jueves, 26 de abril de 2012

“Los Vengadores: Año Uno”, de Joe Casey y Scott Kolins.

Cuando yo era crío y me merendaba las galletas con Nocilla, el bocado que prefería era ese que lograba untar  tras rebañar con dedicación el fondo del tarro. A los editores de cómic de superhéroes mainstream les debe pasar un poco lo mismo y en lugar apostar por nuevos personajes o enfoques prefieren dar una vuelta de tuerca más a los que han mostrado su valía en décadas anteriores remozándolos en agradecidas historias en que nos vuelven a contar sus orígenes y así captar nuevos lectores o hacer guiños de complicidad a los más veteranos. Esta miniserie de ocho números conocida como “Los Vengadores: Año Uno” (“Earth Mightiest Heroes” en el original) reeditada con buen ojo comercial por los de Panini a poco del estreno de la adaptación cinematográfica del supergrupo en su apenas cancelado y ya añorado coleccionable “Marvel Héroes” en una edición mejor y más barata que la primera no es de las peores y supone un nostálgico rencuentro con los más grandes héroes de siempre a pesar de los aires de modernidad que Casey y Kolins insuflan.

Esta miniserie se centra en el primer año de existencia de “Los Vengadores” desde su fundación tras el enfrentamiento inicial con Loki hasta el primer cambio de alineación que coincidiría con el abandono de Kirby de la serie aproximadamente y su relevo por Don Heck. Tomando como referencia las aventuras originales de Lee y Kirby para fijar la cronología, el equipo creativo profundiza en los entresijos administrativos que llevaron a la creación del grupo y la aceptación de los nuevos miembros. Esto que en principio podría considerarse un rollo se deja leer con agrado gracias al buen tino de Casey para moverse por los puntos no aclarados por Lee y Kirby rebañando de aquí y allá datos hasta construir una historia fluida y coherente, remozando a los personajes y profundizando en aspectos de su personalidad sin traicionar la esencia ni la continuidad que todo buen lector veterano exige y sí pasaba en esa otra revisión que es “The Ultimates” de Millar y Hitch, siendo quizás el único error que puede ponérsele a Casey es la perorata médica que suelta Thor en el hospital.

En el aspecto gráfico, he de reconocer que Scott Kolins, cuyo trabajo en “La Búsqueda de Hulka” no me gustó, en esta historia me ha gustado más. A pesar que su estilo cartoon no casa demasiado bien ni con el género superheroico en general ni con “Los Vengadores” en particular en esta historia se muestra más comedido que en aquella dando a su dibujo un tono más realista que el exagerado de aquella sin abandonar por ello necesariamente su estilo.

Los Vengadores: Año Uno” es un buen tebeo para iniciarse en la historia de un grupo con más medio siglo a sus espaldas para todos aquellos que quieran profundizar tras ver la peli y su lectura no molestará aquellos que llevamos más de media vida disfrutando de sus andanzas. Como se suele cerrar en estos casos… Nuff Said!

miércoles, 25 de abril de 2012

Cartel para las I Jornadas de Cómic de Valencia

Bonito cartel centrado en la infancia y en el cómic valenciano realizado por Sergio Bleda para las I Jornadas de Cómic de Valencia.

martes, 24 de abril de 2012

Josep Maria Berenguer.

Reconozco que nunca he sido muy de revista pero no deja de ser una triste noticia la de la desaparición de Josep Maria Berenguer una de las figuras clave del cómic patrio. Editor en cuerpo y alma de La Cúpula y de la histórica revista “El Víbora” a través de la cuál difundió multitud de autores y títulos indispensables. Sin duda, el mundillo del cómic le echará de menos.
No, su nombre siempre quedará asociado a las obras que editó.

D.E.P.

lunes, 23 de abril de 2012

“Vuelo de Ángeles”, de Rebecca Guay, Holly Black, Bill Wilingham, Alisa Kwitney, Louise Hawes y Todd Mitchell.

De vez en cuando aparece todavía dentro del sello Vertigo -ya sabéis ese sello para lectores “adultos” y dar cabida a propuestas menos comerciales que crearon en DC hace unas cuantas décadas- un cómic que todavía justifica su existencia, si no ya tanto por el tema de la edad de los lectores (cosa que nunca entenderé demasiado) sí por su carácter de obra de calidad dirigida, en principio, a un público minoritario. Cómics como este “Vuelo de Ángeles” que ha publicado este mes ECC Ediciones en una cuidada edición y que tiene como tema central a esos seres alados presentes en todas las mitologías y que tanto fascinan a Lucia Bosé y, al parecer, la dibujante de este cómic, la ilustradora Rebecca Guay.
 
Vuelo de Ángeles” nos cuenta como un ángel herido cae en un bosque nevado donde es encontrado por un grupo de seres fantásticos pertenecientes al folklore popular (brujas, faunas, hadas, etc.). Mientras el ángel duerme, los seres para decidir si lo salvan o lo dejan morir deciden juzgarlo contando cada uno una historia protagonizada por un ángel para justificar su postura.
 
Como digo, “Vuelo de Ángeles” es un proyecto personal de la reputada ilustradora Rebecca Guay quién al parecer lleva toda su vida fascinada por los angelotes. Para su realización, ha contado con la contribución de una serie de guionistas que la han ayudado a pergeñar una historia cuya estructura, como dice Fran San Rafael en el epílogo, bebe directamente de “Los cuentos de Canterbury” o “El Decameron” pero que yo veo más inspirada en el “The Sandman” de Neil Gaiman de “El Fin de los Mundos”. Las historias están bien enlazadas unas con otras dentro del romanticismo general de la historia, siendo quizás la que más se aparte de ese tono pastelero la guionizada por Willingham, quien firma una historia que perfectamente podría haberse localizado dentro de sus “Fábulas”.

 
Si uno no es aficionado al género fantástico en sus manifestaciones más edulcoradas, el principal aliciente de la historia es disfrutar del gran trabajo de Rebecca Guay que en una obra pensada para su lucimiento no defrauda dando cumplida muestra de su talento, adaptándose a las características de cada una de las historias. Guay deja constancia de su conocimiento de las distintas corrientes del siglo XIX y principios del XX mostrando sus influencias románticas y simbolistas.

Vuelo de lÁngeles” es una propuesta diferente, cuidada e interesante, que muestra el gusto y sensibilidad de sus autores más allá del interés inicial que pueda despertar la propuesta. Yo le daría una oportunidad.

viernes, 20 de abril de 2012

“Flashpoint”, de Geoff Johns y Andy Kubert.



Oye, pues yo no sé como será lo de “The New 52” que ya parece haberse leído todo el mundo pero a mí este “Flashpoint” que acaba de publicar ECC en cuatro grapas mensuales y supone su prólogo me ha gustado. No es el acabose evidentemente, pero en comparación con los  megaeventos con que DC nos ha deleitado en los últimos años y quizás porque mis expectativas no eran nada elevadas me parece que cumple su objetivo de entretener a partir de una historia sencilla, que no abusa de la grandilocuencia hueca y la escritura y dibujo a pachas como en otras ocasiones.
Barry Allen, el segundo Flash se despierta sin poderes en una realidad en la que su madre no ha muerto y en la que los superhéroes son bastante diferentes a los que él conoce. En esta realidad, Atlantis (Aquaman) y Termyscira (Diana) están enfrascados en una guerra que ha acabado con Europa continental por una historia de esas que ya le hubieran gustado inventarse a los Homero y Shakespeare esos, Inglaterra está ocupada por las amazonas y Cyborg anda intentando alistar a los supertipos y supertipas disponibles para meterles en vereda antes que acaben con el mundo aunque como es Cyborg y no anda muy allá de carisma estos pasan. Allen que se huele que como no podía ser de otra manera todo es consecuencia de un malvado plan de su archienemigo Zoom contacta con Batman para intentar solucionar tantas crisis.

Lo cierto es que este “Flashpoint” podría perfectamente haberse publicado como un arco argumental más en la serie regular de “Flash” porque Johns nos ofrece una historia de universos alternativos de esas que siempre han marcado al velocista escarlata desde los setenta y que a Johns pirraron de chiquitito y ha perseguido emular desde que se hizo cargo de la serie y editores y ejecutivos le convirtieron en el Bendis de la compañía.

La historia es una distopia con aromas ochenteros inspirada en esa maravillosa y aún vigente historia de hace tres décadas que fue “Días del futuro pasado” de los Claremont, Byrne y Austin. Johns se aprovecha de lo agradecidas que son estas tramas y entremezcla con solturas conceptos trillados entresacados de aquí y allá para escribir una historia que hubiera necesitado algo más de extensión para explicar algunas hiladas secundarias que quedan descosidas y que imagino habrán quedado aclaradas en algún crossover que no he leído.


Lo que más he disfrutado, más allá de la correcta historia, es el espectacular dibujo de Andy Kubert, quién se nota ha puesto bastante empeño en el desarrollo y ha contado con más tiempo del habitual para el acabado. El hijo pequeño de Joe le da sentido a todos esos rayitos que salen de cualquier lado en los enfrentamientos Flash/Zoom y que tanto suelen irritarme dibujados por otros  e ilustra algunas splash que quitan el hipo como la de esa Torre Eiffel semisumergida.

En fin, “Flashpoint” como megaevento se queda pequeño aunque se deje leer y seguramente podría haber dado más de sí si no hubiera existido tanto interés en sincronizar todo el lío de “The New 52” y tal. Al menos será un poco más para que Johns haya cumplido su sueño de sentirse un poco más como el nuevo Julius Schwartz. Ánimo Geoff, ya queda menos.

jueves, 19 de abril de 2012

“Fulú”, de Carlos Trillo y Eduardo Risso.

Lo cierto es que hay cosas inexplicables en esto del mundo del cómic patrio. Una de ellas, por ejemplo, es que siendo el guionista Carlos Trillo y el dibujante Eduardo Risso autores tan afamados en nuestro país, la única edición que conozcamos de una de sus obras más reconocidas y prestigiosas tanto en Argentina como en Francia, “Fulú”, nos haya llegado a partir de la limitada distribución de la edición que la argentina Doedytores realizara hace ya unos cuantos años de los cinco álbumes que componen la serie.

Ambientada en el siglo XVII, “Fulú” es la historia de la joven y hermosa africana que da título a la serie  vendida en Brasil. La joven Fulú en su nuevo país vivirá todo tipo de penalidades y privaciones con distintos amos hasta que logra fugarse y volver a su África natal.
Salpicada de realismo mágico y aventura, Trillo construye un cómic hermoso mostrando un nuevo aspecto de la historia sudamericana, la esclavitud, a través de las desventuras de la hermosa protagonista enfrentada en un mundo que le es ajeno a todo tipo de desalmados y poderosos. Uno de los mayores alicientes de la serie es disfrutar del magnífico trabajo de un Eduardo Risso que da lo mejor de sí y demuestra su virtuosismo gráfico tanto en el tratamiento de la mancha y el claroscuro en la edición en blanco y negro de Doedytores como en la posterior edición coloreada francesa.
En definitiva, “Fulú” es un tebeo que debería haber corrido mejor suerte en su aventura española. Ojalá alguna editorial patria se atreva a reeditarlo en condiciones.

martes, 17 de abril de 2012

“Usagi Yojimbo: El puente de las lágrimas”, de Stan Sakai.


A la fuerza ahorcan y parece que Planeta se está poniendo las pilas con la publicación de “Las Aventuras de Usagi Yojimbo”, de Stan Sakai, serie que mantuvo aparcada durante años y que curiosamente ha reactivado coincidiendo con la perdida de derechos de DC publicando dos nuevos tomos en poco tiempo. Del primero de ellos, ya hablamos por aquí, y del segundo, “El puente de las lágrimas”, vamos a ocuparnos a continuación.



Tras los acontecimientos pasados al lado de la Dama Tomoe en los dominios del señor Noriuki, Usagi continua su eterno peregrinar de ronin vagabundo debiendo enfrentarse a las constantes amenazas de la Liga de los Asesinos quiénes se la tienen jurada desde hace tiempo. Tras pacificar una aldea, Usagi traba amistad con una camarera que le pide viajar en su compañía. A pesar que el conejo samurai en principio se niega acaba cediendo lo que acabará convirtiéndose en un terrible error.

 

En este nuevo tomo – el vigésimo tercero de la edición planetoide- se recogen los números 94 a 102 de la serie regular de Dark Horse y vuelven a quedar reflejada la maestría de Sakai para encadenar tramas con las que seguir enganchando a los lectores a esta novela-río que ha pergeñado en torno al conejo samurai y su rico universo de personajes secundarios que aparecen y desaparecen en pos a las necesidades de la historia.

Siguiendo una estructura similar a la de Koike y Kojima en “El Lobo Solitario y su Cachorro”, Sakai desarrolla  tramas que se resuelven con rapidez en  uno o dos capítulos pero que enlazan con argumentos más amplios que obligan al lector a mantenerse atento a la trama principal y dan cohesión a la historia. Respetando esa estructura, por otro lado, clásica de las series basadas en el consabido continuará… que, por desgracia, parece estar perdiéndose, Sakai no se limita al desarrollo clásico de la historia tomando como único referente al personaje protagonista sino que experimenta con la narración describiendo en ocasiones los hechos desde la perspectiva de distintos personajes en la estela del clásico de Kurosawa,Rashômon”.

Fuera de continuidad, este tomo incluye el número 100 de la serie desde que la viene publicando Dark Horse. Se trata de un número bufo que cuenta con colaboraciones de distintos autores entre los que destacan Frank Miller, Jeff Smith, Sergio Aragonés y Matt Wagner, entre otros. Especialmente divertida es la anécdota protagonizada por Sakai y Sergio Aragonés sobre su relación con la comida y que en parte transcurre en el Salón de Granada.

En definitiva, “Usagi Yojimbo” es una serie amena y divertida. Ideal para todos los públicos y a un precio competitivo. Que cada cuál, decida.

lunes, 16 de abril de 2012

“La Capa”, de Joe Hill, Jason Ciaramella y Zach Howard.


Joe Hill cuando eligió dedicarse a esto de escribir tebeos y novelas de terror podía haber sacado a relucir el globo del apellido de papá para sobrevolar nos y abrirse puertas y públicos o acomplejarse ocultándolo sabiendo que sus trabajos siempre bajo sospecha sometidos a la inevitable comparación. Como gato revivido o taimado vampiro de ese terrorífico sitio que debe ser el estado de Maine, el astuto Joe tiró una buena jugada omitiendo el apellido familiar porque ahora nadie le puede echar en cara ser el hijo de su papá y aprovecharse del apellido al tiempo que todos sabemos y sacamos a relucir el dichoso parentesco en cualquier reseñita que escribimos sobre su obra (Eh que el Joe Hill este es Joe Hillstrom King, el hijo de Stephen King…). Y, sin embargo, y más allá de llamarse como se llame Joe Hill está desarrollando una interesante carrera como guionista de cómics – como escritor no opino que no he leído nada suyo- con series como “Locke & Key” (vale, pronto escribo sobre ella para ver si animamos a Panini a retomarla) y esta historia de “La Capa”, adaptación de un cuento aparecido en una antología de relatos de terror, que ahora Planeta nos presenta adaptado y ampliado en cómic en una completa edición por parte de Planeta.

La historia de “La Capa” en principio es muy simple. Dos hermanos de edades similares que rivalizan desde pequeños. Uno es bueno y el otro malo. Al bueno le sale todo bien en la vida y el malo es un fracasado que vive a su sombra, amargado sin valorar las cosas positivas con las que cuenta. Cuando el hermano malo se encuentra con una capa mugrosa con la que jugaba de pequeño a los superhéroes que mágicamente le otorga el poder de volar se dedicará a ajustar cuentas a su manera con todos aquellos que piensa que le han estado fastidiando toda la vida y no le permitieron desarrollar su potencial.

Por ahí he leído que este tebeo es una vuelta de tuerca al concepto de superhéroe profundizando en el mismo. Estoy en completo desacuerdo. “La Capa” no es un tebeo de superhéroes y no hace más que sembrar la confusión entenderlo por tal, sino que se trata de un original relato de terror de esos que papá King – mecachis, ya he caído en la comparación yo también- escribía como nadie de joven mezclando elementos fantásticos y terroríficos con la cotidianeidad y que no podías soltar hasta que acababas.

Hill demuestra haber aprendido muy bien sus lecciones y desarrolla una historia excelente tanto en lo que sería la adaptación del relato original como en su continuación en forma de miniserie que hilvana perfectamente uno con el otro para ofrecer un relato único y continuado, bien secundado por el coguionista Jason Ciaramella. La historia está bien estructurada, los personajes sencillos pero definidos con claridad y los diálogos cotidianos y concisos otorgan realismo la a increíble historia de terror.

 

En el aspecto gráfico Zach Howard realiza un trabajo eficaz trasladando a dibujo la historia de Hill aunque su trabajo se vea afectado por un irritante pixelado que no sé si proviene de la edición original de IDW o la española de Planeta, que además se complementa con la reproducción del relato manuscrito en ingles con anotaciones del autor.

 

En definitiva, “La Capa” confirma a Joe Hill, más allá de los parentescos, como uno de los guionistas de terror más interesantes y originales que hay actualmente en el panorama mainstream y deja con ganas de seguir disfrutando de nuevos trabajos que esperemos no se demoren demasiado.

 

viernes, 13 de abril de 2012

Cinco años y un mes de Lector Impaciente.

Pues sí, este año se me pasó la acostumbrada entrada anunciando que este Lector Impaciente donde nos reunimos casi todos los días para comentar sobre tebeos ha cumplido  un lustro nada menos. Un blog en el que tiene cabida todo el que quiera compartir la afición por estas cosas tan mal vistas de la cultura o incultura popular, en general, y el cómic, en particular, abierto a debatir siempre desde la educación y el respeto .



Haciendo balance del último año de blog, este se puede definir como un año de resistencia frente  al panorama tan deprimente que vivimos y que, en mayor o menor medida, nos afecta a todos y a todo.  El mundillo del cómic también lo ha notado y el entusiasmo que se notaba en los primeros años ha ido desapareciendo, instalándose una especie de tristeza expectante en el ambiente que paraliza y quita las ganas de todo. Mirando un poco por encima y ciñéndonos solo a  los cómics, en este año entre amigos aficionados que lo están pasando mal, blogs históricos que han cerrado o reducido su actividad, grandes autores que han desaparecido y el desgaste que conlleva el ir viendo los movimientos o la ausencia de estos de unos y otros, apenas ha habido buenas noticias que generen ilusión y casi parece una locura seguir manteniendo  un blog de actualización diaria que va más allá de la mera información de novedades y reproducción de notas de prensa.

Aunque es evidente que la fiebre de los blogs ha pasado de moda, al menos para mí me siguen pareciendo  una magnífica herramienta de divulgación e intercambio y, sobre todo, un modo de entrar en contacto con otros aficionados con los que compartir intereses y experiencias, por lo que no deja de ser gratificante seguir reencontrándome virtualmente por aquí o por algunos de los blogs supervivientes que frecuento con gente que todavía sigue perseverando y parece tener intereseses comunes y sensibilidades afines.

Hecho balance y formulada una vez más la pregunta fatal sobre si me merece la pena seguir con el blog otro año con el desgaste que conlleva la contestación no puede ser más que sí, un día más, un año más, mientras el cuerpo y las ganas aguanten porque un blog como todo en la vida es una cuestión de resistencia. Bueno, Benedetti lo explica mejor:

"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, ¡porque yo te quiero!"

Impacientes Saludos.

jueves, 12 de abril de 2012

“Northlanders: La hija de Thor”, de Brian Wood, Simon Gane, Matthew Woodson y Marian Churchland.



Si algo ha definido la serie “Northlanders”,  la serie de vikingos que Brian Wood ha venido escribiendo para el sello Vertigo, es su irregularidad. Wood, en su línea inconformista y arriesgada, no se ha acomodado a fórmulas arquetípicas y ha experimentado con distintas propuestas ofreciendo historias interesantes frente a otras menos convencionales sin dar con un término medio que permitiera consolidar un proyecto que finalmente fue cancelado en su número 50. Este sexto volumen que publica ECC retoma la serie allí donde la dejó Planeta y recoge los números 37 a 41 de la serie regular. Reúne un conjunto de historias cortas en las que un Wood más pausado y menos histriónico que en tomos anteriores deja muestras de su creatividad realizando un buen trabajo.

La historia principal del volumen es “El asedio de París”, dibujada por el británico Simon Gane que se extiende a lo largo de los tres primeros números. Partiendo de un hecho histórico –el asedio de París por un ejército danés a mediados del siglo IX- Wood nos presenta al personaje de Mads, un guerrero vikingo que participa en el asedio y contempla como las viejas costumbres de saqueo y lucha cuerpo a cuerpo a las que está acostumbrado van siendo sustituidas por otras más sutiles y civilizadas con las que no acaba de sentirse cómodo. Wood hace avanzar la historia en torno a la relación de Mads con el temeroso monje Abbo, cronista del asedio Para la caracterización de los personajes, Wood opta por utilizar un lenguaje coloquial contemporáneo con lo que contrasta con los hechos bélicos que narra y dotar de un tono socarrón a una historia que no acaba de tomarse demasiado en serio. Gráficamente, la historia es probablemente de las mejores de todas la serie ya que Gane, un dibujante con influencias variopintas que van de Tardi a Corben, se adapta bien a los visuales guiones de Wood realizando un excelente trabajo.

Las siguientes dos historias son dos números autoconclusivos dibujados por autores con escasa experiencia, Matthew Woodson y Marian Churchland, que cumplen sobradamente en historias a las que quizás hubiera beneficiado algo más de extensión. El primero, “La Cacería”, es una correcta historia de aliento londoninano en la que un cazador sueco abandona en pleno invierno los territorios conocidos para adentrarse en la tundra helada en pos de una presa con la que acabará estableciendo una estrecha relación. La segunda, “La hija de Thor”, es una historia en la que Wood vuelve a interesarse por el papel de la mujer en las sociedades vikingas en una historia de iniciación sobre una adolescente que ha de probar su valía para liderar a su pueblo tras la muerte de su padre.

El conjunto es un volumen variopinto, entretenido y ágil en el que Wood por fin parece que había dado con el punto de equilibrio para haber logrado la continuidad de la serie. Sin embargo, las bajas ventas ya la habían sentenciado y esta no pasaría del número 50.

miércoles, 11 de abril de 2012

“Apocalipsis Z: La ira de los Justos”, de Manel Loureiro.

Algunos escritores buscan el éxito desesperadamente sin lograrlo toda una vida y a otros  les avasalla casi por casualidad. Esto es lo que le pasó al gallego Manel Loureiro con su trilogía de terror Apocalipsis Z”. Lo que empezó siendo un blog para cuatro amigos acabó convirtiéndose merced al renacimiento de lo zombi –no, no es un juego de palabras- de hace unos años y a la originalidad de la propuesta del autor en el embrión de una primera novela publicada que sorprendió por su calidad a propios y extraños en un país en el que el terror –y más el terror zombi- tiene tan poco seguimiento. Subido al carro de las trilogías casi por accidente, Loureiro tuvo que aprender el oficio de escritor a marchas forzadas lo que acabó notándose en exceso en su segunda entrega de su “Apocalipsis Z”. Con cambio de editorial por medio, el año pasado apareció la conclusión de su “Apocalipsis Z”, “La ira de los Justos”, una novela en la que el gallego debía de refrendar que era algo más que un aficionado con suerte.

En esta última entrega, los tres supervivientes protagonistas (cuatro contando al gato) son recogidos en medio del mar por un petrolero. Lo que en principio parece que va a ser el principio del fin de todas sus penalidades al encontrar la única ciudad norteamericana que ha resistido a la plaga de los No Muertos. Sin embargo, pronto los amigos descubrirán que la nueva Gulfport y sus dirigentes pueden ser un lugar y unos monstruos peores que los zombis.

En “La ira de los Justos”, Loureiro parece haber tomado buena nota de algunas de las debilidades de “Los días oscuros”, su segunda novela –en realidad, por estructura, primera- sin renunciar por ello a la agilidad narrativa, la documentación en torno a las localizaciones y herramientas y las constantes sorpresas en la trama que eran sus principales puntos fuertes. Es cierto que Loureiro transita por lugares comunes al género fantástico y que en el fondo ninguna de sus aportaciones resulta excesivamente original, pero el escritor gallego tiene la suficiente habilidad para jugar con todos esos estereotipos que toma de aquí y allá logrando que su última novela resulte más sólida y entretenida que la inmediatamente anterior evitando, eso sí, cualquier atisbo de complejidad que la trama y los nuevos personajes podrían haber posibilitado y optando por no alejarse de las formulas del agradecido best-seller ideado para un público mayoritario. No es Cormac McCarthy pero cumple honradamente.

La ira de los Justos” es una más que correcta conclusión para la trilogía y libera a Loureiro para que, ya con más rodaje y oficio, emprenda nuevas y más ambiciosas aventuras literarias. De él depende.

martes, 10 de abril de 2012

“Doc Savage: El Señor del Relámpago”, de Paul Malmont, Howard Porter, Jason Starr y Scott Hampton.

 Hay personajes que tienen mala suerte o simplemente se les ha pasado el arroz y se intente lo que se intente no acaban de cuajar en cómic. Un gran ejemplo de esto es Doc Savage, estrella indiscutible de la novelería pulp en la primera parte del  siglo pasado, que a diferencia de otros compañeros literarios nadie ha sido capaz de  actualizar con éxito posteriormente. De hecho, ni las adaptaciones que se han intentado a otros medios han cuajado, la película ochentera solo puede calificarse de bodrio y todas las adaptaciones al cómic han contado con corta vida a pesar de la competencia de la mayor parte de sus autores. Y, a pesar de ello, es tal la grandeza del personaje que inasequibles al desaliento cíclicamente se vuelve a activar el interés por el mismo conforme una nueva editorial se hace con sus derechos y vuelve a intentarlo. Los últimos han sido los de DC convirtiendo a Savage Jr. en el pilar sobre el que se iba a vertebrar toda una línea de cómics, la interesante línea “First Wave”, otorgando al personaje una nueva serie regular realizada por todo un experto en pulps como el guionista Paul Malmont secundado por el dibujante Howard Porter. En principio, todo muy interesante hasta que abres el tebeo esperando al menos que esté en la línea de la miniserie que sirvió de presentación al universo “Fist Wave realizada por el dúo Azzarello/Morales y resulta que no hay por donde cogerlo. Una pena.


En los primeros cinco números de la nueva serie regular que propone ECC Ediciones, nos encontramos con que el gran Doc Savage y sus ayudantes, los 5 Fabulosos, son víctimas de los repentinos ataques eléctrico de un villano conocido como El Señor del Relámpago contra sus instalaciones. Intentando escapar de tan peligroso contrincante, Savage y sus colegas pasan a la clandestinidad ayudados por un supermagnate griego que les ofrece refugio sin saber que les lleva a una nueva trampa.


Este esquemático resumen puede servir de guía de lectura para quién se atreva con el tebeo ya que me temo que el trabajo de Malmont y Porter es tan deficiente que resulta difícil una historia de género tan en principio sencilla. Y es que Malmont, un escritor con una larga trayectoria como escritor de pulps y best sellers, paga los platos rotos de su presentación como guionista de cómics proponiendo una confusa historia carente de ritmo y lógica en la que los personajes aparecen y desaparecen sin orden ni concierto. Tampoco ayuda precisamente a Malmont la labor gráfica de un pésimo Howard Porter, un dibujante estático y despersonalizado que afea allá donde pone el lápices y en estos episodios intenta emular  a los Ross, J.G. Jones o Morales quedándose en un quiero y no puedo,  resultando en ese sentido lo mejor las portadas de J.G. Jones y John Cassaday.

Realmente tras el amargor que deja la lectura de estas nuevas historias de “Doc Savage”, uno ha disfrutado enormemente con la historia que complementaba esta serie “Justice Inc” protagonizada por otro héroe pulp, El Vengador y sus ayundantes reunidos en “Justice Inc.”, guionizada por Jason Starr y dibujada por Scott Hampton. Tampoco es una historia para tirar cohetes pero Starr y Hampton actúan con cierta lógica con una historia de presentación que establece las pautas del personaje y su tratamiento. Se trata de un thriller en el que El Vengador –un multimillonario transformista que tras la muerte de su familia se dedica a luchar contra el crimen con métodos poco ortodoxos- tiene que salvar a uno de sus ayudantes raptado por un criminal que le exige un millón de dólares para liberarlo. Starr muestra su capacidad y desarrolla con oficio la historia al tiempo que caracteriza a los personajes siendo coherente con la tradición pulp pero otorgándole el toque realista que el universo First Wave preconiza (básicamente, hace que las capacidades transformistas del personaje no dependan de sus poderes sino de su talento para disfrazarse). En el aspecto gráfico, Scott Hampton, el hermano de Bob, realiza un trabajo sobrio y tenebrista a lo Michael Lark, siguiendo un estilo que se ha impuesto en este tipo de temáticas negras.

En fin, una pena que resulte más rica la guarnición y el postre (los artículos de Alfons Moliné son estupendos) que el supuesto plato principal. Más, todavía, porque este tebeo tan flojo ha sido el elegido por parte de ECC para anunciar un ambicioso plan para publicar todo el material clásico –tanto Marvel como DC- protagonizado por el Hombre de Bronce. Esperemos que en la próxima entrega de esta serie, que ya llegaría hasta su cancelación en el número 17, desaparecido Malmont sustituido por otros guionistas la cosa remonte. La verdad tampoco es muy difícil.

lunes, 9 de abril de 2012

“Bruce J. Hawker”, de Vance y Duchâteau.




Hay que agradecerle a Ponent Mon que apueste por los clásicos de la BD a través de una serie de integrales que más allá del susto inicial del precio, están bastante ajustados de precio en comparación con según qué cosas se ven publicadas por aquí. Dicho esto, en el cuidado catálogo que está desarrollando la editorial destaca la apuesta por un autor de la importancia y el recorrido dentro de la BD más comercial como es el belga William Vance, conocido básicamente en las Españas por su larga colaboración con Van Hamme en “XIII” aunque ignorando por otro lado la mayor parte de su amplia producción a pesar que él no dejase de mostrar su amor por nuestro país localizando en España muchas de sus historias. Series entre las que destacan “Ramiro” -de las que ya comenté algo por aquí y que parece entra en los planes de la editorial para finales de año- o este “Bruce J. Hawker”, presentando Ponent Mon los siete álbumes originales en un único volumen junto algunas historias cortas del autor y cuyo principal defecto es la ausencia de las portadas originales.

Bruce J.Hawker” nos cuenta las aventuras del personaje que da a título a la serie, un joven capitán de incierto pasado de la Marina inglesa que se ha hecho con la capitanía de un navío tras la batalla de Trafalgar. Para estrenar el cargo, el almirantazgo le encarga en su primera misión escoltar unos barcos a Gibraltar que transportan una misteriosa arma secreta. Sin embargo, la misión será un fiasco y el joven Hawker tendrá que verse obligado a limpiar su nombre y recuperar el arma que ha caído en manos de los españoles.

Vance, con ganas y abundante documentación, inicía un excelente cómic histórico de acción sobre las costumbres de la Armada británica a principios del XIX desarrollando una ambiciosa historia de largo recorrido en torno a la recuperación del arma secreta mencionada que abarca los cinco primeros álbumes de la serie. A partir de ese punto, la serie va de más a menos completándose con los dos últimos álbumes que desarrollan una nueva y confusa trama ambientada en Londres en torno al enfrentamiento de Hawker con una banda que ha secuestrado a su padre adoptivo.

En el aspecto gráfico, se trata de una serie excelente que va de más a menos y cuenta con un Vance en el mejor momento de su larga carrera dispuesto a dar lo mejor de sí con portentosas marinas y espectaculares recreaciones de paisajes, barcos y personajes de época. Sin embargo, conforme la serie avanza Vance empieza a dejar patentes sus limitaciones narrativas y de caracterización de los personajes embarullando las cada vez más complejas tramas, teniendo que contar a partir del cuarto álbum con la ayuda del veterano Duchâteau. A pesar de ello, “Bruce J. Hawker” ha envejecido bastante mejor que otras obras similares y se lee con agrado siendo una muestra de un cómic comercial y de género de calidad que cada vez abunda menos.

Esperemos que la apuesta de Ponent Mon por la BD clásica se mantenga y amplíe su nómina de exquisitos cadáveres con nuevos títulos. ¿”Barbe-Rouge”, tal vez? Por pedir que no quede.

Ya sabemos cuál es el mejor cómic de guerra.

O mejor no lo sabemos ya que la encuesta, como no podía ser de otro modo, no ha sido concluyente apareciendo muy repartidos todos los votos. Con seis han empatado en cabeza “¡Puta guerra!” y “Los Escorpiones del Desierto” seguidos inmediatamente con cinco por “Blazing Combat” mientras los cómics E.C. y “The ‘Nam” han obtenido tres votos y “La Guerra Civil Española” dos meritorios votos.

Los comentarios han estado bastante interesantes y han apuntado títulos recomendabilísimos como “Ernie Pike” de los grandiosos Oesterheld y Pratt, “Operación Muerte”, de Shigeru Mizuki, o “As de Pique”, de Barreiro y Juan Giménez. Todos estos tebeos han contado con más de una mención y todos juntos conforman una buena iniciación para que los neófitos se adentren en este indispensable género.

Pronto, nuevas encuestas.

sábado, 7 de abril de 2012

Recoloreando Flex Mentallo.


Por una conocida red social me pasan el soplo, pincho el enlace y viendo las comparativas se me vuelve a poner cuerpo de nazareno.
Resulta que la esperada nueva edición del “Flex Mentallo”, joyita tempranera del dúo Morrison/Quitely que permanece inédita en nuestras tierras desde tiempos inmemoriales, viene recoloreada de origen para hacerla más molona y moderna, más ajustada al estilo actual de Quitely, sin tener en cuenta que los brillantes colores y el aire pop del original eran los requeridos precisamente para respetar la esencia de la obra.
Un atentado más a la integridad de la obra original al no respetar los colores que no es el primero ni será el último y viene a sumarse a los recoloreados de “The Sandman”, “El Incal” o “Los Relatos de Asgard”, por comentar solo algunos de los casos más notorios y conocidos que se han dado en España.
Es casi seguro que “Flex Mentallo” se va a publicar en España y que ECC seguirá esta nueva edición, y también lo es que los aficionados pasaremos por caja por disponer en nuestra tebeoteca de esta joyita, más que nada porque será la única edición disponible al menos, hasta que a los esforzados aficionados, les ofrezcan dentro de unos años una nueva edición que respete los colores (eso sí, habrá que ver si a su tamaño o a otro…). Y es que en el fondo el juego de las ediciones y los coloreados es solo una práctica deningrante, pero aceptada por todos, de un negocio en el que al final siempre acabarán pasando por caja los mismos.