miércoles, 22 de agosto de 2007

“Ratatouille”


La octava película del estudio Pixar que ya nos regaló historias tan fantásticas como “Los Increíbles” o “Toy Story” da una vuelta de tuerca más a las posibilidades del cine de animación y demuestra que es a este género al que se ha trasladado toda la creatividad e innovación del cine norteamericano.
Ratatouille” narra la historia de Remy, una pequeña rata francesa con un saludable afán de superación que desea emular las hazañas culinarias de su ídolo de los fogones, Auguste Gusteau. Para ello y debido a una azarosa fuga que lo separa de su familia, se traslada del campo a París. Allí, conocerá al joven Lingüini, un apocado pinche que trabaja en el restaurante de Gusteau, víctima de las iras de su nuevo dueño, que, con la ayuda de Remy, se convertirá en el chef del mismo y, gracias a un plato de ratatuille preparado por Rémy devolverán el prestigio al restaurante hasta su precipitado cierre. Sin embargo, Rémy y sus amigos finalmente conseguirán hacer realidad todos sus sueños.
“Ratatouille” ha sido dirigida por Brad Bird, el director de maravillas de la animación como “El gigante de hierro” o “Los Increíbles” (esta última también para Pixar) y es algo que se nota en la sobresaliente hilazón de situaciones que mantendrán embelesado al emocionado espectador durante las dos horas que dura la película. A través de un guión lúcido e inteligente se construye una verdadera película “para todos los públicos” capaz de entretener igualmente al niño como al adulto con abundancia de giros que permitirán que la atención no decaiga en ningún momento al tiempo que transmite valores tan necesarios como el poder de la amistad o la confianza en uno mismo frente a las adversidades con inteligencia, grandes dosis de humor y ausencia de paternalismos. A nivel técnico la película es una joya llena de situaciones espectaculares y una recreación de la naturaleza alucinante que a más de uno le hará dudar de la irrealidad de las situaciones que está presenciando. Las secuencias de acción están rodadas al milímetro y nada se deja al azar para recuperar algunos gags clásicos de las comedias e incluso del cine mudo norteamericano que nunca fallan rodadas con un ritmo prodigioso. La recreación de París es asombrosa y los tópicos sobre Francia y los parisinos funcionan perfectamente recreando la esencia de la Ciudad de las Luces de una manera inteligente y amable.
Esperemos que la reciente compra de Pixar por parte de Disney no menoscabe la calidad de las historias que han hecho de esta compañía el referente mundial de la animación y nos sigan asombrando película tras película hasta el infinito y más allá.
La pelicula la emiten junto al corto "Abducido". Divertidísimo.