jueves, 2 de junio de 2011

“Agente Secreto X-9”, de Alex Raymond, Dashiell Hammett y otros.



Uno no se acaba de explicar muy bien –bueno sí se lo explica debido a la ausencia de una reedición reciente en el mercado norteamericano ya que la última de Kitchen Sink tiene como veinte años- como hace pocos años en ese amago de boom del cómic clásico que tantas selectas obras, que no selectas ediciones, recuperó (“Príncipe Valiente”, “Terry y los Piratas”, “Thimble Theatre” (¿para cuándo los siguientes volúmenes?), “Tarzan”, etc…) y entre los que destacaron la recuperación de los gloriosos trabajos de Alex Raymond,Rip Kirby” y “Flash Gordon”, se quedó en el limbo de este gran artista una de sus creaciones más demandadas y añoradas por los aficionados “Agente Secreto X-9”, que Raymond en 1934 junto al reconocido padre de la novela negra Dashiell Hammett para hacer sombra al todopoderoso “Dick Tracy”, de Chester Gould (que en estos momentos está reeditando en una cuidada edición Norma Editorial porque de este sí existe reedición en el mercado norteamericano).

Realmente, el autor de “Cosecha Roja” solo firmó la primera gran aventura del protagonista para, posteriormente, limitarse a apuntarle las tramas a Raymond para que este llevase con brillantez todo el peso de la serie protagonizada por un duro y anónimo agente –que en etapas posteriores descubriríamos que se llamaba Phil Corrigan- de una organización gubernamental que luchaba contra el crimen –que acabaría siendo el FBI- obsesionado por atrapar a todo tipo de hampones y maleantes desde que unos gangsters acabaran con su familia.

En “Agente Secreto X-9”, Hammett, se encargó de trasladar por primera vez el “hard boiled” a viñetas pero más allá de la curiosidad de su presencia en la serie esta resulta de interés por poder disfrutar de la evolución de un Alex Raymond que a lo largo de los dos años que le dedicó aprendió a adaptar su estilizado y elegante estilo realista enfocado hasta ese momento a fantasías localizadas en el espacio, “Flash Gordon”, o la selva, “Jungle Jim”, a la realidad urbana y cosmopolita, que posteriormente alcanzaría su máxima expresión en la fantástica “Rip Kirby”.

Tras la etapa de Raymond y la etapa continuista de Austin Briggs que abarcaría los cuatro años siguientes, la serie continuó con desigual fortuna hasta 1996 con algunas etapas realmente notables que no estaría mal recuperar al menos en parte, como la de Mel Graff, que estuvo veinte años al frente de la serie, o incluso la de Bob Lubbers/Bob Lewis, pero como de estas no existen reediciones casi como que habría que encomendarse a San Dashiell para lograrlo… Con un poco de suerte, resultaría quizás más sencillo recuperar la notable etapa – la mejor tras la de los creadores- en la que Al Williamson y Archie Goodwin formaron equipo durante diecisiete años y que en Estados Unidos está reeditando actualmente IDW pero vista la ausencia de interés de los editores españoles como que la cosa parece difícil.

En definitiva, la recuperación de “Agente Secreto X-9” en España es un proyecto de enjundia que ninguna editorial parece tener ganas o capacdad de abordar dada su complejidad. Y es una lástima porque mientras los años pasan los aficionados españoles más jóvenes no disponen de la oportunidad de valorar una obra pionera del cómic policiaco más allá del dato anecdótico con lo que la labor de tantos y tan buenos autores parece destinada a ser definitivamente olvidada.