jueves, 3 de diciembre de 2009

“Dr. Slump 1”, de Akira Toriyama.


Andamos desde hace unos días la chiquitina, la mamá y el que les escribe hechos unas caquillas (literal) como consecuencia de unos virus que la peque se cogió a su regreso a la guardería (mira que le tenemos dicho que no coja nada de desconocidos pero ella ni caso), con energías cero y turnándonos en el trono de nuestro hogar con el consiguiente menoscabo de energía. Quizás por eso, se impone una lectura revitalizadora que nos anime a ver si positivizándonos recuperamos en algo la salud. Una lectura como “Dr. Slump”, de Akira Toriyama, que Planeta ha empezado a reeditar aprovechando una nueva edición realizada en Japón hace un par de años.

Dr Slump” narra las disparatadas aventuras de Sembei Norinmaki, el Dr Slump del título, un estrafalario científico treinteañero y solterón que, como un moderno Geppeto, decide construir el robot más perfecto del mundo, Arale, un róbot con apariencia de niña de diez años que actúa con absoluta independencia y pone a su inventor en las más comprometidas situaciones. El Dr. Slump y Arale vivirán todo tipo de estrafalarias y rocambolescas aventuras en las que conoceremos a nuevos habitantes de Villa Pingüino, el peculiar villorrio en el que viven, o viajarán por el mundo –y por el tiempo- probando los increíbles inventos del chabacano doctor.

Akira Toriyama es popularmente conocido por ser el creador de “Dragon Ball” pero yo, como muchos otros, creo que “Doctor Slump” es su mejor obra, un manga desenfadado y divertido como pocos en el que el autor da rienda suelta a su fabulosa imaginación y a su portentoso talento para la caricatura. Partiendo de influencias que van desde el omnipresente Tezuka y su “Astro Boy” (Alane quiere volar como Astro Boy) o las películas de monstruos radioactivos japoneses hasta llegar al “underground” americano más gamberro de Robert Crumb, Toriyama crea un particular universo de personajes entrañables, conscientes en todo momento de su condición de héroes de papel con licencia para todo en un “totum revolutum” lleno de un humor surrealista, escatológico e infantil al que resulta difícil resistirse.

Toriyama es un mago de la caricatura y del gag cómico convirtiendo el argumento de cada una de las aventuras protagonizadas por Arale y Slump en una mera excusa para incorporar en cada página una miríada de bromas y referencias en forma de personajes secundarios sorprendentes y extraños en constante diálogo entre ellos y el lector, no dudando el mismo Toriyama en convertirse en un personaje más de las historias que nos relata, permitiendo que el lector se pierda desentrañando cada uno de los detalles con los que Toriyama caracteriza a sus personajes y los distintos niveles de lectura que el autor va interponiendo a sus lecturas sin más objetivo que el de divertir y divertirse pero en una narración fluida y ágil absolutamente adictiva.

Dr. Slump” es un cómic genial y Toriyama se coloca con esta obra a la altura de los Vazquez, Tezuka, Crumb y demás autores capaces de arrancar una sonrisa en cada una de sus páginas. La edición de Planeta resulta espectacular para tratarse de un manga con un precio la mar de apañado. No hay excusa para no probar.

“En defensa de los derechos fundamentales en Internet…”


1º.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2º.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3º.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4º.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5º.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6º.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7º.-Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8º.-Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9º.-Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10º.-En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Pues eso, no hay que añadir mucho más (aunque si alguien lo necesita mascado, aquí se lo explican)…