viernes, 22 de febrero de 2008

John Byrne y la frivolidad

John Byrne es uno de mis autores maisntream preferidos. En uno de los momentos más bajos del género superheroico supo innovar desde la tradición sesentera de los pioneros para ofrecernos unos cómics inteligentes, frescos y llenos de ideas, ideas muchas de ellas que siguieron siendo explotadas hasta la saciedad por autores posteriores hasta el agotamiento. Sin embargo, Byrne conocedor de sus capacidades y dispuesto a exprimirlas al máximo en una de las industrias del Cómic más conservadoras que existen, tuvo un par -en realidad tres- de momentos de frivolidad memorables, que a la larga acabaron costándole el puesto.
El primero de ellos se sitúa en su etapa de “Los 4 Fantásticos”, una serie en la que realizó la que para muchos – entre los que me incluyo – es la mejor etapa de la serie. En medio de la saga en la Zona Negativa, el amigo John cambió en un episodio la tradicional orientación de página vertical por la horizontal para remarcar el efecto extrañeza que se supone debían vivir los 4F en tan extraña dimensión y transmitírselo a los bisoños aficionados que devorábamos la colección. Los lectores de la época babeábamos con el atrevimiento de Byrne que había conseguido reflotar la serie y situarla entre las más vendidas de la Casa de las ideas. Sin embargo algún editor ya le debía haber cogido ojeriza porque a la siguiente que John quiso salirse de la regla sobre lo que debía ser un cómic-book en una historia protagonizada por Galactus a base de splash-page le fulminaron de mala manera, aunque luego publicaron la historia en la revista Epic bajo el título “La Última Historia de Galactus·.
Sin embargo, aquí no acabó la osadía del autor. En la colección que era su ojito derecho, "Alpha Flight", el grupo canadiense que creó en La Patrulla X, Byrne tuvo la genial idea de narrar una lucha entre Ave Nevada y un elemental de nieve dejando las páginas en blanco e introduciendo únicamente los bocadillos de diálogo. ¿Tomadura de pelo, frivolidad, genialidad? Llámenlo como quieran pero, a la larga, Byrne abandonó también esta serie.
Es difícil valorar pasado el tiempo donde empieza la genialidad del artista y donde termina su excentricidad o divismo. Probablemente, el valorarlo queda al libre albedrío de cada lector pero en este caso creo que la mayoría que leímos (y disfrutamos) estos tebeos en su día todavía añoramos la valentía de este canadiense genial.
Y que Morrison aprenda a ser frívolo.

Más Iron Man…

El otro día les comentaba mis impresiones sobre la nueva película de Iron Man y hoy les muestro el último trailer. Un trailer en el que se da más importancia a la acción y los efectos especiales.
Pinchen y vean.