viernes, 16 de julio de 2010

“El Diablo”, de Brian Azzarello y Danijel Zezejl.

El Diablo” era un atípico personaje –un bancario que tras caerle un rayo y caer en coma se convierte en el contenedor de un espíritu vengativo que sólo se despierta para perseguir a los malos-de la inagotable galería de héroes del Oeste de la DC que pasó sin pena ni gloria. Tras unos inicios cmpartiendo cabecera con “Jonah Hex” y una serie propia que pasó sin pena ni gloria al olvido al personaje se le dio carpetazo en “Crisis” hasta que Azzarello lo recuperó para el sello Vertigo en esta miniserie de cuatro números que, a pesar de llevar el nombre del personaje en la cabecera este tiene una importancia marginal como elemento secundario de la trama sucia de suplantación de identidades que Azzarello quiere contar.

Moisés Stone es un antiguo cazarrecompensas que lleva una vida tranquila junto a su mujer como sheriff de un tranquilo pueblo en el que esperan terminar sus vidas sin problemas. Sin embargo, cuando en el pueblo irrumpe tras unos vaqueros que habían ido a tomar unas rondas el forajido conocido como El Diablo y deja malparado al duro sheriff Stone, este organizará una partida de caza que le perseguirá hasta las últimas consecuencias, una caza que obligará a Stone a enfrentarse con los fantasmas de su pasado en Halo, el pueblo al que nunca pensó que volvería.

Irregular trabajo de Azzarello en su primer acercamiento al género western –volvería a intentarlo en la serie “Loveless” junto a Marcelo Frusin- a través de una historia de intriga con elementos sobrenaturales de estructura circular en la que los elementos típicos del western quedan difuminados, por no decir que desaparecen. En realidad, Azzarello se limita a encajar una trama negra de suplantación de identidades en medio del Oeste sin que este tenga especial importancia en la trama. Si el tebeo entretiene es gracias a la frescura que Azzarello le confiere a los diálogos y algunos momentos que si bien funcionan por sí mismos de manera independiente conforme avanza la lectura al finalizar la historia el lector es consciente del poco cuidado puesto por el guionista por coser las costuras de una historia con demasiados agujeros.

No ayuda para nada a Azzarello el apartado gráfico donde el croata Danijel Zezejl deja constancia que su estilo sucio y de trazo grueso es poco adecuado para el género Western, aun cuando este sea tan raro como el que idea el guionista. Zezejl está lejos de ser un Eduardo Risso, es un dibujante con marcado carácter expresionista que me recuerda a John Paul Leon pero que ni por asomo logra los resultados estéticos de aquél, con lo que la localización que en este tebeo hubiera requerido un especial cuidado dado el poco cuidado que Azzarello ha puesto en él (aquí se le ven las carencias y todo lo que le ha “tapado” Risso en “100 Balas”) y que me lleva a pensar que la historia hubiera funcionado igual–o no hubiera hecho- en cualquier otro contexto (bélico, terror, negro…).

En definitiva, “El Diablo” es un cómic “made in Azzarello”, una buena idea poco trabajada que no acaba de desarrollarse a fondo por el poco cuidado que el autor pone en los detalles.

Linterna Verde, ¿Linterna Verde?, ¿Farola Verde? Mande…

Resulta irritante la tendencia generalizada en los directores artísticos o los diseñadores de vestuario o vete tú a saber quiénes son los encargados en las películas de superhéroes de remozar la imagen de los personajes. No es algo exclusivo, por supuesto, pero parece que existe un estúpido afán de protagonismo que les capacita para hacerse notar con variaciones que por lo general acaban irritando a los que conocen a los que han seguido a los personajes durante años. Quizás son pequeños detalles pero son pequeños detalles que sumados a otros, pequeños y grandes, hacen que las películas funcionen y la gente tenga ganas de verlas.

Esta semana que hemos repasado las películas de “X-Men: First Class” y “Thor” acabamos con la primera imagen de Linterna Verde para la película que supuestamente se estrenará en 2011. Linterna Verde es un personaje con el que deberían andarse con mucho cuidado para no acabar haciendo el ridículo más espantoso porque sus características obligan a una película épica, grande y…espacial, un pedazo de “space opera” que debería seguir la línea de “Star Wars” o “Star Trek”. Mucho presupuesto y un trabajo duro de guión y dirección para que tanto derroche de imaginación como requiere un tipo con un anillo verde con el que puede hacer lo que quiera y que se lo dieron unos enanitos azules cabezones para que patrullase el universo resulte creíble en la pantalla.

Complicada tarea de por sí para incorporar añadidos irritantes como convertir el traje de Linterna Verde en una especie de farola estreñida. Entre todos los variantes de traje que han tenido los linternas verdes en los cómics no hay ninguno que tenga esos detallitos tan horteras ni sea completamente verde.

Habrá que ver algo más pero mal empezamos…Sin ser agonías yo por esta peli no doy un duro.