jueves, 3 de noviembre de 2011

“Némesis”, de Mark Millar y Steve McNiven.

Existe en el rico y fecundo género negro un subgénero que ha dado algunas de las mejores obras de la novela negra, las novelas criminales, protagonizadas por los malos, criminales que parafraseando a un personaje de una peli de John Huston eligieron o se vieron obligados a vivir “en el lado equivocado de la vida”. En el género superheroico quizás haya menos casos pero si hay un autor empeñado en contar cómics protagonizados por supervillanos –ojo, algo que tampoco ha inventado él- es el escocés Mark Millar, un guionista que parece conocer como pocos los gustos del público mayoritiario y las teclas de marketing que ha de tocar para lograr atraer la atención hacia sus obras más personales.


Si Millar ya había mostrado su obsesión por los supervillanos en las interesantes “Wanted”, e incluso “Kick-Ass”, vuelve a retomar el tema en “Némesis”, su última miniserie de cuatro números para el sello “adulto” de Marvel Icon junto al dibujante Steve McNiven con el que ya había colaborado en “Lobezno: El Viejo Logan” y “Civil War” y que en España publica Panini.

En esta miniserie, Millar nos presenta a Némesis un supervillano enmascarado que viste de blanco inmaculado y cuenta con incontables recursos y habilidades para viajar por el mundo dedicándose a desafiar y asesinar a los mejores policías del mundo por mera diversión. Tras acabar con un comisario japonés, Némesis se traslada a Estados Unidos para acabar con el policía que aparentemente detuvo a sus padres iniciando una guerra en la que no se admiten prisioneros y en la que el villano siempre va un paso por delante de los polis.

Bueno, vamos por partes…Millar no inventa nada y simplemente se dedica a actualizar un clásico pulp como Fantomas quizás sin saberlo vendiéndolo como la encarnación del Joker y Batman en un mismo personaje para disparar la imaginación de la muchachada impresionable y los agentes de Hollywood siempre a la expectativa. Y, a partir de esa premisa, se monta un tebeo macarra y vacilón en el que prima la acción y la violencia alimentando la brutalidad de su creación a costa de ridiculizar a los hipocritas representantes de la ley y el orden establecido.


Evidentemente, Millar como Moore y Lloyd en “V de Vendetta” no se corta en mostrar la ambición e hipocresía de la autoridad, pero mientras Moore imprime su obra de un anarquismo romántico que la ha convertido en un clásico referencial, Millar se monta un blockbuster nihilista tan anecdótico como olvidable dada la sencillez de sus premisas. Y es que, no nos equivoquemos, las propuestas más interesantes y originales de Millar no están en “Némesis” sino en obras como “Wanted” o “Kick-Ass” siendo esta última obra una vuelta de tuerca bastante hueca salvo que uno descienda a disfrutar de las barrabasadas efectistas de las que es tan amigo el escocés y aprecie el humor ácido y cómplice del que sabe que se está quedando con la peña.

En el aspecto gráfico, repite con Steve McNiven un dibujante que me pareció muy interesante en anteriores obras pero que en esta ocasión, probablemente a instancias de Millar, opta por un estilo menos detallado, esquematizando una narración que recuerda al manga basada en grandes viñetas para acelerar un cómic ya de por sí frenético que potencia los golpes de efectos planificados por el guionista. McNiven con todo no lo hace nada mal y cumple con los niveles de espectacularidad que la obra requiere. Un dibujante a seguir de cerca.

En fin, que nadie se engañe, “Némesis” (a propósito, un tal Byrne ya se inventó un personaje de mismo nombre para "Alpha Flight") es un tebeo de acción entretenido y poco más. Para nada es la piedra filosofal que va a salvar el género superheroico ni inventa nada que ya no existiera limitándose a adaptar viejos modelos a los gustos más truculentos de los nuevos lectores pasando de puntillas por las ideas que a mí me parecen más interesantes – que, por otro lado, ya se encargaron antes de desarrollar los Miller, Moore, Ellis o Morrison con más acierto- quedándose Millar en la superficie de todo menos de las tripas que salpican sus páginas. Ya veremos que da de sí la película.