lunes, 23 de mayo de 2011

“Agencia de Detectives Black Diamond”, de Eddie Campbell.

Vaya por delante que no he leído ninguno de los trabajos biográfico-y ensayos que últimamente se han venido publicando de Eddie Campbell, por lo que le conozco básicamente por sus trabajos a pachas con Alan Moore: la monumental “From Hell”, en la que creo que tiene más mérito del que se le suele reconocer (lo que suele pasarle a la mayor parte de los dibujantes con los que colabora el barbado) y la olvidable “El Amnios Natal”, una frivolidad como cualquier otra. Y no he caído hasta ahora en la compra y lectura de esas obras, a pesar de sus buenas críticas, porque andaba yo esperando algo que despertase mi entusiasmo hacia un autor que me había dado una de cal y otra de arena. Algo como este “Agencia de Detectives Black Diamond”, que publica Astiberri en una bonita edición, que me permitiera calibrar su evolución en una obra “menor” antes de meterme en mayores complicaciones.

John Harlin es aparentemente un apacible granjero que vive tranquilamente con su mujer en la rural Misouri, cuando de un día para otro la ordinaria y ordenada vida que se ha construido en los últimos cinco años se hace añicos al ser abandonado por su esposa al mismo tiempo que se convierte en el principal sospechoso del robo a un tren que ha provocado cientos de víctimas. Aunque todas las pruebas le incriminen y la Agencia de Detectives Black Diamond lo tenga muy claro, Harlin es mucho más de lo que aparenta e iniciará una huida perseguido por los detectives para limpiar su nombre –o al menos uno de ellos- y recuperar a su mujer.

Agencias de Detectives Black Diamond” es un tebeo tan irregular como interesante en el que Campbell despliega sus recursos narrativos al servicio de una trama entretenida de “falso culpable” que va de más a menos y se resuelve de un modo abrupto y confuso con algunos elementos de la trama que me recuerda muy sospechosamente al primer álbum de “W.E.S.T”.
Por otro lado, tampoco todos los fallos y las rocambolescas casualidades que pueblan la historia se puedan achacar del todo a Campbell quién parte de un guión de Charles Gaby Mitchell –en algún sitio he leído con cierta malicia que esta obra es un “storyboard”, afirmación con la que no estoy de acuerdo- y, en buena medida, me da la impresión que con su trabajo gráfico incluso logra disimular lo artificioso de la idea original aun cuando me da la sensación que Campbell tampoco esté demasiado interesado en la obra más allá que como ejercicio de estilo con el que depurar recursos y habilidades. Campbell se muestra como un narrador bastante fino en líneas generales con algunos momentos muy buenos, básicamente en las que narra la explosión del tren al principio de la historia, obsesionado con una depuración narrativa que llega en ocasiones al esquematismo que le lleva a prescindir de cualquier adorno argumental y textos auxiliares que aclaren y enriquezcan la trama y profundicen en el desarrollo de unos personajes a los que apenas aboceta con unos mínimos rasgos identificadores y a los que no ayuda a reconocer precisamente su estilo de dibujo evocador del impresionismo norteamericano.

Por otro lado, es curioso que en los recursos que mejor aplica Campbell tampoco me resulten excesivamente novedosos – el uso del rojo para fijar la atención del lector y guiar la lectura ya se lo vimos a Miller utilizar con mucho tino en “Sin City” o la utilización de elementos retro me recuerdan a “La Liga de los Hombres Extraordinario”, de Moore y O’ Neill. Con todo, Campbell usa de esos recursos con tino y quizás su utilización sea lo mejor de la obra, sobre todo en comparación con otros momentos que resultan muy confusos como las secuencias de los tiroteos.

En definitiva, “Agencia de Detectives Black Diamond” no pasa de ser un tebeo correctito realizado por un autor, eso sí, que se nota que está pendiente de analizar y estudiar el medio para aplicar esos hallazgos a su propia obra y queda lejos de la excelencia que se le presupone a este autor dado el eco con el que cuenta y habrá derrochado en otras obras. Si en algún momento, logro bajar la pila de lecturas pendientes, probaré con “Alec” pero, visto lo visto, no tengo excesiva prisa.

Paul Gillon (1926-2011)

Para rematar el despertar depresivo de este lunes de resultados electorales que no por esperados son menos desesperanzadores, me entero del fallecimiento de Paul Gillon, octogenario autor francés que por suerte los más jovencillos que hayan tenido interés han podido al menos conocer gracias a la reedición que el año pasado realizó Glénat de una de sus mejores series, “Los náufragos del tiempo”.

Exquisito dibujante de trazo delicado especializado en hermosas y sensuales mujeres, Gillon sacó partido a su dibujo minucioso y cuidada narrativa, abordando con desenvoltura y éxito casi todos los géneros desde la “capa y espada” o las adaptaciones literarias al romance, destacando especialmente en la boyante Ciencia Ficción europea de los setenta donde destacó con dos grandes series, la mencionada de “Los náufragos del tiempo” y “La Superviviente”.

Gillon fue un multipremiado autor que ganó varios premios de Angoulème y el Yellow Kid, aunque en los últimos tiempos esas cosas de las modas hicieron que su obra haya pasado demasiado tiempo arrinconada para los nuevos aficionados.

Aquí hay un completo y excelente artículo en que se repasa su biografía y extensa obra que, por desgracia, en España en su mayoría se encuentra todavía olvidada.

D.E.P.