viernes, 15 de julio de 2011

“¡Si Asgard pereciera…!”, de Len Wein y John Buscema.

Entre el aluvión de títulos publicados por Panini protagonizados por el Dios del Trueno a la estela de la reciente película, no hay que dejar de destacar este tomo que recoge uno de los mejores momentos de la longeva vida de las colecciones de Thor, el de la incorporación a la serie formando equipo junto al talentoso John Buscema –que se había hecho cargo de la serie en el número 182 - de Len Wein, uno de los mejores guionistas de la década de los setenta creador de personajes tan importantes como Lobezno o La Cosa del Pantano, quienes harían las delicias de los aficionados durante una corta etapa conjunta que llegaría hasta el número 259 de la serie. Este tomo en concreto recoge la primera parte de esa etapa con los números 242 al 253 de la serie “The Mighty Thor” , una buena muestra del Thor setentero en el que se recogen varias aventuras protagonizadas por Thor junto a los Tres Guerreros y la novia de Thor, una Jane Foster “poseída” por el espíritu de Lady Sif.

Len Wein realizó un excelente debút en la serie con un grupo de entretenidas aventuras supeheroicas en la que mezclaba su conocimiento de las señas de la identidad del personaje desarrolladas anteriormente por Kirby y Lee con su afición a la Ciencia Ficción e interés por la realidad contemporánea logrando que no chirriasen para el lector conceptos tan dispares como los dioses nórdicos made in Marvel, los viajes en el tiempo y los alienígenas, intervenciones en imaginarias repúblicas bananeras o viajes a Asgard para acabar con conspiraciones para hacerse con el Trono Dorado que se desarrollan sin dar respiro para el lector, manteniendo el carácter marcadamente superheróico de la serie. Historias sencillas y bien desarrolladas a pesar de su tono grandilocuente por las que ha pasado el tiempo razonablemente bien.

En el aspecto gráfico, el tomo es una buena oportunidad para disfrutar del arte del hombre milagro de la Casa de las Ideas, un John Buscema que en estos números se muestra más kirbiano (palabro) que nunca, asumiendo el desmesurado colosalismo barroco establecido por The King en su serie más personal para Marvel, pero matizado con su sobresaliente y dinámico tratamiento de la anatomía humana y fluida narrativa con lo que los tebeos con un coloreado bastante más respetuoso que el perpetrado en la reciente Relatos de Asgard” se vuelve una delicia para el aficionado. Buscema en estos números cuenta con dos entintadores históricos, Joe Sinnott y Tony de Zuñiga, bastante diferentes entre sí en su tratamiento de los lápices de Big John –mucho más respetuoso Sinnott respecto a un de Zuñiga que se toma más libertades- pero logrando ambos espectaculares resultados.

Los números recogidos en “¡Si Asgard pereciera…! son estupendos tebeos de superhéroes pensados por y para entretener que pasado los años y las décadas siguen cumpliendo sobradamente su objetivo. No es poca cosa.