martes, 13 de marzo de 2007

“Ghost Rider: El Motorista Fantasma” ó la fantasmada motorizada.



Bueno, pues se rompió el fuego el día de ayer y se realizó una petición. Como aparte de impaciente lector soy un tierno por una vez y sin que sirva de precedente voy a concederla y voy a escribir sobre “Ghost Rider: El Motorista Fantasma”.


“Ghost Rider: El Motorista Fantasma” es un ejemplo paradigmático de mala película de superhéroes. Todos somos conscientes de la escasez de ideas que planea en el actual panorama cinematográfico yanqui y como los ejecutivos de las productoras han encontrado un filón en el Olimpo superheroico de las dos grandes editoriales del género Marcel y DC. Al parecer, habiendo usado ya a los principales personajes de ambas, decidieron probar con El Motorista Fantasma, un personaje creado en la década de los sesenta dentro de la línea de terror que impulsó la Marvel y que luego ha deambulado con más pena que gloria por su Universo. En los cómics, El Motorista es un motero de cráneo llameante que personifica el espíritu de la venganza y se rebela contra su amo Mephisto. Hasta aquí, el planteamiento era interesante: hacer una película de un personaje con una estética espectacular y poco conocido por el gran público para que el guionista y el director pudiesen crear una buena trama. Sin embargo, el proyecto falla cuando lo ponen en manos de Mark Steven Johnson (“Daredevil” y “Elektra”) como director y Nicolas Cage como protagonista, –ambos según dicen- declarados aficionados a los cómics marvel. Por un lado, Mark Steven Johnson construye sin mucha imaginación una especie de “western” acelerado en el que todo el peso de la acción se centra en un Nicolas Cage irreconocible (es difícil creer después de ver esta película que este hombre ha hecho “Leaving Las Vegas”) que interpreta a Johnny Blaze, el alter ego del Motorista, un “joven” (debería ser joven y con pelo) un poco idiota que se dedica a hacer locuras con su moto, mirar libros sobre demonios y comer golosinas en copas de cócktail. Y sobre esta premisa se desarrolla la peli… Nicolas es feliz; Nicolas conoce al demonio; Nicolas es maldecido por querer salvar a su padre; Nicolas reencuentra a la chica – la explosiva Eva Mendes, sus escotes es de lo más destacable de la pelicula -; Nicolas se enfrenta a unos demonios ridículos que pasaban por ahí; Nicolas se enfrenta al jefe de los demonios ridiculos que es muy malo y chulea a su jefe, Satán, porque descubre que eso de ser un motero llameante no está tan mal y hay que dejar abierta la puerta a una hipotética segunda parte si los resultados acompañan. Película plana, plana, plana…Quizás lo único destacable aparte de los escotes de la Mendes sean los espectaculares efectos especiales (te pasas la película deseando que aparezca el Motorista para librarte durante un rato de la vis dramática de Nicolas) y que si no entras con demasiadas expectativas puedes echarte unas buenas risas a la salida con los amigos.