aspecto gráfico, Aymond es un digno sucesor de los Vance y Francq, con un estilo realista similar al de estos autores  aunque sus personajes inspirados en modelos cinematográficos resulten más estáticos que los de aquellos. Sin embargo, Aymond cumple la principal premisa de los colaboradores de Van Hamme, adaptarse a sus detallistas historias y en ese sentido cumple sobradamente. Es una lástima que la excesiva jibarización afecte negativamente al trabajo de Aymond como queda especialmente patente en álbumes como “59º Latitud Norte” en la que el apelotonamiento de texto merma en demasía el trabajo del dibujante.
En fin, estaré más atento por si 001 Ediciones continúa  la publicación de una serie que hubiese merecido ser editada en su tamaño original. Eso sí, si finalmente hay adaptación cinematográfica la “Lady S.” perfecta sería Charlize Theron. Por pedir que no quede.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ya hay cartel para el Salón del Cómic de Getxo 2012.

Realizado por el flamante Premio Nacional del Cómic, Santiago Valenzuela inspirándose en su propio universo torrezniano. Más allá que podía haber buscado  motivos más allá de  la autocita el cartel es realmente bonito.

 
Toda la información acerca del Salón, autores invitados y demás eventos, aquí.

martes, 18 de septiembre de 2012

“Turf”, de Jonathan Ross y Tommy Lee Edwards.


Uno empieza a leerse “Turf”, miniserie de cinco números publicada recientemente por Panini en su serie 100%CultComics, y parece que ha entrado en el túnel del tiempo. No solo ya por el aire retro del tebeo que nos traslada al Nueva York de la Edad Seca en el que los gángsteres eran la ley sino sobre todo por las formas en que los autores, el guionista Jonathan Ross y el dibujante Tommy Lee Edwards lo plantean, evocando a otros autores y otros tiempos.
Parece ser que el guionista Jonathan Ross es una estrella mediática de la televisión del Reino Unido, un híbrido entre Buenafuente, Pablo Motos  y Santiago Segura pero sin barba, apasionado de los cómics y con los suficientes posibles como para tener una vasta colección, tan desmesurada como para que incluya cualquier ejemplar original que os podáis imaginar y algunos incluso por triplicado (lo explica Millar en la introducción aunque ya sabemos que este de por sí siempre ha sido un pelín exagerado). Con esas credenciales y el padrinazgo de Millar, Ross hizo su puesta de largo como guionista con un cómics evocador de los tebeos y autores que le gustan y que, generalmente, también me gustan a mí.
“Turf” es una historia delirante que mezcla los gángsteres de la Ley Seca, los vampiros góticos y románticos de frac y mirada lánguida, y unos alienígenas con armaduras de combate despistados de esos que de vez en cuando se dejan caer por nuestro planeta. En el Nueva York de la Ley Seca, los vampiros liderados por los hermanos Dragomir pretenden quitar del medio a las principales bandas de la Ciudad para tener el camino libre para despertar al Antiguo, el padre de todos los vampiros que asegurará su dominio sobre los humanos. Los únicos que parecen capaces de oponérseles son Eddie Falco, un cruel gangster con problemas de conciencia y una conexión empática con un alien varado en la Tierra que dispone de armamento de ciencia ficción, y una periodista chismosa que se siente atraída por uno de los hermanos Dragomir que no parece tan malo como los demás.
Como decía, uno empieza a leer “Turf” y parece que está leyendo el “Nathaniel Dusk” de Don MacGregor y Gene Colan, o el “Camino de Perdición”, de Max Allan Collins y Richard Piers Rayner. Ross imita el estilo denso y literario de MacGregor cargado de cartelas y un voluntarioso Tommy Lee Edwards trata de emular los sombríos y elegantes dibujos de Colan. Sin embargo, ni Ross es MacGregor ni Edwards Colan y la ensoñación se pierde a las pocas páginas en cuanto a los gángsteres y vampiros se le unen los alien en un batiburrillo de historia en la que el ambicioso Ross deja patente que no es tan fácil, por muchas lecturas que se tengan, construir cómics redondos. Ross, como buen aprendiz, naufraga intentando imitar a sus mayores y acaba pagando en exceso su entusiasmo a la hora de construir un tebeo con elementos excesivamente dispares entre sí. Cuesta entrar en la historia que “Turf” plantea desde sus primeras páginas reiterando lugares comunes y ya transitados porque a Ross todavía le faltan tablas para dotar de una personalidad propia, más allá de los estereotipos, a sus personajes, con lo que el tebeo más allá de los guiños y homenajes que plantea y el aficionado valorará, resulta frío, impersonal y previsible en su desarrollo y delirante en su desenlace.
Edwards es un dibujante correcto a pesar de lo inexpresivos de los personajes y lo rígido de sus composiciones, pero a pesar de ello y el encorsetamiento al que le somete Ross es capaz de plasmar con oficio el Nueva York gangsteril de la Ley Seca. Sin embargo no deja de resultar irritante comprobar como en demasiadas ocasiones cae en la confusión gráfica y la reiteración debido al sobreabuso de las cartelas por parte del guionista especialmente en los primeros episodios de la obra. Conforme esta avanza y Ross parece asentarse, las composiciones de página de Edwards se vuelven más vistosas y atrevidas lo que es de agradecer aunque no logre en ningún momento insuflar al tebeo la claridad expositiva que sería deseable. En cuanto a estilo, y siempre bajo la alargada sombra del omnipresente Gene Colan, uno no puede parar de recordar pasando las páginas otros dibujantes aparte de los ya mencionados como Guy Davis o Sean Phillips que con más personalidad han sabido recrear con más éxito esa época y atmósfera.
Turf” es un tebeo tan bienintencionado como olvidable, un proyecto fallido de un equipo creativo con pocas horas de vuelo para abordar una historia tan ambiciosas que se cobija en modelos arcaicos y superados. De todos modos, de las obras fallidas se aprende y es de esperar que en futuras obras mejoren. Dicho esto, que cada cuál saque sus conclusiones.

lunes, 17 de septiembre de 2012

“El asombroso Hombre Lobo 4”, de Robert Kirkman y Jason Howard



Completa la terna de novedades que Planeta ha presentado este mes relacionadas con Robert Kirkman el cuarto (y último) tomo de “El asombroso Hombre-Lobo”, entretenidísimo spin off de “Invencible” que llegó hasta los 25 números.
Nos encontramos ante una trepidante entrega en la que los sucesos se precipitan. Gary Hampton, El Hombre Lobo, infiltrado en el grupo del Semblante descubrirá al fin su misterioso plan maestro y, para limpiar ante todos su nombre, se enfrentará a espeluznantes monstruos abisales encerrados bajo Stonehenge. Sin embargo, cuando la vida por fin parece que le vuelve a sonreír y ha encauzado su relación con su díscola hija, sus ansias de venganza le llevan a pergeñar un plan para acabar de una vez por todas con su odiado enemigo el vampiro Zacarías mientras que El Antiguo, el Hombre Lobo primigenio, le buscará para que finalmente se enfrente a él y reciba el legado para el que está predestinado.


A estas alturas,  Kirkman y Howard debían ser conscientes que la serie iba a ser cancelada y tuvieron el detalle de cerrar todas las tramas planteadas de una manera bastante apañada en una saga que se desarrolló a lo largo de los últimos cinco números. Kirkman deja constancia que tenía buenas ideas para haber podido continuar con la serie y que algo más pulidas podrían haber dado bastante de sí. Concentradas en un único arco, queda todo algo embarullado y algunas de las reacciones de los personajes resulten un tanto forzadas pero el ritmo frenético que el equipo creativo imprime a la historia en su recta final es tal que esas cuestiones quedan en segundo plano y uno se rinde ante el  divertimento sin complejos propuesto por los autores en un fin de fiesta que reune a la mayor parte de los personajes que han ido apareciendo a lo largo de toda la serie.


No quiero dejar de destacar una vez más el gran trabajo de Jason Howard, tanto en este último tomo como a lo largo de la serie. Howard se adapta como pocos al estilo narrativo ágil y directo que Kirkman imprime a sus series superheroicas sin necesidad de recaer en las irritantes repeticiones de viñetas que tanto le gustan al guionista. En esta entrega, a sus muchas cualidades ya comentadas en anteriores entradas une una clara evocación kirbiana con esos monstruos antediluvianos tributarios de The King.
Como resumen final, recalcar que me ha encantado por su simplicidad “El asombroso Hombre-Lobo”, una alegre serie de superhéroes sin más pretensión que divertir y hacer pasar el rato al lector algo que debería ser el abecé del género y en muchas ocasiones se olvida. A fe mía que los desgastados multiversos de las dos grandes deberían tomar buena nota de la alegría contagiosa que desprenden los desacomplejados superhéroes Image, ideados en su mayor parte  por Kirkman, en sus próximos relanzamientos.

Más sobre esta serie aquí, aquí y aquí.

viernes, 14 de septiembre de 2012

“Los Muertos Vivientes 16: Un mundo más grande”, de Robert Kirkman, Charlie Adlard y Cliff Rathburn.



Lentamente avanza hacia su número 100 (en EEUU ya lo ha superado) la serie de zombis de Robert Kirkman de la que Planeta acaba de publicar la decimosexta entrega que incluye los números 91 a 96 de la serie norteamericana.

A la comunidad de Rick y su banda de supervivientes llega Jesús, un superviviente que dice ser un emisario de otra comunidad mayor  que pretende establecer lazos comerciales con Rick y los suyos. Tras vencer las desconfianzas iniciales, Rick y un grupo de elegidos visitará la Cima, la Comunidad de la que proviene Jesús, donde descubrirán que tras su aparente prosperidad en la Cima también tienen sus problemas…Y quizás Rick y sus amigos puedan solucionárselos.

Tomo más bien aburridillo el que nos ofrece Kirkman mientras prepara el centenariazo –los que seguís la serie norteamericana no sopléis nada, por favor-, repitiendo estructuras y modelos ya vistos anteriormente en la serie y dejando la sensación que nos encontramos ante una fórmula agotada. Y es que más allá de la gracia del guiño mesiánico con la presentación de un nuevo personaje de nombre Jesús, usar como único recurso para hacer avanzar la trama la aparición de nuevas comunidades de supervivientes en la serie con las que de un modo u otro competirán los personajes protagonistas para asegurar su supervivencia y con los muertos vivientes que dan nombre a la serie teniendo cada vez un protagonismo más reducido le pasa factura a la obra.

Mención destacada merece el pobrísimo trabajo de Charlie Adlard en esta entrega. Pase que ya no dé ni los grises delegando la tarea en Cliff Rathburn pero en esta entrega su dibujo se me antoja más insustancial de lo habitual, aparte de mostrar graves deficiencias en el tratamiento de las secuencias de acción que incluye el arco ya que chafa todas.  Si Kirkman está pensando en darle un nuevo revulsivo a la serie debería plantearse un recambio de dibujante más pronto que tarde porque estos muertos vivientes ya huelen demasiado.