lunes, 14 de septiembre de 2009

“District 9” de Neil Blomkamp.

Quién más quien menos ya habrá oído o leído sobre esta película y, si no la ha visto, andará con la mosca detrás de la oreja preguntándose si será para tanto. En opinión de este humilde lector, no, porque en Ciencia Ficción está –casi- todo inventado y no hay –casi- nada que sorprenda al aficionado sagaz. Sin embargo, es tal el abuso que se ha hecho de las franquicias y los estereotipos efectistas que cuando se nos presenta una historia con contenido y que va un poco más allá de lo que estamos acostumbrados tendemos a ensalzar sus méritos más allá de lo justificable. “District 9” los tiene, sin duda, y es una película superior a la media del género de la que seguirá hablando durante años entre los aficionados -de culto, las llaman- pero también tiene inconsistencias que su director –y esto también es un mérito- ha sabido hábilmente disimular. Les cuento.

En un futuro cercano, una civilización extraterrestre de aspecto insectoide ha llegado a nuestro planeta y mantiene su inmensa nave averiada aparcada sobre la ciudad de Johannesburgo. Los extraterrestres son tecnológicamente superiores a los humanos, especialmente en el diseño armamentístico, pero sus armas no pueden ser usadas por los humanos ya que interactúan únicamente con el ADN alienígena por lo que los extraterrestres no sirven para nada a los humanos y se convierten pronto en un estorbo por lo que los confinan en un guetto, el distrito 9, vigilado por una corporación privada. Sin embargo, a lo largo de veinte años, la población de extraterrestres va en aumento con lo que es necesario realojarlos en un nuevo emplazamiento más alejado si cabe de la ciudad. El encargado del desalojo del Distrito 9 es Wikus Van der Merwe, el típico chupatintas buenazo pero atontolinado que tiene la oportunidad de promocionar en su carrera con la operación. Sin embargo, la cosa se tuerce cuando Wikus entra en contacto con una sustancia alienígena que empieza a provocarle extrañas mutaciones que le convierten en una pieza de incalculable valor para sus superiores. ¿Serán realojados los alienígenas en su nuevo guetto?¿Wikus promocionará en su carrera?¿Se moverá la nave extraterrestre de Johannesburgo tras veinte años? Tendrán que ver la película para averiguarlo.

Neil Blomkamp, quien ya destacara en el terreno de la publicidad con el anuncio del C4 bailón, no consiguió la financiación de las grandes productoras para realizar la película y sólo gracias al padrinazgo de Peter Jackson ha conseguido esta llegar a las pantallas.

Blomkamp nos ofrece, en su primer largo, una película notable, que logra enganchar al espectador, aunque no sea necesariamente aficionado al género de la ciencia ficción, gracias a la técnica del falso documental empleada, que dota a la historia de un realismo sucio poca veces alcanzado en el género, alejado de la grandilocuencia vacía de las grandes producciones. Blomkamp a partir de un guión inteligente y con el suficiente trasfondo como para posibilitar la reflexión posterior sobre la historia -algo imprescindible en la buena ciencia ficción y que por desgracia cada vez es más difícil de encontrar, sobre todo en el cine- construye una película que engancha al espectador desde el primer momento y que mantiene el interés gracias a la habilidad del director y del protagonista para mantener el ritmo de la historia durante casi dos horas sin que decaiga en ningún momento y sin embarullar la trama con la acción, algo que suele ocurrir en demasía con los falsos documentales y en las grandes superproducciones.
Tras unos primeros veinte minutos fantásticos en que a través de una serie de entrevistas a anónimos personajes se pone al espectador en situación sobre lo ocurrido en la Tierra desde la aparición de los extraterrestres, Blomkamp entra en el meollo del asunto centrando la historia en la figura del oscuro protagonista, un Wikus Van der Merwe, soberbiamente interpretado por el desconocido Sharlto Copley, el actor al que se le puede otorgar buena parte del mérito de la historia, al lograr con su interpretación de ciudadano medio metido en un embolado que no puede controlar empatizar con los espectadores que no podrán dejar de identificarse con este antihéroe superado y alejado del estereotipo del protagonista de ciencia ficción impuesto en los últimos tiempos. Un protagonista al que vemos evolucionar –en más de un sentido- de un modo coherente a lo largo de una cinta que va transformándose sútilmente del falso reportaje en una frenética película de acción sin tregua para el espectador que no lo percibe hábilmente dirígido por Blomkamp hacia el conmovedor, predecible y abierto final.
Blomkamp demuestra su talento como coreógrafo de acción manejando unos efectos especiales muy efectivos y logrando hacer muy creíble el extenuante último tercio de película a pesar que, en ocasiones, se note la escasez de medios de la que ha dispuesto en comparación con otros.

En definitiva, “Ditrict 9” entronca directamente con la maravillosa "serie B" de la década de los años cincuenta de la ciencia ficción americana y demuestra que se puede seguir haciendo buena ciencia ficción con poco dinero y mucha inteligencia (o al menos, menos dinero del que se suele usar en los proyectos de las grandes productoras) y se convierte en una esperanza para todos aquellos que tengan buenas ideas y ganas para llevarlas a cabo. En definitiva, más o menos, de lo que se ha tratado siempre.

Trailer de “Solomon Kane” de Stephen Besset



Les dejo el trailer de la adaptación cinematográfica de “Solomon Kane”, el puritano espadachín creado por Robert E. Howard al que muchos conocimos gracias a su adaptación al cómic por Roy Thomas como complemento de “La espada salvaje”.

La película parece que será entretenida aunque me da la sensación que no se respeta demasiado la esencia del personaje howardiano. Por suerte, nos libramos de Christopher Lambert como Solomon Kane (quién sonó en tiempos para un proyecto anterior que no cuajó), quién será interpretado por el televisivo James Purefoy , destacando en el reparto, además, la presencia de Max Von Sydow, interpretando al padre de Kane, para darle enjundia a la cosa.