jueves, 5 de junio de 2008

“Nippur de Lagash” de Robin Wood, Lucho Olivera, Sergio Mulko y varios



Si hay algún autor sorprendentemente ninguneado por las editoriales de cómics en España ese no es otro que Robin Wood.

Robin Wood, paraguayo de nacimiento y auténtico ciudadano del mundo con una biografía que le podría convertir en un personaje de sus cómics, apabulla simplemente con las cifras de su producción y currículum: 41 años de profesión ininterrumpida, 5.000 guiones de cómics y más de ochenta series (guiones para películas, series de televisión, novelas y piezas teatrales, aparte) .Wood ha recibido premios tan prestigiosos como el Yellow Kid en 1997 y sus principales creaciones como “Dago”, o su obra más conocida y representativa que hoy nos ocupa, “Nippur de Lagash”, son objeto de culto tanto en su país de origen, Argentina, como en otros tan dispares como Turquia o Italia.

Sin embargo, en España no se sabe muy bien el motivo su obra ha sido olvidada continuadamente por los editores durante décadas salvo la breve aventura de la revista Mark 2000 en la que junto otras de sus creaciones aparecieron dos historias del Errante.

¡Dos historias de más de cuatrocientas! Escaso bagaje para una obra que empezó a publicarse en Argentina en 1967 en la revista "D’Artagnan" de la Editorial Columba y enseguida alcanzó enormes cotas de popularidad gracias al buen hacer de sus creadores Robin Wood y Lucho Olivera., el cuál se mantuvo en la serie durante varios años para ser sustituido por otros autores como Sergio Mulko – quién más episodios de la serie dibujó-, los hermanos Villagrán o Jorge Zaffino.

Todo esto está muy bien me dirán ustedes, pero al grano, ¿qué es lo que hace tan notoria esta obra? Para empezar su tremenda originalidad respecto a otras obras de género histórico. Wood es un autodidacta que tomando como referencia un contexto histórico alejado de los estereotipos superheroicos procedentes de los Estados Unidos se adentra en la Edad Antigua a través de las andanzas de Nippur, un general desterrado de su ciudad natal, Lagash al resultar esta invadida por un rival. A partir de ese momento, Nippur, en solitario o acompañado por distintos amigos, iniciará un éxodo aventurero que le llevará a visitar los principales lugares de la Antigüedad desde el Egipto de los faraones a la Grecia de Teseo y el minotauro, en un periplo en el que el personaje principal evoluciona, crece y se desarrolla teniendo un hijo, Hiras y sufriendo todo tipo de contrariedades en forma de traiciones, mutilaciones y renuncias pero sin abandonar nunca su principal objetivo, volver a Lagash.

Sin embargo, no es esto meramente lo destacable de esta obra y la razón de su éxito a lo largo de los años sino el excelente trabajo de Wood a la hora de dotar de continuidad a la serie que con el devenir de los años se convirtió en una saga heroica compleja y extensa, rica en tratamiento y profundidad, destacando la humanidad con la que Wood dota a sus personajes en la que probablemente sea la gran “novela-río” (si me permiten el término) dentro del Cómic en español, sólo comparable con “El Príncipe Valiente” fosteriano. Wood es un literato autodidacta lleno de imaginación e ideas lo que demuestra en la grandiosidad épica que ofrece en sus historias a través de una prosa barroca y sugerente que la obra precisa pero difícil de encontrar en otros autores al tiempo que no se limita a ofrecer una sucesión de historias refritadas acudiendo a la fácil solución del combate y la violencia. Al contrario, la guerra y la acción, aun presentes en las tramas, no son el elemento principal sino la última opción primando las soluciones diplomáticas y evitando los duelos en pos de tramas complejas, inteligentes y entretenidas.

En el aspecto gráfico destacan las etapas de Lucho Olivera y Sergio Mulko, dos excelentes dibujantes argentinos que saben dotar a su trazo de todo la fuerza y rotundidad que los guiones y personajes creaedos por Wood requieren y que han sido comparados en ocasiones con John Buscema aun cuando tanto uno como otro demuestran una obsesión por el detalle superior a la del estadounidensel.

En definitiva, una obra excelente a recuperar por algún avispado editor aprovechando las recientes recopilaciones de la editorial argentina Doedytores o las más accesibles de la italiana Bonelli con algún tipo de colaboración y unos magníficos autores a los que rescatar del más lamentable de los olvidos.

Cronología de la obra y división por arcos, aquí.

Otros admiradores de “Nippur de Lagashaquí, aquí y aquí.

Página oficial de Robin Wood, aquí y jugosísima entrevista al autor aquí.

Breve entrevista a Sergio Mulko aquí.