domingo, 17 de octubre de 2010

“Velocidad Moderna”, de Blutch.

Esperaba con interés la última obra del talentoso francés Blutch publicada recientemente por La Cúpula y la conclusión tras la lectura no deja de ser un poco decepcionante porque reencontrarse con el talento gráfico descomunal de un dibujante tan hábil como Blutch siempre es un placer pero resulta un poco triste asistir a como una obra con unos mimbres interesantes va perdiendo interés debido a la ausencia de un buen guión que le dé continuidad a tanta brillantez.

Velocidad Moderna” es la historia de Lola una bella bailarina que intenta abrirse camino en el duro mundo de la danza. Sus evoluciones ante su exigente maestro son espiadas por Renée una bella escritora que la aborda en la calle para hacerla una sorprendente propuesta: acompañarla en su día a día para convertirla en el objeto de su próxima novela. Lola accede y juntas se encontrarán con extraños personajes y grupos a lo largo de una extraña noche parisina en la que las fronteras entre la conciencia y la imaginación parecen disiparse.

La imaginación, el sexo y el inconsciente freudiano son temas recurrentes en la obra de Blutch y en esta nueva obra vuelven a aparecer en un relato de corte fantástico que recuerda remotamente a la obra de novelistas de Boris Vian o Arthur Schniltzer y grandes directores como el Scorsese de “Jo, qué noche” o el Kubrick de “Eyes White Shut” en una historia en la que los encuentros con personajes increíbles de la protagonista y la atmósfera irreal impregna toda la historia hasta el punto de disbujar la razón de ser de una protagonista que es un mero vehículo para los encuentros imaginados por el autor.A pesar del buen comienzo de la obra, Blutch se deja subyugar por su propio talento para describir esas situaciones y la historia acaba dispersándose sin freno quedando reducida a un mero ejercicio de estilo -¡ Y qué estilo el de Blutch para lograr a través de su trazo sucio y feista recrear atmósferas sutiles y bellas!- que muestra el virtuosismo gráfico de un autor superdotado pero que acaba derrotado y aburrido de su propia historia. Una lástima porque señala Blutch en la entrevista que complementa el volumen el autor llevaba inmerso en el proyecto años para un resultado que no acaba de ser redondo.

En definitiva, “Velocidad Moderna”es una obra interesante para los seguidores convencidos de Blutch que podrán disfrutar además de la historia principal de una serie de páginas en blanco y negro excluidas de la historia principal y una larga e interesante entrevista concedida por el autor, pero "Velocidad Moderna" no es un tebeo que recomendaría a nadie que no hubiera leído previamente la obra del francés y aconsejaría que se iniciasen con obras como “Peplum” o “La Voluptuosidad” más logradas en mi opinión.