miércoles, 30 de septiembre de 2009

“Tor” de Joe Kubert.



Atentos todos que hoy hablamos de una leyenda viva del cómic americano, don Joe Kubert, que a pesar de ser un venerable octogenario sigue en la brecha dando lecciones a más de un jovenzuelo de lo que ha de ser un cómic de entretenimiento en una de de sus obras más emblemáticas y personales de las que ya les hablé yo por aquí hace algún tiempo, Tor, de la que Planeta ha reunido en un tomo muy cuco la última miniserie de seis números publicada por DC en Estados Unidos el año pasado “Tor, a prehistoric odissey”.

Asistimos una vez más al origen del personaje, Tor, un troglodita evolucionado exiliado de su tribu debido a las envidias de sus congéneres. El apuesto y aguerrido Tor inicia un vagabundeo que le llevará a un valle escondido en el que se enfrentará a todo tipo de animales prehistóricos, engendros antediluvianos y tribus simiescas en vías de extinción aficionadas a los sacrificios.

La verdad es que he disfrutado enormemente este tebeo comprobando la sabiduría que destila en cada página. Y es que Kubert nos mete en harina desde la primera página en que siguiendo un rastro de huellas sitúa al lector en su realidad de hace un millón de años incorporando la tensión necesaria para desear pasar la página. Kubert logra en todo momento que la narración fluya ágilmente en un tebeo carente de diálogos y en el que la parte grafica es complementada con concisos y escuetos cuadros de texto de los que perfectamente podríamos prescindir porque la acción se sigue perfectamente a través del dibujo del autor, uno de los dibujantes que mejor han sabido captar el movimiento y la anatomía humana a lo largo de sus casi setenta años de carrera.


Las peripecias de “Tor” rezuman esa agradable esencia pulp de antaño en la que las imprecisiones y las fantasías se perdonan en pos de la aventura en estado puro. Kubert es de esos viejos irreductibles dinosaurios que entiende que en cada comic-book tiene que contar una historia autoconclusiva que satisfaga al lector y en la primera página del siguiente número resumir lo acontecido anteriormente y cumple a rajatabla con esos mandamientos olvidados ofreciendo siempre atractivas soluciones gráficas.


Más allá de las lecciones de anatomía sobre cómo y dónde se han de colocar los músculos de los personajes, Kubert enseña a cualquiera que quiera dibujar tebeos el arte de la composición de página y cómo cada viñeta cobra un sentido dentro del todo que es la historia. Desde el uso de estrechas viñetas horizontales para representar la claustrofobia de un túnel que se va estrechando cada vez más a las estrechas viñetas verticales que representan la enormidad de una inevitable caída a un vacío insonsable hasta espectaculares splash page en la que casi sientes el fétido olor del aliento de un Tiranosaurio en la cara y cada elemento está minuciosamente planificado.


Los convencidos como yo, disfrutarán viendo al maestro en plena forma usar los trucos de siempre, esos que ya aparecían en las más tempranas encarnaciones del personaje o en obras posteriores como su “Tarzan” y los más jóvenes tendrán que aceptar que los hijos no han superado al padre y rendirse a las excelencias de este gran artista.

Por otro lado, la edición de Planeta me parece bastante correcta y la pequeña reducción respecto al tamaño comic book no afecta demasiado al disfrute de la obra. La edición incluye, aparte de las portadas originales, un prólogo de otro admirador del maestro, un tal Roy Thomas. Si sólo pueden comprar un tebeo este mes, que sea este.

Trailer de “Fantastic Mr. Fox”:




Esta película de animación escrita y dirigida por Wes Anderson y que adapta un cuento del estupendo Roald Dahl (ya saben el de “Charlie y la fábrica de chocolate” o “James y el melocotón gigante”), conocido en España como “El superzorro” tiene una pinta estupenda, elevando el nivel de otras grandes películas realizadas con la técnica de “Stop Motion” como “La novia cadáver” o "La maldición de las verduras". Cita obligada para las vacaciones de Navidad.

martes, 29 de septiembre de 2009

“Los Sustitutos” de Jonathan Mostow

El otro día fui a ver esta película basada en un tebeo de Robert Venditti y Brett Weldele en la que tenía puesta alguna esperanza teniendo en cuenta el atractivo planteamiento del que parte -una sociedad en la que los humanos realizan hasta las tareas más triviales a través de unos robots sustitutos- pero el resultado no ha podido dejarme más frío. No ya porque la película no se deje ver, que se deja, pero está rodada con tan poca ambición y desaprovecha de tal modo las ideas del cómic que no merece ser recordada más allá de la anécdota de ver a Bruce Willis con tupé. Les cuento.

En el año 2054, los ciudadanos utilizan cómodamente desde sus casas a los robots sustitutos que son más eficientes y guapos para todo tipo de tareas, desde ir a trabajar hasta salir de ligue, lo que ha provocado que el contacto físico sea algo cada vez menos frecuente y los crímenes casi hayan desaparecido. Esta sociedad bucólica encuentra únicamente la oposición de un grupo de inadaptados sectarios liderados por un autodenominado Profeta que no aceptan a los sustitutos y viven apartados en sus propios guettos. Cuando aparecen unos sustitutos misteriosamente inutilizados, el caso es encargado al agente Greer y a su compañera, quienes pronto descubren que los Sustitutos fueron reventados por una nueva arma que no sólo acaba con las máquinas sino también con los huéspedes humanos que los controlan. Greer y su compañera empezarán a tirar del hilo en una investigación criminal en la que puede estar en juego el futuro de la raza humana.

Como ven, el argumento de la peli da para profundizar bastante y permitiría el lucimiento del director y los actores si no fuera porque el guión obvia todas esas posibilidades y un Mostow poco inspirado debía andar pensando en otras cosas con el resultado que la película no rasca más allá de la superficie para ofrecer un producto de entretenimiento impersonal y predecible centrado exclusivamente en la investigación criminal sin preocuparse en el desarrollo de unos personajes que podrían haber dado bastante más juego. De este modo, la película pierde pronto buena parte del atractivo inicial y transcurre sin pena ni gloria a lo largo de la hora y media escasa que dura a la mayor gloria de un Bruce Willis omnipresente y que acaba resultando cargante dadas sus limitaciones interpretativas mientras del resto del reparto todavía se esperan noticias.

En fin, que si hubiese mandado a mi sustituto al cine y yo me hubiera quedado en casa releyendo el tebeo eso habría salido ganando. Ustedes mismos.

El mundillo se acabará por culpa de ZP…

Ó quizás no, que ya se verá, pero está claro que la anunciada subida de impuestos con esos dos puntitos del IVA que nos van a equiparar con el resto de Europa fiscalmente que no en salarios va a hacer daño tanto al pobre aficionado consumidor de tebeos como a las editoriales. Y es que si el ocio y la cultura en general y los tebeos en particular eran ya un lujo caro este aumento de impuestos pone cada vez más difícil su acceso para los aficionados superados hace tiempo en oferta por parte de las editoriales que queman naves a velocidad endiablada con caras y limitadas ediciones. Pero si mal pintan las cosas para los aficionados peor se presentan para las editoriales obligadas a seleccionar cada vez mejor sus títulos para no dar un resbalón que las pueda acercar peligrosamente al cierre. Aficionados y editoriales van a tener que hilar muy fino para cuadrar sus cuentas y poder ofrecer y acceder a tebeos de calidad regularmente.

El año que viene va a ser complicado para el Cómic en España a todos los niveles y si no, al tiempo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

“Alter Ego”, de Alberto Vazquez.

Las cosas pequeñas suelen pasarnos desapercibidas y eso es lo que me ha pasado a mí con esta obra de Alberto Vazquez, que el propio autor autoeditara hace años para placer de unos pocos y Viaje a Bizancio recuperó el año pasado en una restaurada edición que recuperaba el bitono original.

Un gato que fuma y su joven amo deambulan por la ciudad, mirando las estrellas y fantaseando sobre el amor y la creatividad. Poco importa si el gato sólo existe en la mente del protagonista y este es simplemente un esquizofrénico con poco éxito en el amor porque algo tan anodino como ir a comprar salchichas se convierte de su mano, y de sus patas, en una aventura conmovedora. ¿Qué no se enteran de nada? Léanse el tebeo.

Hojeando el cuaderno –pues de un cuaderno, se trata-, seguramente más de uno se sentirá repelido por el dibujo naif de Vazquez y puede dejarse llevar por el prejuicio de pensar que se enfrenta a una obra dirigida a un público infantil. Y aunque es probable que un niño pueda disfrutar de esta obra seducido por la inocencia que el estilo premeditadamente ingenuo del autor proclama caería en un error y dejaría pasar una pequeña gran obra dirigida a ejercitar el oxidado músculo de la imaginación de los lectores. Y es que Vazquez, en su manera de desarrollar la historia tiene algo que recuerda el puntillo esperpéntico y malvado del Valle de “Luces de Bohemia” junto a la referencia imprecisa al Modernismo esteticista de Rubén Darío o la pintura inaprensible de Miró para permitirnos vislumbrar el universo interior de unos personajes tenues, que no sabemos hasta que punto son aspectos de la personalidad del autor como se desprenden de la pista que supone el propio título de la obra. Personajes peripatéticos que deambulan en ese limbo entre la realidad y la fantasía en que el autor los sitúa y a través del arte olvidado de la conversación se cuestionan miedos comunes al creador, la duda sobre la propia obra, o a cualquiera, el rechazo del ser amado. Sin embargo, Vazquez carga el lirismo de la obra en el apartado gráfico para ofrecer su contrapunto en los diálogos entre los personajes cargados de gracejo que quitan trascendencia a lo contado para convertirlo en broma entre el autor y sus lectores. .

No se preocupen si no captan las referencias que les comento tras la lectura de “Alter Ego” porque estas son las mías y probablemente sean únicas e intransferibles. Simplemente, déjense seducir por el juego propuesto por el autor y busquen la interpretación a la medida de su otro yo en esta primera obra que ya anuncia lo que sería la obra posterior de uno de los autores más originales del panorama actual. Seguro que no les defrauda.

El blog de Alberto Vazquez, aquí.

Trailer de “Pesadilla en Elm Street” (el remake)

A Nightmare on Elm Street in HD


¿Qué pensaban?¿Qué el bueno –es un decir- de Freddy Krueger se iba a librar de su remake? Nah, a pasar por el aro como Jason, Michael o Cara de Cuero.

Aunque el cine de terror está viviendo una buena época con jóvenes autores de todo el mundo que ofrecen obras más que dignas, no hay nada como sacar del armario a los psicópatas y monstruos que nos asustaron en los añorados ochenta para asegurar una más que digna recaudación. Freddy, que para mí fue el mejor de todos, se resistía, pero al parecer se han salido con la suya y ya tenemos incluso fecha de estreno en Estados Unidos para finales de Abril del año que viene. Por lo que se ve, en el trailer la cosa pinta mejor que en otros sonrojantes remakes, aunque da una sensación de “ya visto” que echa para atrás.

Y es que, ingenuo de mí, uno se pregunta que existiendo en DVD y BlueRay los originales que necesidad hay de estas cosas. Poderoso caballero es don dinero. Auguro taquillazo. Y si no, al tiempo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Blain y Peellaert: La fille.

Para terminar –de momento- con la serie de entradas dedicadas a Christophe Blain esta semana, os dejo esta pequeña historia de cuatro páginas que Blain publicó en un número especial de "Pilote" conmemorativo del Mayo del 68. En esta historia, titulada “La chica”, Blain homenajea al desaparecido Guy Peellaert, mimetizando con asombrosa facilidad el estilo de éste y demostrando una vez más que en la actualidad hay pocos dibujantes en el panorama europeo con su capacidad. Debajo de las planchas, está la traducción de la historia. Que la disfruten.

La chica

Página 1

¿Cuándo nos veremos de nuevo?
Hmm
Escucha.
No nos volveremos a ver otra vez.
Pero, pero, pero…
¡Bien!
¿Esta moto es tuya?

¡Es preciosa!
Página 2
Estas también son preciosas.
Echa una carrera con nosotras.
Iremos a un lugar donde pasaremos un buen rato.
¡Wow!
Es condenadamente rápida.
¡Wow!
Sieee…
Ahí es.


Página 3

¿Dónde se fue la chica?
No la vi.
Hola, guapa.
Oye, dime ¿Qué es todo este jaleo?
¡Vaya paliza!
Ey chica, nosotras no te vimos allí.
¡Wah!
¡Qué bien conduce!

Página 4

Por la mañana…
Oh, pero has exagerado.
Oh, bien, sí.
Mmmmhh
Otra vez.
Escucha, no quiero causarte problemas.
Me afeitaré el bigote y tiraré mi sombrero.
Y haremos como si nada hubiera pasado.
¡Oh no! ¡El bigote, no!
Es más bonito que el de Robert Redford en “Butch Cassidy”.
Bien, me lo dejaría, pero…
¡Dejátelo!
Ponte el sombrero.
¡Matadla!
¡Un vaquero!
¡Nosotras también queremos un vaquero!
¡Queremos uno!
Rápido.

Visto aquí.

viernes, 25 de septiembre de 2009

“Servitud 2: Drekkars” de Fabrice David y Eric Bourgier

Las buenas impresiones que me causó el primer álbum de esta serie, El cantar de Anoroer” se han confirmado con la publicación por Norma Editorial de la segunda entrega, “Drekkars”.

En esta nueva entrega, la acción toma un giro inesperado y se traslada al reino de los Drekkars, donde los servidores de los dragones, han establecido una sociedad fuertemente jerarquizada en las simas y cuevas de El Paso sin apenas contacto con el exterior. En una sociedad en la que su anciano Emperador tiene un rol semidivino, se suceden las conspiraciones y luchas de poder entre los partidarios de fundar un nuevo El Paso y los que quieren mantener el status quo establecido.

En apenas 56 páginas, Bourgier y David son capaces de mostrar todos los aspectos de una sociedad compleja, inspirada en la cultura japonesa, al tiempo que desarrollan una trama de aventuras e intriga que no decepcionará a nadie.

El guionista Fabrice David cuida especialmente el desarrollo de la acción y va dejando pistas que añadir al rompecabezas planteado en la primera entrega, manteniendo la intriga sobre las motivaciones del misterioso personaje que pretende provocar la guerra entre los drekkars y el rey Garantiel. David desarrolla un medido y complejo guión en el que sorprende desde el primer momento abriendo una elipsis respecto a los hechos acontecidos en el primer volumen para trasladar la acción a un escenario completamente nuevo. Sin embargo, el guionista se muestra especialmente hábil a la hora de ir interrelacionando lo acontecido en la primera entrega con lo que está leyendo en la nueva entrega en una lectura que resulta cada vez más adictiva. Todos los aspectos de la sociedad drekkar están perfectamente descritos y desarrollados, contextualizando la serie no sólo en el momento presente sino añadiendo elementos de la historia de los drekkars que explican cómo ha evolucionado la sociedad. Esto que en manos de otros podría hacer la lectura farragosa, David lo soluciona a través de estudiados diálogos de los personajes, que, a pesar de su extensión, no dificultan la lectura del álbum, y un glosario de términos al final del álbum que yo aconsejaría leer previamente para poder disfrutar de la historia plenamente.

Si la historia ideada por David está bien desarrollada, estoy seguro que el resultado sería mucho menos brillante sino fuera por la extraordinaria labor de Bourgier quien recrea perfectamente un universo con reminiscencias medievales en el que está cuidado hasta el último detalle. Bourgier se muestra como un dibujante extraordinario que domina la narración perfectamente y tiene un absoluto dominio de la figura humana y de las localizaciones llegando a superar incluso el nivel mostrado en la anterior entrega. Me gustaría destacar el tratamiento de la luz con el que recrea perfectamente el mundo en penumbras en el que viven los drekkars que consigue gracias a un depurado uso del color basado en una paleta de tonos suaves.
Servitud” es una serie que debe dar mucho que hablar dentro de la Fantasía Heroica y que sigue los pasos renovadores del género de R.R. Martin en su saga “Canción de Hielo y Fuego”, desdeñando los elementos más fantásticos para centrarse en las tramas políticas y las relaciones entre los personajes, destacando más allá de su previsible propuesta, inevitable al estar enmarcada en un género agotado prácticamente desde sus inicios, por la calidad de sus autores quienes han realizado hasta el momento un trabajo extraordinario que hace de esta serie una auténtica gozada para los que quieran disfrutar de un buen cómic de aventuras más allá del género en que se etiquete.

Más “Servitud” en El lector impaciente:

El cantar de Anoroer”.

"Canción de Hielo y Fuego" en El lector impaciente:

Blain y Picasso

Como no supero el síndrome de abstinencia de la obra de Blain, les dejo un homenaje que el francés realizó a Picasso para L’ Express en 2008. Queda claro el dominio de Blain de los mecanismos del humor gráfico y su habilidad para comunicarse con dibujos como muy pocos son capaces actualmente, conectando a partir de una anécdota su admiración por Picasso con su propio imaginario de una forma muy ingeniosa. Debajo, está el texto traducido.


Amo a Picasso. Lo amo todo, todos sus períodos. Sus esculturas, su manillar y su sillín de bicicleta con los que hace una cabeza de toro, sus cuadernos de apuntes, sus frescos, sus dibujos de la esquina de la mesa, su humor, su destreza. Él no hacía nada por separado, y en conjunto lo decía todo”.

Bien. Picasso y Gary Cooper fueron amigos”.
“En 1959, Cooper le regaló un revolver y un sombrero a Picasso”.
“Hagamos un ejercicio de escuela:”
“Yo me convertiré en un dibujante famoso”.
“Pero entonces necesitaré algunas cosas”.
“¿Quién me regalará un revolver y un sombrero?”
“¿Christian Bale?””Actuó en el remake de “El tren de las 3:10””.
“¿Russel Crowe?”””Ha representado el papel de Glenn Ford en la misma película.”
“¿¿Brad Pitt??”
“¡Ahhh, pero qué imbécil!” “¡Clint Eastwood!””Clint Eastwood podría regalarme un revolver y un sombrero”.
“Clint”.

jueves, 24 de septiembre de 2009

“Viajero: Futuro 2”, de Éric Stalner y Pierre Boisserie

Si yo tuviera el gen cuántico que poseen los protagonistas de la serie de Stalner y Boisserie, les transportaría a ustedes en el tiempo a lo que escribí en su momento respecto a la primera entrega de “Viajero”, la serie centrada en los viajes temporales que Planeta nos viene ofreciendo en los últimos meses, pero como no lo tengo, aparte de dejarles un enlace a aquella entrada más abajo, les cuento y reitero mi opinión sobre esta segunda entrega.

La serie está organizada en tres ciclos -Futuro, Presente y Pasado- y en Francia se han publicado hasta ahora siete álbumes (los cuatro de Futuro y tres de Presente) de los trece planificados. En esta segunda entrega, situada algunos años después de los hechos ocurridos en el primer álbum, asistimos al aprendizaje de los ya adolescentes Fish y Lou de sus poderes de teleportación mientras se esconden en los arrabales de Rivdroite. Fish, aventurero e irreflexivo, arrastra al más tranquilo Lou a aventuras que le ponen en peligro y en las que intenta averiguar nuevos datos sobre su origen. Mientras tanto, Markovich ha desarrollado nuevos clones de los jóvenes que se fugaron y está dispuesto a arrasar con todo Rivdroite para acabar con las misteriosas apariciones y desapariciones que se producen en su territorio.

Boisserie se muestra en este álbum avaro con la información y dilata perfectamente los misterios que rodean la serie demorándose en las travesuras de los chicos protagonistas sin ofrecer demasiada información sobre la trama principal de la serie. Sabemos poco –nada- de las motivaciones de los personajes principales y dada la estructura de la serie basada en los viajes en el tiempo me temo que vamos a tardar bastante en enterarnos de todas las sorpresas que el guionista ha preparado. El guionista juega con el lector planteando enigmas velados y bosqueja un futuro acuciado por la crisis energética en el que los gobiernos han cedido el poder a las grandes corporaciones y se han visto obligados a vender al mejor postor las principales ciudades y capitales del mundo en un escenario típico de Ciencia Ficción que no sorprenderá a los aficionados al género, centrando el atractivo de la serie en mantener al lector intrigado sobre las motivaciones y el origen de los personajes el máximo tiempo posible. En ese sentido, el álbum está bien conseguido dejando abiertos más interrogantes que los que resuelve, pero Boisserie puede acabar con la paciencia de más de uno si antes del final de este siglo no empieza a ofrecer soluciones satisfactorias a tanto misterio.

En el aspecto gráfico, Éric Stalner hace un buen trabajo, ofreciendo una versión decadente y romántica de París que me ha parecido tributaria del Neotokio de “Akira” y demuestra ser un buen conocedor de la fisonomía humana realizando una gran labor captando el movimiento de los personajes. El dibujante se muestra como un narrador coherente y sobrio en la ambientación y puesta en escena de los personajes, logrando un desarrollo fluido de una historia que en ningún momento se hace pesada y se compenetra muy bien con el colorista Jean Jacques Chagnaud. También es de destacar la colaboración de Juanjo Guarnido en la serie realizando las portadas de todos los álbumes publicados hasta el momento.

En definitiva, estamos ante una serie de género correcta y bastante entretenida con la que pasar un buen rato aunque por lo leído hasta ahora no creo que se convierta en una referencia del género. La edición de Planeta es bastante correcta.

Más "Viajero" en El lector impaciente:

-“Pasado 1”.

Página oficial de la serie, aquí.

Christophe Blain y las chicas

Pregunta: Y esto es un reto que te impusiste, dibujar una mujer guapa que no fuera… que fuera todo un carácter.
Chistophe Blain: Me gusta dibujar mujeres de verdad. La mayoría de chicas que dibujo son chicas de la vida real, son chicas que he visto sólo una vez [risas generales]. Intento que sean reales, a veces tienen narices grandes, a veces curvas, a veces son incluso bizcas… pero son siempre geniales. Lo que me interesa es que tengan un personalidad y que susciten el deseo. Y que no se parezcan todas entre sí. Eso es una dificultad muchas veces para un dibujante de cómic, sobre todo cuando eres chico, dibujas sólo un tipo de chica, y luego la repites en distintos personajes.

Yo intento caricaturizar, intento que no se parezcan entre ellas, que tengan características distintas. Cuando simplificas, tiendes a volver a lo mismo, así que intento tener matices en los personajes y a la vez mantener un dibujo fluido. Hay que encontrar cosas para no caer en el mismo tipo de personaje, y tengo el mismo problema con los hombres. Porque el dibujante también tiende a dibujar las mismas características de hombre. A veces hay que esforzarse y que el personaje tenga unas características propias.

(Hoy me he levantado con mono de Blain. A la espera que Norma se decida a publicar el tercer álbum de la serie Gusles dejo un pequeño extracto de la completísima entrevista que Pepo Pérez y Pep Brocal le realizaron en Abril de 2007. La entrevista se publicó parcialmente enRock de Luxy Pepo la subió completa aCon C de arte”. Pueden leerla aquí. Imprescindible).

miércoles, 23 de septiembre de 2009

“Northlanders 1: El regreso de Sven” de Brian Wood y David Gianfelice.

Átense bien el casco y ajústense el escudo y la espada que nos embarcamos en un drakkar vikingo rumbo al gélido Norte en busca de aventuras… y no, no me refiero al de Vickie el vikingo y su próxima película que no pienso ver, sino en el de “Northlanders”, la nueva colección Vértigo guionizada por Brian Wood y dibujada por David Gianfelice, de la que Planeta acaba de publicar el primer arco argumental que recoge los primeros ocho episodios de la colección americana.

El fiero Sven descubre en el abordaje de un drakkar en medio del mar que su padre en el lejano Norte ha muerto y su tío se ha hecho con la herencia que por nacimiento le pertenece. Sven, que dejó su tierra en su juventud y se ha convertido en un valioso miembro de la guardia varega del emperador de Bizancio, decide abandonar la vida que se ha construido para regresar a la árida tierra de su juventud para hacerse con el dinero de su herencia dejando a sus nuevos súbditos a su suerte. Sin embargo, su tío Gorm no está dispuesto a renunciar por las buenas a su posición, iniciándose una cruenta lucha en la que Sven se enfrentará en solitario contra Gorm y sus esbirros. ¿Logrará Sven recuperar lo que le pertenece?¿Dejará en la estacada a su pueblo para volver a su lujosa vida en Constantinopla?¿Llegará a un pacto con Gorm? Tendrán que leer el tebeo para enterarse.

Brian Wood nos ofrece una interesante y muy entretenida obra de género, tras darse a conocer en la recomendable “DMZ”, mostrándose como un autor más maduro que en aquélla. En "Northlanders", Wood atrapa al lector desde las primeras páginas asistiendo a un relato de acción vibrante en la que los dosificados combaten se suceden casi sin respiro para el lector, pero, además Wood no se limita a la mera concatenación de situaciones y lugares comunes con resonancias a historias ya leídas sino que alterna perfectamente la acción con la construcción de unos personajes interesantes y atractivos a los que vemos evolucionar a lo largo de los distintos episodios de la historia. Quizás algunas de las motivaciones y conductas de Sven, el personaje principal estén cogidas por los pelos, pero Wood ha adquirido las suficientes tablas para disimular las debilidades de la trama a través del dinamismo que imprime a una historia en la que se nota su preocupación por dotar a su héroe de una complejidad generalmente ajena a este tipo de obras. Wood construye unos diálogos magistrales que complementan perfectamente la labor de un desconocido Davide Gianfelice que con un estilo exrpresionista, detallista y elegante, basado en trazos largos y angulosos, logrando un precario y difícil equilibrio entre los escorzos salvajes y enérgicos del “Släine” de Massimo Belardinelli y la sobriedad narrativa habitual de los autores de la editorial Bonelli. Gianfelice imprime a la narración el tempo adecuado que en cada momento la historia requiere. En el aspecto gráfico, tampoco hay que olvidar la labor del colorista Dave McCraig, quien sabe complementar perfectamente la labor de Gianfelice y logra gracias a una paleta muy amplia y rica en matices espectaculares resultados, ni al portadista Massimo Carnavale quien realiza un magnífico trabajo con unas composiciones llenas de fuerza y energía.

La edición de Planeta es bastante buena, reproduce las portadas originales en el interior e incluye un pequeño portafolio con cubiertas realizadas por Adam Kubert y Dave Gibbons. Sin embargo, resulta asombroso que a la editorial se le hayan colado algunos ejemplares –no se sabe exactamente cuántos- con las tapas en italiano y otros con las tapas en castellano y el interior en italiano. Cosas de la globalización y la reducción de costes, pero que dejan en mal lugar a la compañía y obligan al lector a examinar detenidamente el ejemplar antes de adquirirlo. Avisados quedan.

En definitiva, “Northlanders” arranca con paso firme y se agradece el compromiso de los autores por ofrecer una buena historia autoconclusiva a pesar de recorrer caminos bastante trillados. Creo que lo mejor de esta serie está por llegar. Espero no equivocarme.

Más tebeos de vikingos en El lector impaciente:

- Thorgal”
- “La sangre de las valkirias”.
Si quieren visitar el blog de Gianfelice, pinchen aquí.
La página oficial de “Northlandersaquí.

Vicente Molina Foix en su laberinto.

Supongo que ya andarán todos enterados de las opiniones vertidas por el señor Molina Foix en su columna de la revista “Tiempo”. Si hay algún despistado, aquí puede ponerse al día y mostrar su justa cólera ante el ataque frontal a nuestros queridos garabatos.

El mundillo ha cerrado filas y la sarta de lindezas de don Vicente ha tenido pronta respuesta aquí y aquí. Sin embargo, creo que no es suficiente. La pluma de don Vicente hará daño –poco- y encontrará eco en aquellos que piensan igual, por lo que debería tener pronta respuesta más allá del minoritario círculo de la blogosfera en el ruedo de un medio mayoritario como la revista o el periódico donde regularmente escribe el señor Foix o el crítico al que hace referencia.

Está muy bien que cada uno –yo el primero- exponga su opinión en su blog o la deje en los comentarios del blog de Molina Foix (seguro que gracias a este artículo, el caballero ha aumentado las visitas) pero creo que si la Historieta –o por extensión el mundillo que la rodea- quiere defender su recién recuperado lugar en la Cultura debe hacerlo dónde y cómo corresponde más allá de la lucha de guerrillas de autores, aficionados y críticos que se hayan podido sentir aludidos.

Por lo demás, y a título personal, creo que Molina Foix, con esta columna, no ha hecho más que gala de ignorancia e inmadurez, adoptando la actitud, por desgracia demasiado extendida en estos tiempos, del que opina sin conocer sobre lo que habla (o en este caso, escribe). El Cómic previa y posteriormente a que Molina Foix en su tierna infancia no supiera degustarlo ha dado obras hermosas y conmovedoras (por supuesto, muchas más olvidables, al igual que el cine o la literatura) pero que muchos, cada vez más, aprendemos a apreciar y disfrutamos. Lo único que se requiere para ello es tener la curiosidad y sensibilidad (características que se presuponen a un intelectual) necesaria para acercarse sin prejuicios a aquello que desconocemos o al menos ser capaz de respetarlo, de otro modo, la Cultura no se convierte más que en la munición de datos con la que el “intelectual” pretende ningunear a los que considera inferiores a él. No creo que Molina Foix sea tan tonto como puede desprenderse de su columna ni que realmente le preocupe demasiado el peligro que el Cómic suponga para la obra de Ionesco o Nabokov. Más bien, creo que realmente lo que le preocupa es que en el juego de las subvenciones con la inclusión del Cómic haya menos porción de tarta a repartir. En fin, es lo que tiene ser un intelectual de salón.

Ojalá, aunque no lo creo, Molina Foix, en su próxima columna, sea capaz de rectificar su error (basta con que se pase por una librería especializada en cómics y pida asesoramiento al amable dependiente/a para empezar a disfrutar del medio) o al menos se disculpe con los premios nacionales cuya obra ninguneó aunque viendo la poca humildad que gasta lo dudo mucho. Él se lo pierde.

martes, 22 de septiembre de 2009

“Blueberry 49: Apaches”, de Jean Giraud y Jean M. Charlier.

Norma Editorial ha publicado este verano la última entrega hasta el momento de “Blueberry”, un clásico del cómic mundial que cuenta a los lápices con uno de los autores más influyentes -sino el que más- de los últimos cuarenta años, Jean Giraud/Moebius. Y el álbum, que se títula “Apaches”, viene precedido por cierta polémica ya que los autores aprovecharon páginas aparecidas en otros álbumes precedentes (“Mister Blueberry”, “Sombras sobre Tombstone”, “Gerónimo el Apache”, “OK Corral” y “Dust”) para contar el primer encuentro de juventud entre Gerónimo y un Blueberry que, amargado, tras sus experiencias en la Guerra Civil Americana, se incorpora a su primer destino en el Lejano Oeste en Fort Mescalero, narrando unos hechos inmediatamente anteriores a la primera aventura de la serie, “Fort Navajo” (con lo que Giraud aprovecha magistralmente un supuesto refrito para aportar luz a un capítulo oscuro de la biografía de Blueberry y de paso cerrar el círculo abierto en 1963).

En su viaje hacia Fort Mescalero, Blueberry y sus compañeros son emboscados por los apaches. Cuando la cosa está realmente fea, milagrosamente, son rescatados por los soldados de Fort Mescalero que no muestran ninguna humanidad hacia los prisioneros indios entre los que se encuentra el joven Gerónimo. En la guarnición, Blueberry descubrirá cuáles fueron los auténticos motivos que llevaron a los indios a atacarles y deberá tomar una decisión en la que tendrá que elegir entre su humanidad y su deber. No les cuento más.

Más allá del discutible hecho que nos encontremos ante un álbum hecho a base de trozos de otros, hay que reconocer que Giraud hilvana una entretenida historia en la que queda bien disimulada la dispersión de orígenes. No voy a descubrir ahora a nadie a Giraud quien deja constancia de toda su sabiduría acumulada cuidando hasta el último detalle la ambientación de la historia y recreando perfectamente los distintos ambientes (en apenas 64 páginas, llueve, nieva y sale un sol achicharrante, sin apenas transición) en los que se desarrolla la historia. Les invito a que finalizada la lectura de “Apaches” ojeen los primeros álbumes de la colección y comprueben la enorme evolución que ha sufrido el autor desde esas primeras páginas en la que era notoria la influencia de Jijé hasta el dominio de todos los aspectos del dibujo mostrados en esta última entrega de la serie, destacando la amplitud y profundidad de campo que logra en todas sus localizaciones o el cuidado tratamiento de la luz que están al alcance de muy pocos.

Probablemente, lo mejor de esta entrega, es que al ser una aventura autoconclusiva no decepcionará a los seguidores fieles de la serie y sirve, además, de estupendo punto de partida para aquellos jóvenes –o no tan jóvenes- que quieran adentrarse en la biografía de Mike Donovan Blueberry, uno de los más atractivoss personajes del cómic mundial o, simplemente, aprovechar para leer una entretenida aventura del Oeste. En cuanto a la edición, bastante correcta, incluye un prólogo de Max Armanet.

Jack Kirby que estás en los cielos

Ya saben ustedes eso que se dice, que la venganza es un plato que se sirve frío, una frase hecha bastante tonta que los herederos de “The King” no han tenido problema en aplicar a rajatabla presentando nada menos que 45 requerimientos contra Marvel, Disney, Sony, Paramount, Universal y 20th Century Fox, solicitando la recuperación de la propiedad y el cese del uso de los personajes creados por Kirby.

Muy astutamente – no en vano se han buscado los herederos el asesoramiento de los mismos abogados que consiguieron para Siegel el reconocimiento de los derechos de explotación de Superman frente a DC y Warner, los herederos de Kirby se inmiscuyen en medio de la operación de compra de Marvel por parte de Disney, y crean en esta una duda razonable sobre si la va a merecer la pena hacerse con la Casa de las Ideas. Y es que si la demanda de los herederos de Kirby prospera –y al parecer es posible que así sea, teniendo en cuenta el precedente del caso Siegel y las peculiaridades de la ley que regula los derechos de autor en EEUU que permite recuperar los derechos cedidos por los autores a las compañías cincuenta y seis años (¿Qué plazo más raro, verdad? Bueno, esto es América) después de la primera publicación del personaje, todos aquellos que quieran publicar un tebeo en el que aparezca el Capitán América, sacar una figurita de Thor o hacer una película de Estela Plateada/Silver Surfer tendrán que obtener primero el visto bueno de los herederos de Kirby, previo paso por caja. Y esto no es todo, ya que si en el juicio se les da la razón a los Kirby, se abrirá la veda para que lluevan las demandas sobre las compañías editoras que durante décadas se estuvieron aprovechando del trabajo de los artistas ninguneándolos en muchas ocasiones.

Los herederos de Kirby han sabido maquiavélicamente esperar pacientemente y le están dando a Marvel una taza de su propia medicina, la misma que llevó a esta a presionar a Kirby, con unas técnicas más propias de la Cosa Nostra que de una empresa, a renunciar a sus derechos en los setenta (la historia pueden leerla detalladamente aquí) y que llevó a Kirby a dejar la compañía que había ayudado a levantar junto a Stan Lee. Kirby acabó harto de Marvel, tanto que en los últimos años de su vida en los que andaba ya delicado de salud no quiso enredarse en pleitos por sus creaciones y que su nombre figurara al lado de Lee en los cómics Marvel. Probablemente, si Marvel en aquel momento hubiese sido más generosa con Kirby no se encontraría ahora con este quebradero de cabeza que, imagino, acabará arreglando a base de soltar una buena pasta a los herederos de Kirby (más allá del romanticismo de blogueros y aficionados aquí lo que más cuenta para unos y para otros es el vil metal).

Si Kirby, un tipo que sólo quiso disfrutar dibujando y creando universos paralelos, está viendo la que han preparado sus herederos a Marvel seguro que estará disfrutando con la jugada. Nuff Said.

Howard Chaykin, el menos talentoso de su generación.


Pregunta: ¿Por qué cómic?

Chaykin: Porque amo todo lo que tiene que ver con ellos: su olor, la sensación que da tocarlos...

Pregunta: ¿Considera que ha habido grandes cambios en su trayectoria?

Chaykin: Soy el menos talentoso de mi generación. Ya trabajaba en el mundo del cómic a principios de los ‘70, pero no era bastante bueno para hacerlo bien. Los primeros siete, ocho años de mi carrera los pasé intentando encontrar una buena idea. Pero ya he descubierto que la única manera para poder estar a la altura de los realmente buenos, es trabajar más que todos...

Pregunta: ¿Qué significó trabajar con artistas como Gil Kane o Neal Adams?

Chaykin: Gil influyó profundamente en mi formación profesional. Yo tenía 19 años y él era tan presumido... pero observándolo trabajar aprendí muchísimo del oficio. Para Neal he dibujado incluso más que para Gil, sin embargo siento que le debo menos...

(Howard Chaykin habla con Elena Ledda sobre su vocación por el cómic e influencias en una entrevista muy interesante que pueden leer aquí).

lunes, 21 de septiembre de 2009

“Malditos Bastardos” de Quentin Tarantino.

Vaya por delante que yo siempre he sido tarantinista y que pienso que si este hombre no existiera habría que inventarlo por bien del cine. Sin embargo, una vez hecha, procesión de fe también debo admitir, usando el símil deportivo, que como esos magos del balón que vuelven tras un largo retiro Tarantino en “Malditos Bastardos” ha perdido el toque mágico con el que nos sedujo a sus seguidores en sus grandes títulos y su última película resulta decepcionante, más allá de contados momentos puntuales, que los tiene.

En su particular aproximación al género bélico, Tarantino nos cuenta como durante la II Guerra Mundial un comando infiltrado tras las líneas nazis en la Francia ocupada, compuesto por soldados americanos de origen judío conocido como Los Bastardos, intenta atentar contra Hitler y su plana mayor en el estreno de una película al tiempo que la dueña del cine, una judía que ha perdido a toda su familia a mano de los nazis, planea paralelamente su propio plan de venganza. ¿Quién conseguirá acabar con los malos antes?¿Ó acabarán los malos con los buenos? Tendrán que ver antes la película para enterarse.

En “Malditos Bastardos”, Tarantino vuelve a mostrar esos recursos que tan popular le han hecho, guiones trabajados y cargados de referencias cinematográficas presentados en un cuidado montaje a base de capítulos unitarios coherentes y autónomos que confluyen en un conjunto armonioso, con una banda sonora cuidada y un grupo de actores comprometido que declaman con eficacia los largos e ingeniosos diálogos ideados por el guionista y director. Sin embargo, en “Malditos Bastardos”, esas piezas artesanales pulidas hasta el extremo y que conforman una buena película de Tarantino ajustan mal y el resultado es una película irregular, carente de ritmo y pesada, que deja en evidencia a un Tarantino menos seguro de sí mismo en su domino y conocimiento del género, en este caso el bélico, que disimula coqueteando en demasía con la parodia y la comicidad y prescindiendo completamente de la acción que se presupone a una película de guerra, quedando la película en una tierra de nadie que deja bastante indiferente al espectador sino le repele directamente con un abuso un tanto sádico de la violencia explícita y gratuita. No logran salvar la película en este caso ni sus estupendos primero y último capítulo ni la gran interpretación en general del reparto internacional que participa, destacando especialmente un Christoph Waltz que borda su papel de nazi cazador de judíos y un Brad Pitt que disfruta tatuando frentes.

En definitiva, “Malditos Bastardos” no convence y aburre y me dejo la sensación que Tarantino imitaba a Tarantino –por no gustarme no me gustó ni la banda sonora que me pareció un refrito- y eso es lo peor que le puede pasar a un director tan personal como el amigo Quentin. Esperemos que sólo haya sido un constipado y en próximos proyectos nos dé la de cal. Yo sigo apostando por él.

Otras películas de Tarantino en El lector impaciente:

Death Proof”.

Yoshito Usui (1958-2009)

La montaña finalmente se ha llevado a Yoshito Usui, el veterano mangaka creador del popular Shin Chan. Más allá del éxito cosechado con la narración de las travesuras de este niño travieso e imaginativo que se convierte en la pata japonesa de una imaginaria mesa en la que se podrían incluir el Calvin de Watterson, el Charlie Brown de Schulz y la Mafalda de Quino, Usui había realizado otras series de menor calado como “Mix Connection”, “Unbalance Zone”, “Scrambled Egg”, “Supper Mix” y “Office Lady Ami” (todas ellas inéditas en castellano).
Aquí tienen un buen artículo de Jordi Costa sobre Usui y su obra más conocida.

D.E.P.

Dave Gibbons y los cordones de las botas en “Watchmen”.

Pregunta: ¿Qué le llevó a hacer sus propios guiones?

Gibbons:Cuando me encontré con los cómics por primera vez pensaba que la persona que los dibujaba y escribía era la misma. Fue más tarde que descubrí que había un guionista, un dibujante, un rotulista y un entintador. Así que las primeras muestras de trabajo fueron historias que yo mismo escribí, dibujé y rotulé, pero para empezar los editores estaban más interesados en el dibujo que en cualquier otra cosa que yo supiera hacer. Afortunadamente el que se me asociara con Watchmen significó que mi nombre tuviera una especie de estatus comercial, así que me dejaron escribir algunas cosas; sólo por la conexión con Watchmen, sospecho. La mitad de las cosas que escribí fueron bien recibidas y yo disfruté haciéndolas. También fue importante para mí que escribiera para otros artistas al principio, de modo que pude sentir que estaba vendiendo los guiones sin aprovecharme de la fuerza de mi dibujo. Creo que me he demostrado esto a mí mismo y ahora ya puedo empezar a escribir y dibujar mi propio material.

Pregunta: Siempre me llamó la atención que el calzado de los personajes de Watchmen es del mismo tipo, botas atadas con un elástico. ¿Era por vagancia o una broma?

Gibbons: ¿¿Vagancia?? (muchas risas) La idea central de Watchmen es cómo sería el mundo si hubiese superhéroes en él, y esto implica desde el equilibrio de poder mundial hasta la ropa que viste la gente de la calle. Así que la moda en Watchmen son chaquetas con doble abotonamento y zapatos que en vez de cordones tienen un elástico. No se nos ocurrió por vagancia, aunque cuando anduvimos mal de tiempo al final yo estaba ciertamente contento de no tener que dibujar todos esos cordones.
(De una entrevista realizada a Gibbons para "El pequeño Nemo" en el año 2000 por Jordi Juanmartí, Javier Riva y Pedro Terán y que pueden leer completa aquí).

sábado, 19 de septiembre de 2009

Jack Kirby trabajaba para niños pequeños, según Kyle Baker.

Pregunta: Tienes fama de ser un tipo con opinión sobre casi todo en una industria donde los tipos con opiniones, gente como Peter David o John Byrne, son considerados como bocazas. ¿Piensas que, incluso en un medio artisticamente industrializado como el del tebeo es necesario que los autores expresen a las claras sus opiniones?

K.B.: Creo que sí. Quiero decir… no me considero un tipo con opinión. Creo que actualmente estoy un poco fuera de contacto con la industria del cómic. Porque como te he dicho, la industria del cómic no es para niños. Cuando empecé en esto sí que lo era. Es lo que me confunde. Llevo en esto veinte años. Mi primer trabajo fue Spiderman, en Marvel, y hacíamos tebeos para niños y el jefe nos lo decía, decía “haced tebeos para niños”, y tenían reglas. Los tebeos tenían que valer 50 centavos porque ese era el precio de las chucherías… Cosas así. Las cosas tenían que ser fáciles de entender incluso sin leer los diálogos. Como en los tebeos de Jack Kirby. Podías leer un tebeo de Jack Kirby sin saber inglés, porque él trabajaba para niños pequeños y los niños pequeños no saben leer.
Pregunta: Y entonces, ¿Cómo se entiende que un tebeo de Jack Kirby te cueste, digamos, veinte minutos de leer, y uno de hoy en día, un tebeo de superhéroes, que se supone que es más complejo, lo puedes despachar en cinco minutos? ¿Por qué esta diferencia?

K.B.: Lo que no entiendo acerca de los comics de superhéroes actuales es a quién van dirigidos. Por ejemplo, no sé por qué no puedo comprar un tebeo de Wonder Woman o Supergirl que sea apropiado para mi hija de siete años. Si Wonder Woman no es para niñas, ¿Para quién es? (risas) Y si no sé para quién estoy trabajando… me gusta trabajar para todo tipo de públicos. Hago cosas para adultos también, me encantan el sexo y la violencia. Compro un montón de tebeos para adultos y cosas así, y si me contratas para hacer algo de ese estilo, lo puedo hacer, pero si trabajo para alguien, normalmente conzoco la situación, sé cuales son las reglas. Si trabajo para la televisión, me dicen “no puedes decir esto” o “no puedes hacer aquello”, porque es la tele, y te dicen para quién haces las cosas, “esto es para adolescentes”, “esto es para niños”, “esto es para niñas”, pero cuando preguntas en DC Comics a quién va dirigido lo que haces, lo cual yo siempre hago cuando empiezo un encargo… Por ejemplo, con Plastic Man, les dije “¿Esto a quién va dirigido, es para niños, o mi audiencia es gente mayor?” y nadie lo sabe ya.Pero cuando haces un tebeo como Identity Crisis –es un buen ejemplo- ese libro está dirigido a gente que ha estado leyendo tebeos toda la vida. Un tebeo en el que el punto de partida es que la mujer del Enlongated Man es violada y asesinada… El Enlongated Man no ha tenido su propio tebeo desde hace treinta años. Nunca sale en los tebeos. No es un personaje importante. Así que la única gente a la que le va a importar que le pase algo a su mujer, ni siquiera a él mismo… No sé, si me dijeras que van a matar a Wonder Woman, o a Robin, estaría muy interesado. Pero me estás contando que la mujer de un personaje que no ha salido en un tebeo en cuarenta años (risas). A la única gente que le importa es a gente mayor que yo. Hay una escena en ese tebeo. Green Arrow sale sin disfraz, con lo que no sabes que es Green Arrow. Y, por cierto, Green Arrow no dispara ni una sola flecha en toda la serie. ¿Por qué va disfrazado como Robin Hood si nunca va a disparar una flecha?¿Qué sentido tiene un tebeo de Superman en el que sólo habla?Lo he visto, ¡he visto tebeos enteros donde se sientan y hablan! No tengo nada en contra de hablar, he hecho comics en los que se habla, pero si compro un tebeo con Superman, quiero verle volar. Si compro uno de James Bond, quiero ver chicas guapas y coches. Bueno, pues eso, Green Arrow no lleva su uniforme y se va a un cementerio y va a visitar al fantasma de Green Lantern, que está muerto y tampoco lleva uniforme. Así que tienes a dos tipos hablando y ninguno de los dos va en uniforme y se llaman el uno al otro “Hal” y “Ollie”. Y estan de charla, hablando de esto y lo otro, y no están hablando de nada en especial y, de repente, dicen “adios” y se van cada uno por su lado. Esta escena sólo es interesante para ti si sabes que estos tíos son Green Lantern y Green Arrow y tienes que saber que solían ser amigos… hace treinta años (risas). Esa serie salió en los setenta. ¡Lo que quiero decir es que a la única persona que le va a importar eso es a alguien que era fan de esa serie en los setenta! ¡Eso es alguien más mayor que yo! ¿Por qué hacemos tebeos de superhéroes para gente de cincuenta años? No tengo problemas con los comics para gente mayor. Pero no ves que intenten hacer crecer a Winnieh The Pooh. Cuando veo Winnieh The Pooh es igual que antes. Hacen películas nuevas pero no hacen que el osito se ponga a beber, y el tigre no se pone a matar gente… no lo entiendo. Creo que los tebeos de superhéroes son para niños, y deberían serlo. Al menos, esa es mi opinión, pero estoy solo en ella (risas).

(Recupero la polémica opinión de Kyle Baker sobre Jack Kirby aparecida en una completa entrevista realizada por el excelente blog Culpable y Perdedor en 2006 y que pueden leer aquí. Que conste que no estoy de acuerdo con Baker y creo que un cómic de Kirby se puede “leer” sin necesidad de conocer el idioma simplemente porque es un gran narrador gráfico).

viernes, 18 de septiembre de 2009

“La guerra del profesor Bertenev” de Alfonso Zapico.

Dolmen Editorial ha recuperado estos días la primera obra de Alfonso Zapico, “La guerra del profesor Bertenev”, quien ya se diera a conocer en nuestro país de la mano de Astiberri con la recomendable “Café Budapest”, y que por esas cosas de la industria comiquera nacional permanecía inédita desde su publicación en 2006 en Francia y a pesar de haber recibido premios como Prix BD Romanesque en el FestiBD Ville de Moulins en el 2007 o la “Recommandé par iddbd le blog BD 2008". Y lo cierto es que esta primera obra nos confirma a Zapico como uno de los jóvenes autores españoles a los que hay seguir de cerca.

La guerra del profesor Bertenev” es una historia costumbrista ambientada en la Guerra de Crimea inspirada en la lectura por parte del autor de la fantástica “Ana Karenina” de Leon Tolstoi y en ella encontramos algunas inquietudes del autor que ya aparecían reflejadas en “Café Budapest como la manifestación de la cultura y la amistad como refugio y salvación del individuo en situaciones límite. Si en esta, el protagonista encontraba en la música un refugio ante los enfrentamientos entre palestinos y judíos, en esta nueva obra el apocado y pacífico protagonista, Leon Bertenev, encuentra en el teatro y la enseñanza un medio para abstraerse de la difícil situación en la que vive. Bertenev, un antiguo profesor obligado a enrolarse en el ejército ruso contra su voluntad para luchar en la Guerra de Crimea contra franceses e ingleses, deserta para salvar la vida y es hecho prisionero por el ejército inglés. Gracias a su conocimiento de distintos idiomas, recibirá en el campo de los prisioneros un trato privilegiado por parte de sus supuestos enemigos lo que le convertirá en blanco de las iras del resto de los prisioneros rusos que no le perdonan su cobardía en el campo de batalla.

La guerra del profesor Bertenev” es una obra realmente original en la que el autor ya deja muestras de su buen hacer como narrador y sus ganas de contar historias propias, sacando buen partido de la estructura clásica del álbum europeo y siguiendo la estela de autores como Blain a la hora de subvertir las convenciones del género para contar historias centradas en los personajes. Con un dibujo caricaturesco y naif, que recuerda bastante el de Larcenet pero cuidando el detalle y la documentación en la caracterización de los personajes (algo indispensable en una obra de corte histórico), Zapico muestra su habilidad para reflejar el paso del tiempo a través de los cambios físicos en los personajes (especialmente los prisioneros rusos y el protagonista Bertenev que a lo mejor son cosas mías parece inspirado en Robin Williams) deja evidencias de su facilidad para el gag visual y aprovecha los recursos dramáticos propios del cómic. Quizás se trate de una obra en la que al autor se le note más remiso que en “Café Budapest” a la hora de experimentar con la distribución de viñetas mostrando una organización de la página más clásica en la que en ocasiones pueda parecer que abusa de las cartelas y los cuadros de texto aunque generalmente estas cumplen su función y no resultan redundantes respecto a la información ofrecida en su dibujo. Como novedad, Zapico se muestra como un gran colorista, cuidando con mimo el color de la obra a base de colores suaves y logrando estructurar perfectamente los distintos lapsos temporales en los que se desarrolla la historia, mostrando, además, especial habilidad en retratar el distinto estado psicológico de los personajes a lo largo de la historia con cuidadas transiciones.

La guerra del profesor Bertenev” anuncia las buenas maneras de un Alfonso Zapico que ya se confirmaron en “Café Budapest”. Esperemos que no se demoren demasiado las nuevas obras del autor. Finalmente, destacar la cuidada edición por parte de Dolmen a la que nada se la puede objetar y que incluye un prólogo realizado por el autor.

Otras obras de Alfonso Zapico en El lector impaciente:

Café Budapest”.

Mike Mignola y el lastre del demonio.

Pregunta: ¿Qué le ha influenciado al crear a "Hellboy": folklore, literatura, cine, comics...?


Mignola: Todo, porque sabía que era un tipo de personaje en le que podría meterlo todo, todo lo que me gusta y me interesa. Lo que quería con "Hellboy" era hacer una historia de fantasmas, combinada con una producción de serie B, una mezcla divertida.


Pregunta: ¿Cómo fue el pasar de trabajar para las grandes editoriales, Marvel y DC, a tener los derechos de tu personaje? ¿Cuál es la relación que se establece al compartir su creación con otros artistas?


Mignola: Lo que más lamento es que he tenido que dejar de dibujar muchas cosas debido a "Hellboy". Empecé siendo dibujante para Marvel y DC y lo que no esperaba es haber seguido ese proceso, meterme en el negocio de escribir y dibujar. Me di cuenta, cuando me empezaba a involucrar en la película, que me estaba distanciando de la mesa de dibujo y si no encontraba a otro dibujante para colaborar con él, no podría seguir. Ahora lo que pretendo hacer alejarme un poco de la escritura y volcarme más en el dibujo.


(De una entrevista corta, pero jugosa, realizada por José Luis Vidal al creador deHellboypara Freekmagazine que pueden leer completa, aquí).