lunes, 19 de julio de 2010

DMZ, Morgan Spurlock y yo.


Aunque en la portada lo ponga bien grande, no les hagan caso a los de Planeta que el talentoso Morgan Spurlock, el autor de “Super Size Me”, no es quién ha escrito la introducción ni las biografías (aunque estas no aparezcan acreditadas) que aparecen en el interior del "Corazones y Cerebros", el último tomo de la excelente serie “DMZ”, de Brian Wood y Ryan Kelly, sino un humilde servidor.

En fin, sin comerlo ni beberlo -y no es una broma fácil con el tema de la peli de Spurlock- me encuentro envuelto en el último casicazo. Y es que hay algunos que no aprenden….


“Otro romance suburbano”, de Juan José Ryp y Alan Moore.

El completismo es uno de los peores vicios que tenemos los aficionados a los cómics. Es ver el nombre en la portada de uno de nuestros autores favoritos que iremos como zombis dispuestos a pasar por caja con tal de no dejar coja nuestra comicgrafía completa del autor que reverenciamos. Esta conducta irracional y destructiva (sobre todo para nuestros mermados ahorrillos en tiempo de crisis) ha sido estudiada y explotada por todo editor de cómic que se precie; más si cabe, como es el caso de Avatar, si cuenta en su nómina de autores con una firma con el tirón de Alan Moore. Y, de este modo, llegamos a la recopilación de historias que bajo el título de “Otro romance suburbano”, acaba de publicar Glénat y que uno probablemente hubiera dejado en el anaquel de la estantería esperando mejor ocasión si no las firmase el genio de Southamptom y no las dibujase el español Juan José Ryp, un dibujante que a fuerza de constancia y talento se ha convertido en la auténtica estrella de Avatar Cómics más allá del tirón mediático de los guionistas con los que cuenta la editorial.

Dicho esto, “Otro Romance Suburbano” es un tebeo recomendable básicamente para completistas de Alan Moore ya que las historias que lo componen tienen un cariz experimental y de autor en la que prima más la forma que el contenido de la historia, habiendo nacido algunas de las cuales como la que da el título a la obra “Otro romance suburbano” para otros medios como el teatro. ¿Son malas historias entonces? No diría yo eso, sino que son historias poco convencionales que probablemente si no vinieran firmadas por quién las firma no habrían encontrado publicación. Dicho esto y, a pesar de su brevedad, no carecen de interés para el aficionado a la obra de Moore ya que este intenta trasladar ciertos registros propios de la poesía al terreno del cómic y como aquella buscan más crear un estado de ánimo –desasosegante- en el lector y que sea este el encargado de hacer su interpretación más que la narración lineal de una historia convencional con principio, nudo y desenlace. Ahondando en ello, Moore no omite en el ton ode estas historias un toque fatalista y pesimista que se traslada directamente a la temática de dos de ellas, “Judy apagó el televisor” y “Otro romance suburbano”. En la primera, Moore construye una metáfora nihilista y ciberpunk acerca de fin del mundo a través de un bucle atemporal que se agota en el clic del apagado de la televisión mientras que en la otra cambia el chip para embarcarse en una historia con ínfulas de crítica social en la que se convierte en maestro de ceremonias de las penalidades que se viven en un barrio periférico de Glasgow. Para mí, la más interesante de las tres historias es la segunda, titulada “Los viejos gángsters nunca mueren”, una auténtica declaración de amor a la figura del Gangster cinematográfico en una historia en la que lo real y lo irreal, la vida y la muerte, orbitan en torno a la figura de Dillinger.

A pesar del prestigio del guionista si estas tres historias destacan ha sido por la labor del dibujante español Juan José Ryp que sale airoso en la difícil tarea de sacar adelante estas atípicas historias y darles un carácter personal e impactante que multiplican y refuerzan la idea inicial de Moore. Ryp se apropia de las ideas de Moore y las hace suyas ofreciendo algunas de las mejores composiciones de su carrera al abandonar los barroquismos excesivos de los que abusa en algunas obras superheroicas para mostrar un dibujo más simple pero no por ello menos elaborado, detallista ni pobre, que a mí personalmente me ha gustado más y que se ajusta perfectamente a lo demandado por Moore.

En fin, “Otro Romance Suburbano”, editado muy correctamente por Glénat, es un cómic definitivamente para completistas de Moore y que se sumerge en la vertiente más críptica y soterrada de su compleja personalidad, pero también es una buena oportunidad para conocer la labor de Juan José Ryp, un dibujante al que hay que seguir muy de cerca y que en esta obra demuestra capaz de poner luz en recovecos a los que pocos pueden llegar. No es poco, creedme.

Otras obras de Juan José Ryp en El lector impaciente:

"Black Summer".
"No Hero".