martes, 29 de abril de 2008

“Fábulas presenta: Jack: La (casi) Gran Evasión de Bill Willingham, Matthew Sturges y Tony Akins



Los “spin-off” suelen ser productos que tienen un origen sospechoso. Siempre se tiende a pensar, con razón la mayoría de las veces, que nacen para explotar el éxito de la serie troncal con unos productos de una calidad generalmente dudosa. En este sentido, la serie dedicada a Jack de las Fábulas -el del cuento de las habichuelas- se aparta de la tendencia general, con un arranque esperanzador, principalmente, por ofrecer lo que se le presupone a todo cómic, una lectura entretenida, inteligente y agradable de leer.

Da una buena idea de la riqueza de contenidos que ha alcanzado la serie de “Fábulas” y su importancia dentro del sello Vértigo la aparición del “spin off” que hoy nos ocupa, pésimamente traducido como “Fábulas presenta: Jack”.(Supongo que poner en grande lo de Fábulas era importante pero tanto costaba haber sido un poco más fiel al original y traducirlo simplemente como “Jack de las Fabulas?”) y que goza de tan buena salud que ya va por su número 21 en yanquilandia.

Dada la cantidad de personajes y la dificultad de explorar –y explotar- todas las tramas sugeridas en la colección principal nació esta colección en 2006, dedicada a uno de los personajes más interesantes y mayor protagonismo obtuvo en los primeros arcos de “Fabulas”, Jack Horner o Jack de las Fábulas, el cuál por imperativos de la trama principal poco a poco fue quedando relegado en importancia a pesar de su potencial, como aventurero y rebelde sin causa.

La historia que se nos presenta en este TPB publicado por Planeta retoma al buscavidas de Jack tirado en medio de la carretera, justamente como quedó tras su aventura holliwoodiense (“Fables” nº 34 y 35 edición americana. Tomo “Fábulas: Tierras Natales” de la Edición Planeta). distanciado de sus congéneres de Villa Fábula y abandonado en medio de la nada. En este punto, Jack es secuestrado por una misteriosa organización de humanos que se dedican a secuestrar fábulas con vistas a que sean olvidadas del imaginario popular y desaparezcan. Jack es trasladado a la residencia “Ramas Doradas”, una “jaula dorada” donde se encuentran recluidas fábulas tan populares como Alicia y Humpty Dumpty de “Alicia en el país de las maravillas” y “ “A través del Espejo, Dorothy y sus cólegas de “El Mago de Oz”, o Paul Bunyan y su Buey Azul, el famoso leñador canadiense, junto a otras fábulas mucho menos conocidas para los no anglosajones como Sam, basado en el “Negrito Sambo” de Helen Bannerman, la Falacia Patética o John Malvado (estos dos últimos los desconozco por completo si alguien puede darme alguna referencia, se agradecería) y el rencuentro con alguna sorprendentemente resucitada de la serie original.

La residencia está bajo el control del temible Señor Refuse y sus subordinadas, las hermanas Page, quienes, a través de los temibles hombres bolsa, tigres y cuervos aulladores, mantienen amedrentadas a las fábulas que intentan fugarse. Esto cambiará, con la llegada del impetuoso Jack, que en poco tiempo organiza un espectacular plan de evasión que permita huir a todas las fábulas presas. Aunque, claro, si lo organiza Jack no hay ninguna garantía de éxito...

Si en la serie principal, Bill Willingham demostró su pasión por los géneros cinematográficos en los que se apoyó para desarrollar la serie, esta estructura se repite en esta primera saga de “Fábulas presenta: Jack” en la que, tomando como referencia el clásico “La gran evasión” de Sturges nos ofrece su particular tratamiento del género carcelario pasado por el tamiz fabulístico, lleno de referencias que van desde el título de la residencia Ramas Doradas que se refiere al libro "La rama dorada" sobre el origen de los mitos del antropólogo James Frazer hasta la inclusión de personajes procedentes del acervo popular anglosajón más o menos populares hasta las referencias a películas - ¿A qué actor clásico les recuerda Mr Refuse? - o series de televisión ("El Prisionero").

La historia que nos presentan Willingham y Sturges es entretenida y agradable de leer en una trama donde predomina la acción frente a la elaboración y el desarrollo de situaciones, algo que redunda en la sensación de embarullamiento que se observa sobre todo a partir del tercer capítulo en el que tras un excelente planteamiento inicial en el que se describe el carácter de Jack y los nuevos personajes se pasa al desarrollo de la fuga en sí. Es complicado depurar, en este sentido, responsabilidades entre los dos guionistas que firman la obra. A Willingham y su buen hacer lo conocemos todos mientras que el novato Sturges puede despertar más dudas, aunque por el buen sabor de boca que deja la lectura de este volumen se gana el beneficio de la duda a la espera de que, en proximas entregas, profundicen en los personajes y motivaciones que simplemente se esbozan en este arco.

En el aspecto gráfico, nos encontramos de nuevo con Tony Akins, al que ya vimos en el tomo de PlanetaFábulas: las crueles estaciones”, sustituyendo al dibujante titular Mark Buckingham. Akins, en esta serie, da muestras de un estilo similar en la composición al de Buckingham aunque su acabado sea menos detallista y la narración carezca de la fluidez del británico. Asimismo, tampoco me convence el tratamiento de Jack al que en ocasiones dibuja como un trasunto de Lobo cuando quizás precise de una caracterización más delicada.

Respecto a la edición de Planeta, creo que tendría que cuidarse algo más la traducción. No sólo ya por el tema del título de la serie que les comento más arriba sino también por algunos giros y frases que quedan raras (página 4: ¿la expresión “que me diese al ojo” daña la vista). Salvando esos pequeños fallos, nos encontramos ante un excelente cómic de entretenimiento que supone para aquellos que todavía no conocen la serie original una excelente oportunidad para adentrarse en el universo de “Fábulas”, sin ser prisionero de las continuidades.


Más “Fábulas” en El lector impaciente aquí, aquí y aquí.

El blog de Matt Sturges aquí.
Una excelente reseña en Zona Negativa, aquí