viernes, 12 de febrero de 2010

“Fabulas: Las Edades Oscuras”, de Mark Buckingham, Bill Willingham y otros.

Tras el para mí decepcionante anterior arco argumental, “La Gran Guerra”, en el que finalizaba el ciclo que había sustentando la colección hasta el momento, tenía bastante curiosidad que eran capaces de inventarse Buckingham y Willingham para sorprendernos en la nueva etapa que se inicia con esta nueva entrega en laque se reúnen los números 76 al 82 de la edición americana. Y lo cierto es que, tras leerlo, hay elementos interesantes si los desarrollan en profundidad pero también se perciben señales de que la fórmula está agotada y los autores deberían ir pensando en acometer nuevos proyectos (esta sensación ya la tuve con “La Gran Guerra”). Les cuento.

Tras la victoria apabullante sobre el Adversario, las Fabulas victoriosas lamen sus heridas y disfrutan del momento pensando en iniciar las operaciones para recuperar el control de los mundos conquistados. Mientras que las fábulas asisten consternadas a la agonía de uno de sus miembros más queridos como consecuencia de las heridas sufridas en la guerra, en uno de los mundos sin control es liberada una nueva amenaza más peligrosa aun que el adversario dispuesta a vengarse de aquéllos que le encerraron, una amenaza capaz de arrasar Villa Fábula, terminar con todas las fábulas de un plumazo y convertirlas en meros zombis, el macabro Sr. Sombrío. ¿No se lo creen? Lean el tebeo.

Las Edades Oscuras” supone un punto de inflexión en la serie en el que determinará para muchos si Willignham y Buckingham tienen todavía ideas interesantes (y sobre todo ganas) con las que entretenernos. En ese sentido, tras un número de relleno dibujando por un siempre interesante Michael Allred más naif que nunca, Willingham empieza a sentar las bases de la nueva etapa soltando lastre con la sorpresiva y dramática muerte de otro personaje carismático e incorporando una nueva amenaza aun mayor que la que ha tardado 75 números en describir en lo que se me antoja una solución poco imaginativa ya que en el nuevo ciclo repite los mismos elementos que figuraban los inicios de la serie, tanto que parece un “reset”. Así, volvemos a encontrarnos con las fábulas amenazadas, las disensiones en la granja y un enemigo aparentemente invencible.

Willingham mantiene su habilidad a la hora de recrear personajes y en esta nueva entrega asistimos a la aparición, aparte del Señor Sombrío (un personaje a medio camino entre el genio de “Aladdin” y el Joker con toques de “Hellraiser”) , de dos aventureros de capa y espada, Freddy y Ratón, basados en los personajes de Leiber, Fahrd y el Ratonero Gris o los simpáticos personajes que aparecen en el último episodio, Lord Mountbatten y Sam El Malo, que pueden dar bastante juego pero, también deja patente su opción por no continuar profundizando demasiado en los ya creados (si exceptuamos a Rosa Roja) cuya importancia cada vez es menor en unas tramas un tanto repetitivas.

En el aspecto gráfico, Buckingham se muestra cumplidor aun cuando hay algunas páginas en las que se nota un acabado apresurado y yo tengo que confesar que me gustaba más al inicio de la serie. Últimamente, parece demasiado obcecado en demostrar lo buen dibujante que es incorporando espectaculares splash page y grandes viñetas verticales que merman la narrativa aun cuando algunas de ellas resulten realmente espectaculares. Los otros dos dibujantes que se encargan de los últimos números, David Hahn y Peter Gross, realizan una correcta labor y aunque su talento no es comparable con el de Buckingham salvan la papeleta honrosamente dada las consabidas dificultades del titular de la serie para mantener la regularidad. Por otro lado, en este arco, James Jean realiza algunas de las mejores portadas de la serie lo cuál es decir mucho dado el nivel mostrado por este autor.

En definitiva, cabe exigir más a Willingham y Buckingham, autores que tan buenos momentos nos han hecho pasar en una serie que parece haber iniciado la cuesta bajo. Veremos en próximas entregas si son capaces de lograr que remonte el vuelo.

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Las 1001 noches (y sus días)”
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La Gran Guerra”.

Soberbio Manel



Manel Fontdevila en estado puro. Este hombre parece que no tiene techo. Si quieren ver más, aquí...