domingo, 18 de octubre de 2009

“REC 2” de Jaume Balagueró y Paco Plaza.


Ya saben que hay una ley no escrita en esto del cine que enuncia, salvo en contadas excepciones, que segundas partes no son buenas (o al menos no tan buenas como las primeras). En el caso de “REC 2”, la ley se cumple inexorable y nos encontramos con un producto inferior al original pero que, al menos, resulta digno y entretenido.

En esta segunda parte, se retoma la acción pocos minutos después de los escalofriantes acontecimientos contados en la primera. Sin embargo, en esta ocasión, los encargados de entrar en el edificio de vecinos clausurado no son unos inofensivos periodistas que no sabían a lo que se iban a enfrentar sino un grupo de soldados bien entrenados y armados hasta los dientes (eso sí, que tampoco saben a lo que se enfrentan) que deben dar escolta a un funcionario del ministerio de Sanidad que debe determinar el alcance de la infección. ¿Serán los policías capaces de sobrevivir a la que les espera? ¿Les han contado toda la verdad?¿Quién es realmente ese misterioso personaje al que tienen que proteger?¿Está todo el mundo muerto o infectado dentro del edificio?¿Es este el único nuevo grupo que entrará en el edificio? Tendrán que ver la película para enterarse.

Jaume Balagueró y Paco Plaza han caído en la tentación, tras las buenas críticas y la aceptación del público de su “opera prima”, de realizar una segunda parte que puede llevar a convertir una película destinada a etiquetarse “de culto”a mutar en franquicia olvidable. Probablemente, la culpa no sea suya sino de este negocio del cine en el que se exprime una idea hasta el tuétano y la ambición de los productores no deja más que desertificación a sus espaldas. Balagueró y Plaza al menos realizan un trabajo digno que, a fuerza de no sorprender al espectador ni resultar tan redondo como su antecesor debido a su predecibilidad argumental y chapucería en la presentación de algún monstruo, no decepcionará a aquellos que sólo buscan que les gasten un buen susto y les entretengan un rato.

Los directores y guionistas logran abrir un resquicio a una historia que parecía que no se podía estirar más tras el gran final de la primera entrega y ofrecen más detalles acerca de la naturaleza de la infección que convierte a los anónimos vecinos de cualquier gran ciudad en infectados sedientos de sangre. Balagueró y Plaza son conscientes de que están ofreciendo un trabajo meramente alimenticio y no engañan a nadie, avisando ya desde el planteamiento de la trama y sus reconocibles préstamos de su pretendido tributo a una de las segundas partes más dignas del celuloide, “Alien 2”. De hecho, incluso la reaparición de Manuela Velasco –probablemente la mejor “scream lady” del cine patrio- recuerda en sus poses a la Ripley de la segunda y posteriores entregas de “Alien”. Sin embargo, esa reaparición, demasiado forzada, no salva una película y una historia que no da más de sí. No se puede dejar de apreciar la ironía final de los autores en la que, por boca de uno de los personajes, ofrecen la solución lógica al problema de la casa infectada que hubiera hecho innecesaria esta segunda parte.

Espero que la franquicia “REC” por el bien de sus autores y sus seguidores se quede en esta digna segunda parte. Ir más allá carece de sentido y Balagueró y Plaza han demostrado tener capacidad para asustarnos y entretenernos con nuevas propuestas. Esperemos que les dejen.

REC” en El lector impaciente.