sábado, 23 de mayo de 2009

Neil Gaiman y su maestro


Entrevistador: Mientras trabajabas como periodista, alguien te ofreció realizar un comic junto a Dave McKean. ¿Qué te hizo pensar: “Si, creo que puedo hacerlo”?

Gaiman:Bueno, yo ya estaba lo suficientemente interesado en los comics, desde 1985. Me interesaba saber como se escribía un comic y Alan Moore y yo nos habíamos hecho amigos, aunque sin conocernos en persona. El leyó mi primer libro, Ghostly Beyond Belief, y le gusto mucho. De vez en cuando hablábamos por teléfono y cierta vez coincidimos en la British Fantasy Convention. Allí iban a estar Ramsey Campbell y Clive Barker, que eran gente a la que tanto Alan Moore como yo queríamos conocer. Le dije a Alan que viniera, que lo pasaría a buscar. Allí nos conocimos y, afortunadamente, no era tan difícil de reconocer. Enseguida deduje que era él, porque no conocía a nadie más de dos metros de estatura, cubierto de pelo, con traje, corbata y botas de cowboy.

Pronto congeniamos y le pedí que me mostrara como era un guión de comics, que me enseñara a escribir guiones para comicbooks. Él me mostró con ejemplos en un bloc de hojas, de un modo muy claro y sencillo. Eran todas cosas que yo quería saber, pero no tenía como averiguar. Era una información que no se conseguía en ningún sitio, no como ahora, que seguramente esta en Internet. Entonces escribí un guión de comics, una breve historia de siete u ocho páginas con John Constantine, Ilamada The Day my Pad went Mad. Se la envié a Alan, quien la leyó y dijo: No está mal, el final no funciona, pero no está mal. Estas bien encaminado, has captado la idea.

(Extracto de una entrevista realizada por Andrés Acorssi a Neil Gaiman y que apareció integral en el nº 17 de la revista argentina “Comiqueando”. Si quieren leer un extracto algo más amplio pueden hacerlo aquí).